El ex presidente afirmó que Estados Unidos es una gran nación que acepta al refugiado o al perjudicado o asustado
El ex presidente de Estados Unidos, George W. Bush, afirmó que se siente arrepentido de que durante su mandato en la Casa Blanca no pudo ser capaz de haber reformado el sistema migratorio del país, aunque sostuvo que dejó "muy en claro a los votantes" que esa era una de las medidas que quería realizar.
Lee Reforma Universitaria, antecedente de participación democrática y plural: EsparzaBush dijo estas declaraciones en una entrevista transmitida hoy por la cadena CBS, en la cual, en su rancho en Texas, se encuentra realizando la promoción de su libro "Out of Many, One: Portraits of American Immigrants" (De muchos, uno: retratos de migrantes estadunidenses), el cual recoge ilustraciones hechas por él al óleo de rostros de extranjeros.
En la entrevista, el ex presidente, consultado sobre el trabajo en el Congreso ante política migratoria y si la mayor decepción de su Presidencia fue no haber sacado adelante una reforma sobre esa arista, Bush fue enfático en su respuesta.
"Sí, realmente lo es. Hice campaña sobre la reforma migratoria. Dejé muy en claro a los votantes que esto es algo que tenía la intención de hacer".
Aun así, aseguró que actualmente está haciendo "lobby" (cabildeo) entre los conservadores para proporcionar una vía a la ciudadanía para los indocumentados si se comprueba que no tengan antecedentes penales y pagan impuestos en Estados Unidos.
"No sé si mi propio partido me escucha o no, esa es otra cuestión", reflexionó.
Pese a tener el apoyo del Partido Demócrata y del Republicano, Bush no consiguió impulsar durante su Presidencia una reforma migratoria, y años más tarde uno de sus sucesores en el cargo, Donald Trump, (2017-2021) ganó las elecciones con una retórica antimigratoria, como pieza central de su campaña.
"El problema con el debate sobre la migración es que uno puede crear mucho miedo: vienen detrás de ti. Pero es una nación que está dispuesta a aceptar al refugiado o al perjudicado o asustado, que para mí es una gran nación... Y somos una gran nación".
Pese a que evitó criticar a sus sucesores, Bush apuntó que hay una gran diferencia entre él y Trump.
"Siento una responsabilidad para mantener la dignidad del cargo. Lo hice entonces, y ahora. Creo que es indigno querer ver mi nombre en la prensa todo el tiempo. Pienso que básicamente manda una señal de que quiero ser famoso y que la gente me vea", indicó Bush.
El ex mandatario vive retirado junto a su esposa Laura Bush en su rancho Prairie Chapel, al sur de Dallas, donde se dedica a pintar. Durante la entrevista, explicó que se aficionó a este hobby porque echaba de menos aprender cosas.
"La Presidencia es una gran experiencia de aprendizaje y, de repente, ya no eres presidente. Por causalidad, leí el ensayo de Winston Churchill 'Painting as a Pastime' (Pintar como pasatiempo), que me hizo pensar en la pintura", detalló.
En ese momento, añadió, "me dije 'si ese chico grande puede pintar, yo también puedo".
La amistad con los Obama
Bush habló, además, de su amistad con el matrimonio Obama, en concreto con la ex primera dama Michelle Obama, con la que ha protagonizado momentos virales después de que la esposa del ex presidente demócrata Barack Obama le abrazara en público durante la inauguración en 2016 del Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericanas en Washington DC.
Ambos protagonizaron un momento divertido durante el funeral por el ex senador republicano John McCain, fallecido en 2018, cuando Bush le dio caramelos a la ex primera dama en un gesto que fue captado por las cámaras.
"Los estadunidenses estaban tan sorprendidos de que Michelle Obama y yo pudiéramos ser amigos. Creo que el problema es que los estadunidenses están tan polarizados en su manera de pensar que no pueden imaginarse que George W. Bush y Michelle Obama puedan ser amigos", destacó.
Con información de la AFP
Fotografía: AFP
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