La embajadora tuvo que asumir la mayor parte del costo que tuvo la decisión del presidente de no felicitar ni reconocer el triunfo de Biden en noviembre
La renuncia sorpresiva de la embajadora en Washington, Martha Alicia Bárcena, despertó ayer toda clase de especulaciones. Desde los que decían que la diplomática de carrera, quién es además tía política de Beatriz Gutiérrez Müller, dejaba el servicio diplomático para venir a una posición de gabinete, hasta los que ubicaban su decisión en medio del pleito abierto que sostuvo con el canciller Marcelo Ebrard. Lo cierto es que las razones que tuvo la embajadora Bárcena, como la conocen en el Servicio Exterior, fueron muy claras y puntuales: fue una decisión de dignidad ante el fuerte desgaste que tuvo la representante diplomática más importante del país en los últimos meses, no sólo por los conflictos abiertos y públicos que tuvo con la cancillería, sino también porque no estuvo de acuerdo con las posiciones que asumió el presidente López Obrador en las recientes elecciones de los Estados Unidos.
Lee López Obrador, tras CalderónMartha Bárcena no miente cuando dice que se jubilará de manera anticipada y que la decisión es suya y de nadie más (como para dejar fuera de su determinación a su esposo el también diplomático Agustín Gutiérrez Canet) y ayer en su cuenta de Twitter aclaró que, mientras dura el proceso de su jubilación seguirá al frente de la embajada en los próximos meses. La suya, dicen fuentes de la embajada, es una “decisión de dignidad” porque, a pesar de que ha sido totalmente leal y discreta con el presidente, hubo cosas que se volvieron intolerables para la embajadora. Desde los ataques que recibía desde la Secretaría de Relaciones Exteriores, donde el secretario Marcelo Ebrard nunca aceptó su nombramiento ni el que tuviera una comunicación directa con el presidente, hasta la decisión que tomaron ayer en Palacio Nacional de posponer, hasta hoy martes, la felicitación al presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, aún cuando desde ayer al mediodía se cumplieron las etapas del proceso electoral con la declaración de los Colegios Electorales de la victoria contundente del candidato demócrata.
Y es que la embajadora tuvo que asumir la mayor parte del costo que tuvo la decisión del presidente de no felicitar ni reconocer el triunfo de Biden hasta que no se resolvieran todas las instancias jurisdiccionales, algo con lo que Bárcena no estuvo de acuerdo pues ella siempre sugirió y hasta presionó porque el presidente reconociera la victoria del demócrata y le extendiera una felicitación pública, desde que el sábado 7 de noviembre, cuatro días después de las elecciones, se resolvieron los conteos finales de Pensilvania, Georgia y Nevada, que le dieron una ventaja inalcanzable a Biden. Fuentes de la presidencia confirman que aquel sábado 7 de noviembre, mientras López Obrador volaba de Nayarit a su tierra Tabasco que había sido afectada por fuerte inundaciones, fueron varias las ocasiones en que la embajadora Martha Bárcena llamó vía telefónica al presidente para decirle que tenía que salir a reconocer ya el triunfo de Biden y felicitarlo por la victoria. Fueron tan insistentes las llamadas desde Washington, que en algún momento al mandatario lo oyeron contestarle molesto a la embajadora: “Ya te entendí, no soy tonto, pero yo voy a decidir cuándo salgo o no a felicitar”, cuentan testigos de aquel momento.
Aun así, cuando López Obrador decidió aquella tarde de sábado, desde Villahermosa, que no iba a emitir felicitación alguna y que esperaría hasta conocer los resultados finales de las autoridades electorales estadounidenses porque no quería repetir lo que, decía, le hicieron a él varios gobiernos extranjeros en el 2006, cuando de inmediato salieron a felicitar a Felipe Calderón, antes de que se resolvieran las impugnaciones y las denuncias de fraude que él interpuso en aquella elección. A pesar de que no le hizo caso a ninguno de los dos, en aquel momento tanto el canciller Marcelo Ebrard como la embajadora en Washington defendieron, institucionales, la decisión del presidente de México y Martha Bárcena hasta salió a explicarla a los medios estadunidenses y a los asesores cercanos de la campaña del abanderado demócrata que ya para entonces era virtual presidente electo.
La máxima prueba que enfrentó Bárcena fue cuando asesores de los más cercanos a Biden la buscaron en la embajada mexicana en Washington para pedirle que gestionara una llamada telefónica del presidente electo estadunidense con el presidente López Obrador. Haciendo acopio de lealtad y oficio diplomático, la embajadora mexicana tuvo que explicar y hacer malabares para hacerles entender a los operadores del nuevo presidente demócrata, que la posición del gobierno de México era esperar a que “se resolvieran todas las instancias jurisdiccionales en el proceso electoral estadunidense y las autoridades de ese país dieran a conocer el resultado final de la elección”. Esa respuesta a los asesores de quien ya era presidente electo y se convertirá en unas semanas más en presidente de los Estados Unidos, no debió ser fácil para la diplomática mexicana y tampoco debió caer nada bien en las oficinas de campaña de Biden.
