Tras más de 20 años del el primer encuentro de medicina tradicional, finalmente cuentan con registro como asociación civil.
Huauchinango, Pue.- Diez indígenas serranos que practican la medicina tradicional constituyeron una asociación civil con el fin de romper la inercia de la falta de recursos para preservar sus saberes y creencias y ahora cuentan con una Clave Única de Inscripción (Cluni) de la Secretaría de Desarrollo Social y con un registro fiscal que les permitirá acceder a programas de apoyo gubernamentales.
Coordinados por Fernando Diego Villegas, promotor cultural en el municipio de Zihuateutla y hablante del totonaco y asesorados por Alberto Hernández Rojas, abogado de la Dirección de Culturas Populares del estado, los médicos “legalizaron” su forma de trabajo y buscan ya alternativas de financiamiento.
La búsqueda de este reconocimiento, explicó don Fernando, fue larga porque por lo menos desde 1990 en que se realizó el primer encuentro de medicina tradicional platicaron de este proyecto, que ahora les permitirá mejorar sus condiciones de trabajo.
Mientras, de lunes a viernes dan consultas en las oficinas de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) de Huauchinango, ubicadas en el bulevar Bicentenario, donde atienden a sus pacientes en cuatro especialidades: yerberos, parteras, curanderos, hueseros.
Lo anterior debido a que ha habido un retroceso en los logros alcanzados en 2008, cuando se reconoció a la medicina tradicional como método complementario de la medicina alópata y en algunos hospitales de la entidad se habilitaron áreas para su práctica.
Aunque desde el 25 de abril de 2001, al promulgarse la ley Indígena, se estableció la obligación de asegurar el acceso de los habitantes de los pueblos originarios a los servicios de salud, aprovechando el recurso de la medicina tradicional, fue hasta el 4 de diciembre de 2008, cuando el Congreso del Estado de Puebla reformó la Ley Estatal de Salud, reconociendo esta práctica.
La reforma obliga a las dependencias estatales y municipales a fomentar la investigación y el uso de la medicina tradicional, a la que acude por lo menos el 50 por ciento de la población de la entidad.
Además se otorgó respaldo jurídico a la atención medica que se da mediante procedimientos tradicionales, permitiendo la integración de los grupos indígenas a la medicina alópata, al identificar a las clínicas, los médicos, lugares y personas que comparten usos y costumbres ancestrales.
Según datos de la Secretaría de Salud, hasta el año 2010 funcionaban en el estado de Puebla cinco hospitales integrales con medicina tradicional: Cuetzalan, Ayotoxco, Huehuetla, Coxcatlán y Tulcingo del Valle, en los que se beneficiaba a la población de 16 municipios de la sierra norte, seis de la mixteca poblana y algunas poblaciones de los estados de Veracruz y Oaxaca.
Los malos aires
Los nahuas de la sierra norte de Puebla han visto tradicionalmente a la enfermedad y a la salud como cambios dinámicos en el cuerpo. La salud se mantiene cuando el cuerpo está en equilibrio, y la enfermedad llega cuando se pierde.
Las enfermedades, según la cosmovisión indígena, llegan al cuerpo cuando los espíritus, llamados ehecatl o malos aires, se meten en él para traer mala fortuna, enfermedad o hasta la muerte.
Para conseguir la salud, los indígenas emplean una serie de técnicas que ayudan a “sacar” al ehecatl del cuerpo del enfermo e incluyen rituales donde se usan oraciones, invocaciones, plantas medicinales y a veces figuras hechas de papel recortado. Tal vez la parte más importante del ritual es la limpia, por medio de la cual el cuerpo es barrido de los espíritus que causan la enfermedad.
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