En la Facultad de Ingeniería Química se fabricó esta biopelícula que hidrata y rejuvenece la piel.
Puebla, Pue.- El reto de iniciar una empresa en un mercado tan competitivo, como la industria de la belleza, requiere no solo de una estrategia visionaria y de conocimiento del mercado, también implica ofrecer un producto de calidad con innovación tecnológica. Así nace GoSkin, una mascarilla especializada en el cuidado de la piel que se gestó en los laboratorios de la BUAP.
Lee El 60% embarazadas no acuden a sus revisiones: IMSS PueblaEsta mascarilla o película que se aplica directamente sobre la piel y permanece adherida a ella hasta que se absorbe por completo, puede ser utilizada por hombres y mujeres de forma constante, brindando una hidratación profunda, además de rejuvenecer la piel, gracias al concentrado de nutrientes y antioxidantes que aporta de manera eficaz y gradual en la dermis.
El proyecto nació hace dos años en el Laboratorio de Alimentos de la Facultad de Ingeniería Química de la BUAP, donde la doctora Verónica Santacruz Vázquez desarrolla diversas biopelículas a través de la técnica del electrohilado, empleadas para retrasar el proceso de descomposición y oxidación de alimentos.
En coordinación con la doctora Claudia Santacruz Vázquez y sus estudiantes de posgrado, los maestros en Ingeniería Química, Michelle Olguín y Jaime Andrés González Silva, tuvieron la idea de crear un nuevo producto con estas películas, pero enfocado en el área farmacéutica, lo que derivó en la solicitud de patente MX/a/2017/009191.
“Con resultados visibles y de largo plazo, esta mascarilla está elaborada con colágeno hidrolizado, micronutrientes y antioxidantes que son liberados de forma gradual y con la concentración necesaria para una penetración profunda en la piel, logrando una mejor apariencia cutánea”, explicó la doctora Verónica Santacruz.
La investigadora detalló que la técnica del electrohilado o electrospining permite producir fibras de diámetros micro y nanométricos, a través de un equipo que cuenta con una bomba conectada a una aguja capilar, una fuente de alto voltaje y un cilindro colector. Este equipo, diseñado en gran medida por la doctora Santacruz Vázquez y sus estudiantes, permitió fabricar una primera mascarilla en este laboratorio a nivel de prototipo, con pruebas de sensibilización en piel humana, basadas en la NOM 039 SSA1 1993.
“Los resultados practicados a 50 individuos mostraron una compatibilidad adecuada con el tejido cutáneo después de 24, 48 y 72 horas y no hubo presencia de irritación en la piel. Se calculó el índice de irritación primaria y los resultados fueron cero porque ningún voluntario registró una reacción de esta índole”, aseguró Santacruz Vázquez.
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