Hasta ayer por la noche nadie sabía el paradero de un hombre clave en las tramas de corrupción que protagonizó Rosario Robles Berlanga
Hasta ayer por la noche nadie sabía del paradero de Juan Carlos Lastiri Quirós, un hombre clave en las tramas de corrupción que protagonizó Rosario Robles Berlanga en el sexenio peñista, lo cual ha desatado la especulación de que en realidad los desaparecieron o él mismo se hizo desaparecer, como parte de una estrategia para evitar que prosperen las investigaciones sobre los más de 11 mil millones de pesos que hubo de anomalías en la Sedeso y Sedatu, en donde ambos personajes fueron las cabezas de esas dependencias.
Lee FGR no detuvo a Lastiri, su esposa no descarta secuestroSin duda, cualquiera que pueda ser el paradero de Lastiri, la manera en que ha ocurrido su desaparición –luego de haberse confirmado que no fue detenido por la Fiscalía General de la República, tal como se dijo originalmente– va a provocar un escándalo o una crisis política para los gobiernos de Morena.
El principal error cometido es el silencio inexplicable que guardó –a lo largo del miércoles pasado– el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Es un yerro similar –guardadas las proporciones– al que se observó con el fallido operativo para aprehender a Ovidio Guzmán, uno de los capos del Cártel de Sinaloa.
La administración lopezobradorista aunque ha ofrecido mucha información puntal de lo que ocurrió en dicho acontecimiento del pasado 17 de octubre, se provocó un severo problema de credibilidad para el gobierno federal por no hablar del tema con claridad y precisión en los días posteriores a la cuestionada liberación del líder criminal.
Algo similar ha pasado con el caso Lastiri. La información de su supuesta detención circuló desde muy temprano el miércoles pasado y al mediodía se dijo, de manera oficial, que estaba detenido en el reclusorio Oriente de la Ciudad de México. Luego de ello, no volvió a surgir ningún dato sobre tal asunto.
Tuvieron que pasar más de 30 horas desde que un comando armado se llevó a Lastiri, para que el gobierno federal saliera a informar que no se había ordenado la captura de Juan Carlos Lastiri y que mucho menos se encontraba en alguno de los cuatro penales de la capital.
Eso se podía haber hecho desde el miércoles, para aclarar que no estaba encarcelado por su actuación en la administración peñista e intentar aclarar que aconteció con este personaje público.
Entre algunos de los colaboradores de Lastiri, ayer por la noche, circulaban tres hipótesis de lo que pudo pasar con el político priista:
Primera: que es víctima de un secuestro por un comando que se hizo pasar por agentes de la Fiscalía General de la República, para evitar que fueran seguidos luego de perpetrar el plagio y no hubiera resistencia de Juan Carlos Lastiri para ser privado de su libertad.
Segunda: que el propio Lastiri pudiera haber fingido un secuestro, como una manera de evadirse de la acción de la justicia y evitar que lo declaren prófugo. Pues desde hace varios días ya se decía que era candidato a ser procesado penalmente por varios asuntos, principalmente por las estafas que se cometieron contra damnificados por el sismo del 19 de septiembre de 2017.
Tercera: la posibilidad menos probable, es que esté siendo objeto de una muy extensa declaración o interrogatorio, sin calidad de detenido, por parte de las autoridades federales que investigan la corrupción del peñismo.
Columna Cuitlatlán de Fermín Alejandro García
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