“Algunos les tomará más tiempo que a otros, pero ante el regreso a la llamada nueva normalidad sabremos que no debemos ser hipervigilantes" dijo la especialista
Tras el confinamiento por la pandemia de la Covid-19 tendremos una mejor preparación hacia la regulación de nuestras emociones, no sólo ante un evento similar o reincidencia, sino también ante cualquier situación de vida, subrayó Juan José Sánchez Sosa, profesor emérito de la Facultad de Psicología.
Lee Hasta el viernes se espera desaparezca el polvo del Sahara en MéxicoAl intervenir en las conferencias virtuales La Ciudad y la Pandemia, ciclo organizado por el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC), el especialista en medicina conductual manifestó que los efectos a mediano plazo tras el desconfinamiento nos llevarán a reducir el malestar, a tener conocimiento de nuestro autocuidado y una sensación de suficiencia.
“Algunos les tomará más tiempo que a otros, pero ante el regreso a la llamada nueva normalidad sabremos que no debemos ser hipervigilantes, sin perder conciencia del riesgo, aceptar la idea de que el confinamiento puede volver a ocurrir. Ya estaremos mejor capacitados para discernir información, con rutinas cotidianas en casa y trabajo”, puntualizó.
Agregó que la población funciona mejor si percibe que está apoyada, por lo que pidió asumir y normalizar el bienestar. “No hay que sentirnos culpables por sentir miedo, éste nos ayudó no hace tantos años a que nuestra especie sobreviviera, y estas situaciones nos han hecho adoptar destrezas”.
Efectos documentados
Tras varias semanas de confinamiento, los ciudadanos experimentarán, a mediano plazo, un trastorno por estrés postraumático; pero, aclaró, los efectos psicológicos no son en ocasiones desadaptativos, un ejemplo es la solidaridad.
La situación más complicada de controlar es el desconcierto psicológico ante la información poco clara y contradictoria que se consume a lo largo de un día, por lo que sugirió no ver o escuchar noticieros durante toda la jornada. “Puede crearse una sensación permanente de tragedia”.
La exposición continua a las noticias genera una sensación de que el problema se agrava cada vez más, surge la hipervigilancia y se interpreta de manera dramática. Esto crea estados de alerta ansiosa e imposibilita procesar la información.
¿Cómo se da la desregulación?
Sánchez Sosa indicó que la desregulación emocional durante este periodo ha ocurrido en extremos, los cuales describió. El primero en una activación exagerada, la cual se manifiesta en algunas personas con molestia ante la tranquilidad de otros, además de una necesidad de constante certeza, una franca expresión de malestar y cansancio de “estar así”; otro aspecto más es confirmar constantemente su punto de vista.
En cuanto al extremo de la desactivación, indicó que se hallan personas con agnosia, con una presunta falta de conocimiento sobre el riesgo y una molestia a acatar recomendaciones. “No quieren que les digan qué hacer”.
Ante ello, el profesor emérito universitario pidió confiar en el servicio de Call Center de la Facultad de Psicología, que da asistencia (5025-0855).
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