Del comportamiento del virus que López Obrador lleva en su cuerpo podría depender la estabilidad política del país
Puebla, Pue.- La salud del Presidente no es tema para desahogar posturas personales a favor o en contra, como lamentablemente ocurre en la polarizada sociedad mexicana.
Lee Sánchez Cordero, a su casaDel comportamiento del virus que López Obrador lleva en su cuerpo podría depender la estabilidad política del país.
Si se recupera rápido, el episodio no tendrá un impacto real: su popularidad y preferencias políticas no se verán afectadas. Pero si su salud se deteriora significativamente, la estabilidad política estaría en riesgo, dado el proceso de toma de decisiones altamente centralizado que tiene la 4T.
Es lo que dicen las proyecciones el Grupo Eurasia, con matriz en Nueva York, consultora en riesgos políticos alrededor del mundo. Sus especialistas hacen notar la falta de otras figuras capaces de manejar las tensiones dentro de la coalición gobernante de Morena. En el caso de que AMLO se agrave, lo que esperemos no ocurra, habría implicaciones importantes por dos razones principales, dice Eurasia:
1.- El alto nivel de concentración de la toma de decisiones en manos del Presidente significa que no hay un gabinete que funcione realmente. La dirección y los detalles de la política los define él mismo. Es difícil prever lo que ocurriría en su ausencia. 2.- Morena es una alianza flexible de grupos e individuos, todos con diferentes puntos de vista e intereses. Sólo el Presidente los mantiene unidos. No hay líderes secundarios creíbles que puedan mantener esa unión ni un mecanismo real para hacerlo.
Eso significa que las tensiones internas probablemente se saldrían de control. Para empeorar las cosas, el marco institucional no ayudará a contener estas tensiones.
En la revisión de escenarios, los consultores del grupo recuerdan que la Constitución dice que si el Presidente está incapacitado por un periodo más prolongado allá de 60 días, puede solicitar una licencia temporal.
Si el Congreso lo aprueba, la secretaria de Gobernación asumiría su responsabilidad en ese lapso, mientras el Congreso nombra un interino o un sustituto.
“El problema —advierte— es que Sánchez Cordero es políticamente débil y no tiene una base real de apoyo. Difícil de ver cómo podría controlar las divisiones internas.
“Esto sería especialmente perturbador, ya que la atención se centra en las elecciones intermedias de junio próximo. Elegir candidatos se volvería extremadamente polémico”, remata el análisis de Eurasia.
* Tampoco hay pautas claras sobre lo que sucedería si AMLO queda incapacitado por más de 60 días.
Es poco probable que el Congreso, controlado por Morena, vote para extender la licencia de Sánchez Cordero.
“Esto sería cuestionado por la oposición y discutido en los tribunales, lo que intensificaría aún más las tensiones y la incertidumbre política”, puntualiza la consultora.
Si López Obrador no puede reanudar sus actividades o si falta definitivamente, el Congreso elegiría un presidente interino o un sustituto para terminar su mandato (que termina en 2024). La coalición gobernante de Morena tiene suficientes votos para elegir al presidente interino, pero ponerse de acuerdo sobre un individuo sería extremadamente polémico.
López Obrador es el único líder real y figura unificadora de Morena. El partido carece de una estructura organizada y disciplinada para ayudar a manejar tal crisis.
“Incluso si el partido finalmente llega a un acuerdo sobre alguien, sería muy difícil para ese individuo mantener la unidad”, señala. En Morena confluyen políticos oportunistas, figuras moderadas y radicales de izquierda. Todos lucharían por influir en política y ganar más poder.
“Además, los pilares de política definidos por López Obrador, incluida la disciplina fiscal y el mantenimiento de la independencia del banco central, ya no se mantendrían.
“De hecho, el gasto puede ser una de las formas de gestionar las tensiones”, finaliza.
* Amarga realidad. México se mantiene como el peor país en el manejo de la pandemia, de acuerdo con Bloomberg, empresa estadunidense de información financiera. Ocupamos el lugar 53 de 53 naciones evaluadas, según el reporte dado a conocer ayer. Otros países han subido y bajado en esa lista, pero nosotros permanecemos estables, a la cola del manejo, desde noviembre pasado. El virus ya ha matado oficialmente a 150, 273 mexicanos desde que se registró el primer caso el 27 de febrero de 2020. Más de un millón 770 mil han sido contagiados. No sólo eso. Pareciera que tenemos prisa por recuperar el tercer lugar en defunciones totales que nos quitó la India hace meses.
Peor: el medio millón de vacunas que llegó de Pfizer ya se agotó. Hoy no tenemos más que promesas y más promesas.
Columna Arsenal, de Francisco Garfias para Excelsior
Foto Reuters
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