Según el gobierno estatal Puebla acumuló 74 mil 301 contagios y 9 mil 922 defunciones, pero la federación tiene otros datos, más bajos
Puebla, Pue.- Este 10 de marzo se cumple un año desde el primer contagio de Covid19 detectado en Puebla. Un año en que la discrepancia de cifras que la federación y el estado nunca pudieron cuadrar, provocaron más incertidumbre e incredulidad que conciencia entre la población, cuya desobediencia, además, mantiene a la entidad en riesgo de una tercera ola de contagios.
Lee VIDEO Bajan contagios Covid en Puebla; se registra solo 78 en 24 horasLas diferencias no son menores. Doce meses después del primer contagio en Puebla, confirmado en un proveedor de Volkswagen, el gobierno federal estima 73 mil 262 casos acumulados, pero el gobierno del estado reporta mil 39 más, con un total de 74 mil 301.
En defunciones, la administración barbosista ha confirmado 9 mil 922 al cierre de este martes, pero la federación solo reconoce 9 mil 328, 594 menos.
Y mientras el gobierno del estado ha reportado una tendencia a la baja en los casos activos desde la última semana de febrero, cerrando este martes con 956, el gobierno federal fluctúa entre bajas y repuntes que van de los mil 500 a los mil 800 en los primeros días de marzo, estimando un total de mil 528 en su comunicado técnico más reciente.
Cifras despiertan morbo primero e indiferencia después
Desde que llegó la enfermedad al país y al estado, ambos gobiernos han actualizado diariamente sus cifras, pero más allá de mantener informada a la población, los primeros reportes despertaron la curiosidad y el morbo de la gente, que pedía incluso nombres y direcciones de los primeros enfermos confirmados para creer en la existencia del virus.
El 17 de marzo, el gobernador Miguel Barbosa anunció los primeros acuerdos para restringir la movilidad, ordenando que la población considerada de riesgo (adultos mayores, personas discapacitadas y embarazadas) dejara de acudir a las oficinas de gobierno. Las medidas se replicaron en los poderes Legislativo y Judicial.
Y aunque la intención era que dichas medidas se aplicaran solo durante un mes, del 23 de marzo al 17 de abril, aquel fin de semana feriado por el aniversario de la expropiación petrolera, marcó el inicio del primer confinamiento, que rebasó incluso el periodo establecido por el gobierno federal hasta el 1 de junio de 2020, cuando declaró la Nueva Normalidad.
Puebla se distancia de la línea federal
Las medidas ordenadas por la administración estatal, que incluyeron el Hoy No Circula y la suspensión de actividades no esenciales, contuvieron los contagios durante el mes de marzo, que cerró con 82 casos acumulados, pero para el mes de abril el confinamiento y el cierre de comercios comenzó a provocar estragos y hartazgo entre la población.
Para mediados de abril, el gobierno federal admitió que Puebla había fallado en la aplicación de la cuarentena y el estado se ubicó como el quinto con más contagios acumulados, alcanzado los 305 casos confirmados, por debajo de Ciudad de México (mil 828), Estado de México (695), Baja California (505) y Sinaloa (327). En cuanto al número de decesos, se reportaban 44 muertes relacionadas al virus, aunque el Gobierno Federal informó únicamente de 32.
La desobediencia de los poblanos se evidenció aún más en días festivos, como el día del niño y el día de las madres, dando paso a los peores niveles de contagios en junio, el peor mes de 2020.
Para el 1 de junio, cuando debían reabrirse actividades conforme a los protocolos de la Nueva Normalidad, Puebla alcanzaba los 500 decesos causados por el virus, era el cuarto estado a nivel nacional con más casos activos y el gobernador Miguel Barbosa tuvo que emitir un decreto endureciendo las medidas de confinamiento y restricción, advirtiendo que no existían las condiciones para la reapertura, lo que tensó la relación particularmente con el sector automotriz, que terminó eludiendo los decretos estatales con una reactivación escalonada.
Junio, el peor mes de 2020
Las discrepancias entre las cifras reportadas por los gobiernos federal y estatal continuaron a lo largo del mes. Para el 9 de junio, Puebla había llegado a 652 decesos y 4 mil 500 casos de Covid-19 pero apenas un día después los contagios se desbordaron, con 245 en un día.
El 18 de junio Puebla vivió su segundo día con más de 300 contagios de Covid19 y para el 19, con casi 8 mil casos, la Federación tuvo que admitir que el virus se había desbordado en Puebla.
El día 23 la federación reportó que había superado los 500 contagios diarios, el 24 se rebasaron los mil decesos y el día 25 había más de 9 mil contagios acumulados.
Durante el mes de julio, Puebla se mantuvo en una curva de 300 contagios diarios y entre 35 y 40 muertes diarias por el virus.
Finalmente, tras semanas de constantes advertencias, las autoridades estatales aprobaron la reapertura controlada de actividades comerciales para la segunda semana de agosto, una vez que los casos positivos bajaron a menos de 150 diarios.
