El antígeno propuesto crea una respuesta de defensa en el organismo y disminuye la parasitemia en 70 por ciento en un modelo animal
Puebla, Pue.- Un insecto hematófago -que se alimenta de sangre- de apenas 2.5 centímetros, llamado chinche besucona, es portador del parásito Trypanosoma cruzi que desencadena un padecimiento mortal en 21 países de América Latina, entre ellos México. La infección es conocida como enfermedad de Chagas, un mal asintomático en su fase aguda, por lo que el hospedero infectado puede vivir con el parásito de 10 a 30 años, periodo en el que en algunos casos ocurre un crecimiento anómalo de vísceras, como colon, esófago y músculo cardiaco.
Lee Destacan en investigación docentes de la Facultad de Química BUAPNo existe un medicamento como tal para su tratamiento. Sin embargo, a finales de la década de los 60 se probaron dos drogas experimentales, Benznidazol y Nifurtimox, solo eficaces en la fase aguda de la enfermedad, aunque con efectos hepatóxicos severos y por ello controladas por la Organización Mundial de la Salud, que la ubica como la tercera infección parasitaria a nivel mundial.
Ante esta situación, académicos de la BUAP, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN y del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez suman sus conocimientos para desarrollar una vacuna que permita al sistema inmune eliminar rápidamente a este parásito.
Desde sus estudios de posdoctorado, Alejandro Carabarin Lima, académico del Instituto de Ciencias de la BUAP (ICUAP), buscó antígenos de superficie de Trypanosoma cruzi para crear una respuesta de defensa en el organismo. La enolasa fue la proteína indicada para tal fin, ya que puede localizarse en la superficie del parásito y ayudarle a interaccionar con proteínas de matriz extracelular e introducirse en el hospedero. Al incorporarse a la planta docente de la Máxima Casa de Estudios en Puebla, continuó con esta investigación.
A la fecha, comprobó que la enolasa tiene la capacidad de generar una respuesta inmune y favorece la supervivencia del modelo animal, porque disminuye la parasitemia en 70 por ciento.
En busca de una vacuna
El objetivo de este trabajo interinstitucional es alertar la respuesta inmunológica del organismo, para que al entrar el parásito este sea eliminado y no permanezca en el cuerpo, expuso Alejandro Carabarin Lima, doctor en Ciencias por el Cinvestav.
El también Integrante del Cuerpo Académico BUAP-CA-98 “Interacción Microorganismo Hospedero” dio a conocer que la vacuna propuesta se caracteriza por contener una proteína recombinante que por sí sola, al administrarse en presencia de un adyuvante, genera una respuesta inmune, tanto tumoral como celular, adecuada para eliminar al organismo microscópico.
El antígeno se obtiene por técnicas de biología molecular. Una vez purificado, se administra a un modelo murino, al cual más tarde se inyecta una dosis letal de T. cruzi. Posteriormente, se observa su respuesta de supervivencia, cantidad de parásitos en sangre y estado de ánimo. Finalmente, explicó el académico del ICUAP, el ejemplar se sacrifica en la fase aguda de la enfermedad, para analizar su músculo cardiaco, a través de secciones de tejido con tinciones específicas.
Carabarin Lima, científico perteneciente al Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt, aseveró que los resultados de este trabajo en etapa inicial son alentadores. “Verificamos que el parásito no llega al músculo cardiaco. El músculo cardiaco de los ratones vacunados, y luego infectados, es similar al de uno sano. En cambio, el modelo animal no tratado tiene destrucción total de las fibras del miocardio. Estos son resultados alentadores que nos indican que la vacuna puede ser funcional”.
Foto: Cortesía
cdch
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