En este mismo lugar en septiembre de 2009, se produjo un derrame de hidrocarburo provocado por las detonaciones de dinamita de ICA.
Huauchinango, Pue.- Un deslave de lodo y piedras en el cerro del Yelotépetl sobre el que está asentada la comunidad de Cuaxicala en Huauchinango, dejó expuestos los ductos de Pemex que corren a lo largo del acceso principal y que transportan gasolina y petróleo crudo, causando alarma entre pobladores y autoridades de esta junta auxiliar.
Lee Continuarán lluvias intensas en la Sierra Norte hasta el fin de semanaEl deslizamiento, ocurrido la tarde del miércoles a causa de las fuertes de lluvias que han azotado a la región además de obstruir el paso, dejó ver el enorme tamaño y la gran cantidad de grietas que se han profundizado en el paraje.
En este mismo lugar en septiembre de 2009, se produjo un cuantioso derrame de hidrocarburo provocado por las detonaciones de dinamita realizadas por la empresa ICA para la construcción de los túneles de la autopista México-Tuxpan.
Cinco años después, la situación ha empeorado y los lugareños temen que pueda producirse una tragedia por la eventual explosión de los tubos o el derrumbe del cerro, cuyos suelos presentan mucha inestabilidad, misma que atribuyen a un corte “mal hecho” recientemente por la ICA con el objetivo de obtener material pétreo.
Esto, una vez que la empresa reanudó las obras de la misma supercarretera también conocida como 132-D y que el ex presidente de la República, Felipe Calderón, “inauguró” casi al final de su administración.
La constructora mantiene una constante actividad en el área que atraviesan con maquinaria pesada, esto ha estropeado los caminos y ahora, con los cortes al cerro ubicado a 400 metros de la junta auxiliar de San Miguel Acuautla, restaron espacio al acceso principal a Cuaxicala a unos 350 metros del deslave.
Lo menos que puede pasar, dijo el alcalde auxiliar, Amado Gregorio Francisco Marcial Eslava, en un recorrido por la zona afectada, es que “se baje el camino” que va a Cuaxicala, quien agregó que aunque han acudido tanto a la presidencia municipal, como a Protección Civil del estado y a la misma empresa no ha habido quien escuche su alerta y petición de ayuda. “Pero ya van a llegar”, dice confiado el edil.
“Los de Protección Civil dijeron que van a llegar como el martes, porque nosotros apenas estamos viendo lo que está pasando acá”, justificó Marcial Eslava.
“Por eso queremos también que vengan los de Pemex a dar información, porque si acaso pasa algo, que la gente esté despierta, que no los agarren durmiendo. Que sepan lo que está pasando”, agregó.
Los terrenos se hacen chiquitos
“Ni siquiera funcionarios municipales han acudido al llamado del cabildo auxiliar”, contaron algunos habitantes de la comunidad, no obstante que desde hace cuatro años se dictaminó la existencia de una falla geológica en constante movimiento y con riesgo de profundización.
Autoridades determinaron que, junto con los de Nopala y San Miguel, los pobladores de Cuxicala están en una situación de gran vulnerabilidad.
“Aunque lentamente –dijeron miembros de la Comisión Nacional de Emergencias-, el cerro se está moviendo y una prueba de esto es la inclinación de los árboles que pueden observarse desde la carretera federal México-Tuxpan”.
Otra prueba, es el agrietamiento de los terrenos, como el de la señora Enriqueta Hernández Barrios, “que cada día se hace más chiquito por los deslaves y cantidad de tierra que se va por los surcos que lo atraviesan”.
Pero lo peor, sería, consideraron los pobladores y la autoridad de esta comunidad indígena, que hubiera una “explosión por la exposición de la tubería de combustible” que no ha sido cambiada desde hace más de 40 años.
El tubo, es parte del que se fracturó en el año 2009 precisamente en el kilómetro 80+062 del oleoducto Poza Rica-Salamanca, tiene un espesor de 24 pulgadas (61 centímetros) de diámetro y una presión de 70 mil barriles de petróleo crudo al día.
Además, desde octubre del año pasado se empezó a instalar en el cerro parte de la tubería del gasoducto “Sistema de Transporte Energético de Tuxpan de Rodríguez Cano, Veracruz a Atotonilco de Tula, Hidalgo” que transportará gas LP del golfo de México hasta el bajío y una vez que esté en operación tendrá un flujo normal de 33 mil barriles de combustible por día y podría incrementarse hasta 69 mil barriles cada 24 horas.
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