Sin fecha de llegada los poblanos muertos en Stockton

Zacapoaxtla, Pue.- Todavía con la incertidumbre de no saber la fecha en que llegarán los cinco campesinos poblanos muertos en un accidente en Stockton, California, sus familias ya colocaron altares con veladoras y flores en recuerdo de los fallecidos.

Virginia Rodríguez Hernández, quien es cuñada de uno de ellos, confirmó que los deudos acudieron el jueves a la ciudad de Puebla para firmar una carta y gestionar ante el gobierno del estado el pago del traslado de los restos.

“En Puebla no nos dicen, no nos dan una fecha exacta, solamente que a lo mucho tardarán ocho días”, dijo Virginia quien solamente sabe que los trabajadores agrícolas llegarán en distintos vuelos.

Los migrantes que murieron en el accidente automovilístico el pasado martes son originarios de la Sierra Norte. Se trata de Rodolfo Ramos Carrillo, de 42 años, Juan Minas Rodríguez, de la misma edad y Simeí Teta Betancourt, de 29 años, todos originarios de la junta auxiliar de Tatoxcac en Zacapoaxtla. Otro más, Antonio Ocoteno Morales, de 24 años, nació en Xaltetela, comunidad del mismo municipio. El único que había salido de Cuetzalan fue Óscar Macario Nazario, de 32 años.

Fue hasta hoy viernes que la funeraria se comunicó con los familiares para recordarles que no deben pagar nada al recibir a sus parientes, pero les pidió mandar una carta de agradecimiento a la administración estatal.

Se fue en busca de una mejor vida

La situación económica que enfrentan las familias de los hoy occisos es complicada, sobre todo ahora que se quedaron sin los hombres que les mandaban dólares para pagar sus gastos más elementales.

Antonio Ocoteno Morales tenía 6 años trabajando en California en la cosecha de fruta, con lo que podía mandar dinero a sus seres queridos. Él vivía en unión libre y dejó huérfanas a una niña de dos años y otra de apenas 4 meses.

Virginia Rodríguez, cuñada de Antonio, explicó que fue su esposo quien le llamó el martes para dar la noticia sobre el accidente, desde entonces él ha tenido que pagar algunos trámites para agilizar la repatriación de su hermano.

Su principal preocupación en este momento es saber cómo pagarán los gastos del funeral, sobre todo porque apenas hay dinero para comprar las medicinas de los suegros que se encuentran enfermos.

Alicia Morales, mamá del fallecido, estaba a la espera de una llamada de su hijo quien le mandaría dinero para sus medicinas, sin embargo nunca pudo volver a escuchar su voz.

Otra promesa que ya no pudo cumplir Antonio tenía que ver con la compra de un “pedacito de terreno”, ya que la casa donde actualmente viven sus papás es rentada.

Además, el futuro de sus tres hermanos que van a la primaria es incierto, pues difícilmente habrá con qué enviarlos a la escuela.

Y es que la familia no deseaba que se repitiera el camino de Antonio quien a los 18 años cruzó la frontera para tener una mejor vida.