Barbosa pinta su raya de la federación con semáforo epidemiológico propio
El llamado Semáforo Epidemiológico, que comenzó a operar el 1 de junio precisamente, fue otro aspecto en el que Puebla tomó su propio rumbo. Pese a los llamados de la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y del propio subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, para ajustarse al parámetro federal, el gobernador Miguel Barbosa anunció que el estado tendría un semáforo propio, atendiendo a las condiciones de cada región.
En su primera semana, la federación ubicó a Puebla en color rojo y aunque ha cambiado en varias ocasiones, bajando hasta color amarillo, la administración estatal ha sido conservadora en la reapertura de actividades, considerándose siempre en una situación más crítica de lo que admite el gobierno federal.
A finales de septiembre, aunque la Federación puso a Puebla en color amarillo, Barbosa Huerta pidió a los poblanos considerar que se mantenían en color naranja, para evitar un repunte en los contagios, particularmente en la zona metropolitana.
Pero fue inútil, el 4 de diciembre, un día después que el gobierno del estado, la federación también regresó a Puebla al semáforo epidemiológico naranja debido al incremento de contagios, que en la primera semana de ese mes fue de mil 200, tanto en los registros del gobierno federal como del estatal.
La segunda ola golpea a Puebla en diciembre
A finales del mes de noviembre, comenzó a evidenciarse la segunda ola de la pandemia en Puebla. Pese a las constantes discrepancias entre cifras, los gobiernos federal y estatal señalaron la tendencia a la alza. Los casos activos pasaron de 541 a 866 en el lapso de 10 días en los registros federales, mientras que la administración barbosista contabilizaba 929 casos activos, distribuidos en 57 municipios.
Diciembre inició con casi 40 mil contagios acumulados según la federación, pero el gobierno del estado contabilizaba en realidad 41 mil 879 casos. La administración federal también seguía rezagada en cuanto a decesos, pues de los 5 mil 342 fallecimientos confirmados ya por las autoridades del estado, apenas reconocía 5 mil 167.
El 3 de diciembre, el gobernador Miguel Barbosa Huerta anunció que Puebla regresaba a semáforo naranja por aumento de contagios en la capital y la curva de contagios y casos activos continúo elevándose, al grado que el 28 de diciembre, tras el repunte que dejó el Buen Fin, el gobierno del estado volvió a ordenar un segundo confinamiento que, si bien se ha ido relajando paulatinamente, continúa vigente más de dos meses después.
Enero fue el peor mes de la pandemia según la federación, pero el estado tiene otros datos
Entre enero y febrero, Puebla solo acumuló una tras otra, sus peores semanas y sus picos más altos, con las estadísticas federales y estatales contradiciéndose continuamente.
Según la federación, Enero fue el peor mes de la pandemia, pasando de 47 mil 636 a 61 mil 772 casos acumulados, es decir, 14 mil 136 contagios más.
Pero la administración barbosista estima solo 11 mil 979 contagios en ese mes, pasando de 46 mil 531 a 58 mil 510.
De hecho, para el gobierno estatal febrero fue el peor mes, con 12 mil 958 contagios acumulados y sus registros crecieron de 46 mil 531 a 58 mil 510.
En cuanto a defunciones, en Enero la federación reportó mil 361 contra las mil 644 del estado y en febrero fueron mil 715 contra mil 960, respectivamente.
El 24 de enero, Barbosa Huerta había reconocido que Puebla vivía su peor momento de la pandemia y el último fin de semana la federación volvió a ubicar al estado en semáforo rojo.
Puebla llegó al 2021 con hospitales saturados y desabasto de medicamentos
En medio de todo esto, Puebla vivió el inicio de 2021 con al menos hospitales saturados, según admitió el gobierno estatal, que ya habían alcanzado el cien por ciento de su ocupación e incluso el Hospital Militar Regional estaba considerado con alerta doble, pues no contaba con camas para pacientes graves que requerían ventilación asistida.
Al mismo tiempo, ya había un desabasto de medicamentos para atender a los pacientes Covid, por lo que reiteraron el llamado a permanecer confinados y respetar las medidas de prevención e higiene.
Marzo, la amenaza de una tercera ola
En lo que han sido los primeros días de este mes, las cifras federales se mantienen por debajo de las estatales y aunque el gobernador Barbosa ha señalado que la curva de contagios sigue siendo elevada pero estable, existe el riesgo de que la Semana Santa provoque una tercera oleada de la pandemia.
El 3 de marzo, el secretario de Salud en el Estado (SSA) José Antonio Martínez García, confirmó que Puebla está en riesgo de padecer la tercera ola para los meses de mayo y junio, si se pierden completamente las medidas de relajamiento social para las celebraciones de la Semana Santa.
Por su parte, Barbosa Huerta advirtió que reforzará las medidas y protocolos sanitarios en vísperas de la Semana Santa, principalmente en balnearios, centros de distracción y templos católicos, además sigue en vilo la celebración de eventos como la Procesión del Viernes Santo, La Feria de Puebla y el Desfile del 5 de Mayo.
De hecho, la Secretaría de Salud federal tiene proyectado que para después de la Semana Santa, México estaría padeciendo su tercera etapa de la pandemia de Covid-19, incluso los especialistas prevén que esta podría ser más agresiva si la población acude a centros de entretenimiento como balnearios y playa.
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