Apoyan aspiración presidencial de RMV en su sexto informe de labores

San José Chiapa, Pue.- Los gritos de “Rafa presidente” llenaron más de una vez el sencillo Centro de Convenciones de la Ciudad Modelo de Audi, sitio en el que Rafael Moreno Valle ofreció un mensaje con motivo de su Sexto Informe de Gobierno.

Alrededor de mil personas se reunieron para escuchar el último informe del mandatario, entre ellos algunos personajes de la política poblana que le dieron su respaldo como presidenciable.

Entre los asistentes estuvieron Rosario Robles Berlanga, titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), 18 gobernadores, entre ellos el del Estado de México Eruviel Ávila, y el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera.

También llegó el líder en el país del Partido Acción Nacional (PAN); Ricardo Anaya, quien incluso fue aplaudido por el propio Rafael Moreno Valle.

Las mejoras en indicadores de seguridad, educación, salud y transparencia fueron puntualizadas por el mandatario poblano, y durante su discurso cualquier fue usada por sus simpatizantes para gritar con fuerza “Rafa presidente”.

Poco más de 40 minutos fueron aprovechados por Moreno Valle para dar a conocer los números de todo su sexenio.

El gobernador expresó que para cerrar su administración inaugurará obras por cinco mil 681 millones de pesos.

También criticó a aquellos personajes de la política que utilizan el populismo para generar más odio. Aseguró que la única forma de combatir la pobreza es siendo promotores de la productividad.

Además, el gobernador Rafael Moreno Valle señaló que México requiere un cambio que lo defienda, incluso de Donald Trump, el próximo presidente de los Estados Unidos.

La fría felicitación

Al terminar su mensaje, Rafael Moreno Valle fue abordado por los 18 mandatarios del país quienes lo felicitaron por su gobierno.

Casi al mismo tiempo Rosario Robles, la titular de la Sedatu, dio un frío saludo al jefe del ejecutivo, lo mismo que el líder nacional del PAN, Ricardo Anaya. Ambos se marcharon –por separado- poco después de terminado el discurso.