Así es que, parte por sus conflictos que fueron públicos y abiertos con el canciller Ebrard, de quien acusa un golpeteo constante en la prensa, y parte porque también se desgastó su relación y comunicación personal con el presidente López Obrador --con quien hablaba directamente porque así se lo pidió él--, después de todo lo que ocurrió en las últimas semanas tras la elección estadunidense, la embajadora Bárcena tomó su decisión de solicitar una jubilación anticipada, en una noticia que incluso tomó por sorpresa al propio canciller Ebrard y a sus colaboradores cercanos que se enteraron por los medios de lo que había anunciado su representante en Washington. “Martha se va con dignidad, integridad e inteligencia”, nos dijo un vocero de la embajada mexicana en la capital estadunidense. ¿Se irá también con el consentimiento del presidente?
NOTAS INDISCRETAS…
Ayer por la tarde, en sesión privada, los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación determinaron revocar por mayoría las “medidas cautelares” que había dictado el INE en contra del presidente López Obrador por meterse en la contienda electoral con declaraciones y ataques en contra de los partidos de oposición a Morena. El fallo del máximo órgano electoral cayó como un balde de agua fría entre los consejeros del INE y entre su presidente Lorenzo Córdova, porque no sólo significa un revés para el instituto sino que, al rechazar el recurso, le da la razón al presidente y prácticamente valida que desde la tribuna presidencial, ya sea en sus conferencias mañaneras diarias o en sus discursos, el Jefe del Ejecutivo emita opiniones y mensajes de ataque a sus adversarios y opositores sobre las elecciones federales de 2021, lo cual, a criterio del INE, afectará gravemente la equidad de la contienda democrática por el peso que tiene la palabra del presidente, además de que se utilizan medios y recursos públicos de la Presidencia de la República para hacer proselitismo político en favor del partido del presidente. “Vamos a revocar (las medidas cautelares dictadas por el INE) porque están juzgando actos futuros de realización incierta, vamos a constreñir a que el Ejecutivo Federal y los Ejecutivos locales observen el artículo 134”, dijeron entre sus argumentos los magistrados electorales. El tema de fondo es que, una vez más, un fallo del TEPJF favorece al presidente y a su partido y en este caso le da carta abierta a López Obrador para que se convierta en el vocero y jefe de campaña de Morena en los próximos comicios. Si ya lo hacía sin permiso y violentando la ley, qué no hará ahora que lo han validado los magistrados electorales… A pesar de que ayer mismo se habla de denuncias en su contra ante la FGR por presuntos malos usos de los programas sociales federales para favorecer su proyecto, Mario Delgado anunció que Lorena Cuéllar es la candidata de Morena al gobierno de Tlaxcala. La exdelegada federal “ganó la encuesta” que nadie sabe cómo y cuándo se hizo y ya es formalmente la abanderada del partido oficial. La reacción de su principal contrincante, la empresaria Dulce María Silva, se dio a conocer en una carta en la que la esposa de César Yáñez lamentó el “desprecio y maltrato a la militancia histórica de Morena” y que se traicionen los principios morales que defiende ese partido, además de la “incongruencia” con sus postulados de transformación. Eso sí, Dulce María dijo que seguirá apoyando y reconociendo el trabajo del presidente López Obrador, pero de apoyar la campaña de Cuéllar como candidata morenista no dijo ni pío… Otra que ya fue postulada por el partido gobernante fue la expriista Clara Luz Flores, quien ya es candidata al gobierno de Nuevo León. Clara es sin duda una de las candidatas más fuertes y su posicionamiento en las encuestas la convierte en favorita, sobre todo porque no tendrá un candidato fuerte del PAN, ni del PRI, PRD y tampoco habrá alianza gracias a que Dante Delgado la mandó sabotear para postular a su polémico candidato Samuel García. Así que, al parecer en yegua de Hacienda, Clara Luz sólo tiene dos problemas: el primero que tendrá que demostrar y desmentir a su esposo, el viejo lobo priista y líder de la CTM estatal Abel Guerra, quién se llena la boca diciendo que “Clara hace lo que yo le diga y la gente vota por ella por mí no por ella”; y el segundo problema, que tendrá que convencer a los poderosos empresarios regios, desde el Diablo Fernández hasta el Grupo de los 10, que no será una gobernadora que represente las ideas radicales de Morena. ¿Será que los empresarios regios, acostumbrados a mandar en su estado, dejarán llegar a Morena al Palacio de Gobierno de Nuevo León? Eso habrá que verlo… Preguntamos anoche a una fuente de Palacio Nacional si habría mensaje de felicitación a Joe Biden, luego de que el Colegio Electoral concluyó y ratificó el triunfo contundente del demócrata. “¿Si ya se cumplieron los procesos legales y las autoridades electorales de EU han dictado su resultado, saldrá el presidente a felicitarlo?”, fue nuestra pregunta. “No hoy, tal vez mañana en la conferencia del presidente, lo están analizando”, fue la respuesta de la fuente. ¿Analizar qué? No cabe duda que hay caprichos personales de un gobernante que le van a costar a todo un país en la relación con el principal socio y vecino. Y este será uno de ellos… Los dados mandan Escalera Doble. Buen tiro.
Columna de Salvador García Soto
El Universal
Foto: Especial
cdch
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