Mientras Almaden Minerals pretende obtener miles de onzas de oro y plata en esa demarcación, el 81.3 por ciento de sus habitantes se encuentran en condiciones de pobreza.
Ixtacamaxtitlán, Pue.- Mientras el 81.3 por ciento de los poco más de 25 mil habitantes de Ixtacamaxtitlán se encuentran en condiciones de pobreza moderada y extrema, la empresa canadiense Almaden Minerals espera obtener 130 mil onzas de oro y 7 millones 798 mil onzas de plata durante cada uno de los 14 años que calcula de vida útil a la explotación del yacimiento Ixtaca, ubicado en esa demarcación.
Lee TransCanada ignora a indígenas de Puebla, se quejan ante ONUDe acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) en el 2010, 20 mil 749 personas, el 81.3 por ciento del total de la población de este municipio de la Sierra Norte, se encontraban en pobreza, casi el 60 por ciento de ellos presentaban pobreza moderada y más del 25 por ciento estaban en pobreza extrema. Entre sus principales carencias estaban la falta de acceso a los derechos al agua y la salud.
En tanto la minera canadiense aseguró en una Valoración Económica Preliminar elaborada para sus socios en 2014 que, mediante la apertura de un tajo, abierto con dinamita, el uso de cianuro y otros contaminantes, podrá obtener 130 mil onzas de oro y 7 millones 798 mil onzas de plata anualmente, con ganancias por 335 millones de dólares por cada uno de los 14 años que calculó de explotación de la mina.
Para hacerse de esta cantidad de metales preciosos, la minera demolerá un promedio de 30 mil toneladas de roca por día, es decir 10 millones 650 mil toneladas por año, en una porción de las 14 mil hectáreas de terreno del denominado proyecto “Tuligtic” con el que se pretende la explotación del yacimiento Ixtaca.
Aunque la empresa consideró que la veta hallada en Ixtacamaxtitlán tiene una gran importancia a nivel mundial debido a que “la producción de plata media anual prevista podría hacer de este lugar uno de los 20 mayores productores en el mundo”, hasta la fecha sólo da empleo a 70 personas originarias del municipio, pero aseguró que ha invertido en “capacitación y proyectos de salud y bienestar social” con la construcción de “escuelas, baños públicos, salones comunitarios, iglesias locales y de hospitales”.
En contraste, de acuerdo con el informe “Minería Canadiense en Puebla y su Impacto en los Derechos Humanos”, elaborado por el centro de investigaciones PODER y difundido el año pasado, en la zona ya se han producido graves daños ambientales y al tejido social; y se han violado derechos humanos.
Algunos de los daños ambientales que ya han ocurrido son la presencia excesiva de diésel y cemento en los suelos y las fuentes de agua. Y es que para la cantidad de barrenos que se han hecho se ocuparon cerca de 38 mil litros de combustible que se tiraron en barrancas, y 200 mil kilogramos de cemento que taparon ríos y arroyos o desviaron su cauce.
La empresa ha ignorado las protestas de habitantes, que en noviembre pasado se entrevistaron con autoridades y congresistas canadienses para denunciar la situación y reiterar su rechazo a la apertura de una mina en su territorio.
La minera afirma que “tiene relaciones de armonía y transparencia con la comunidad”, donde ha instrumentado “un programa comprensivo de relaciones comunitarias y educativas para los pobladores locales para explicar de manera transparente en qué consisten los trabajos de exploración así como los posibles impactos y beneficios de una posible operación minera en Ixtaca”.
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