De las mil 500 familias afectadas en Izúcar, la mitad no ha recibido apoyo y el resto lo obtuvo de manera parcial
Izúcar de Matamoros, Pue.- A un año del sismo del 19 de septiembre del 2017, de los casi mil 500 damnificados, la mitad recibió ayuda parcial por parte de las autoridades y el resto por distinto pretextos no ha tenido acceso a recursos públicos. Sus viviendas las reconstruyeron adquiriendo deudas, en el mejor de los casos, porque hay quienes optaron por acomodarse en el espacio que les quedó resistente y no se venció el año pasado ante la falta de dinero.
Lee Colocan alerta sísmica en MetepecEl Consejo Ciudadano de Damnificados por el sismo del 19 de septiembre en Izúcar de Matamoros indica que existen 100 casos con daños totales y parciales que les dieron folio pero a la fecha no les han dado su tarjeta; 25 casos de damnificados que por cambio de beneficiario no les han dado su tarjeta; 20 damnificados que les dieron su tarjeta pero solo les depositaron una parte del apoyo; 724 damnificados con daños parciales que no les han depositado lo estipulado solo les dieron 15 mil pesos y no los 25 mil pesos que les había dicho y 580 damnificados que no fueron censados.
Ante las irregularidades en el censo de damnificados y reparto de recursos, 237 ciudadanos de Izúcar de Matamoros ya se ampraron.
El Consejo Ciudadano explicó que la cifra de inconformes sigue creciendo, porque cientos de familias no lograron ni ser censadas.
El apoyo le sirvió para demoler su vivienda
Ernestina Bravo vive en el barrio de San Juan Piaxtla, en la calle Victoria, a ella personal de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) pasó a revisar su casa, le dieron un folio y en ese momento le dijeron que el daño era total. Sin embargo, al recoger su tarjeta el estatus había cambiado a parcial y solo le dieron 15 mil pesos que apenas le alcanzó para remoler la vivienda.
Ernestina invirtió 8 mil pesos en derrumbar su casa y con los otros 7 mil pesos compró material para levantar unos cuartitos con techo de lámina y hueles que hacen las veces de accesos. Sin embargo, la temporada de lluvias complica la vida de su familia porque el agua entra por todas partes.
Su esposo consiguió un préstamo de 35 mil pesos para levantar las paredes, y hasta el momento están sin techo, ya que es lo más caro y no les alcanza para hacerlo.
Juana acumuló desgracias
Juana Reyes Balbuena ella es damnificada desde el sismo del 7 de septiembre del 2017, con ese sismo su casa se cuarteo y abrió de un extremo, pero con el sismo del 19 de septiembre, su vivienda se abrió aún más y se cayó una parte del lado del vecino.
Vive en medio de una casa apuntalada, en calle Defensores del Agua número 6 del barrio de Santa Cruz Tecoxco.
“No se preocupe jefecita, pronto tendrá su casa nueva”, pero sólo fue una promesa al aire porque no alcanzó ni folio, dijo, aunque pasaron en dos ocasiones a su casa.
Se anotó en el módulo de atención para damnificados que colocó el ayuntamiento tras el sismo y pasó a su hogar personal de Sedatu, pero la ayuda nunca llegó.
Los olvidados de Colucan
Micaela Fuentes Sánchez vive en la junta auxiliar de San Lucas Colucan. Con ella, personal de Sedatu se negó a revisar su vivienda porque se veía que tenía posibilidades y no necesitaba la ayuda, pues su casa era de dos pisos.
Omitieron que San Lucas Colucan se ubicado entre las zonas de extrema pobreza del municipio de Izúcar de Matamoros. A pesar de eso, unos 60 damnificados no recibieron apoyo de ningún tipo.
Tan sólo en la calle donde vive Micaela que es callejón del Peñón, 15 familias tuvieron daños, tres recibieron apoyo y cinco no tuvieron ninguna ayuda del Fonden.
Fuentes Sánchez, expresó que es injusto el trato que da el gobierno que los censó discrecionalmente cuando todos requieren de la ayuda.
Pareciera que el gobierno espera migremos todos
Otro caso es el de la señora Flor Paula Gonzales Carbajal, vive en la junta auxiliar de la Galarza, en calle Ignacio Zaragoza número 214. Lo más que lograron fue la visita del presidente de la República Enrique Peña Nieto, pero del Fonden nada.
Ante la falta de apoyo, hoy sólo vive en un cuarto donde acomodó las camas para que descansen un hijo, su esposo y ella. La otra parte de la vivienda presenta daños y al ser de adobe, todo el revoque se botó y se separaron las paredes.
Enfatizó que ella no recibe ningún apoyo de Prospera, ni de la tercera edad, ni nada, y a pesar de que pasaron hasta 4 veces a revisar su vivienda, no tuvo ayuda.
“Me engañaron, me entregaron una tarjeta pero nunca tuvo fondos…el gobierno que no espere que nos vayamos al otro lado para nuevamente tener una casa”, manifestó molesta.
Los damnificados coincidieron en que la ayuda fue insuficiente porque el material incrementó su costo hasta en 60 por ciento tras el sismo y la mano de obra, en 40 por ciento.
Ilustración: municipiospuebla
clh
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