La Universidad Jesuita está preparada para el regreso de sus estudiantes, quienes a su vuelta verán protegidos sus intereses educativos, financieros y de salud
El salón A-204 de la IBERO Puebla, estructurado al estilo de anfiteatro, solía albergar clases teóricas de amplia concurrencia. Ahora, tras más de 400 días de abandono, está equipado con una computadora con inteligencia artificial, dos cámaras, un micrófono y un proyector para ser el escenario de las clases híbridas que tomarán cientos de alumnos en su próximo regreso al campus.
Lee India roza los 20 millones de contagios de coronavirusSe espera que un total de 44 salones de la Universidad Jesuita (y ocho en las preparatorias IBERO Puebla y Tlaxcala) estén equipados con esta infraestructura y se activen tan pronto como lo permitan las condiciones epidemiológicas a nivel regional y estatal.
El Mtro. Mario Patrón Sánchez, Rector de la IBERO Puebla, refrenda el entusiasmo de la Universidad por ponerse de nueva cuenta a disposición de su Comunidad de forma presencial. “Estamos preparados para el reto de ser universidad en nuevos entornos de cotidianidad con presencialidad desdensificada”, explica.
Luego de una visita en sitio por parte de personal de la SEP Puebla, las autoridades han constatado que la Casa de Estudios cumple cabalmente con todos los requerimientos para abrir sus puertas al alumnado cuando el indicador epidemiológico se encuentre en color amarillo. De ser así, el periodo escolar de Verano 2021, que inicia el 24 de mayo, alojará entre el 25 y 40 por ciento de la matrícula de licenciatura, así como al 70% de los colaboradores.
Quienes decidan asistir nuevamente a las clases presenciales (primordialmente de talleres, laboratorios y prácticas) serán recibidos por el sistema automatizado de entrada por torniquetes y plumas vehiculares, los cuales solo se activarán si la persona realizó su automonitoreo COVID a través de la plataforma institucional.
Dicho protocolo consiste en un formulario que, a través de una serie de preguntas relacionadas con sintomatología, signos vitales y conductas de convivencia, busca identificar a personas con algún grado de riesgo de ser portadoras de coronavirus. Si el resultado es favorable, la persona podrá ingresar al campus; si no, deberá permanecer en casa y recibirá seguimiento por parte del Servicio Médico de la Universidad.
Una vez al interior de las instalaciones, la persona deberá lavar sus manos o utilizar el dispensador de gel antibacterial más cercano y atravesar el filtro sanitario correspondiente. Mediante el uso de cámaras termográficas, el personal de salud de la IBERO Puebla se asegura de que cada visitante tiene una “temperatura normal” y que porta su mascarilla de manera correcta.
Todas las aulas han sido adaptadas a los requerimientos indispensables de bioseguridad. En palabras de Mtra. Concepción Rosales Orozco, directora de Planta Física y Servicios Generales, los salones cuentan con un aforo máximo con base en sus dimensiones y la amplitud de las ventanas. Además, todos los espacios áulicos serán desinfectados por las cuadrillas de limpieza tras concluir los 90 minutos de clase.
La matrícula de la IBERO Puebla ha disminuido un 5% durante el primer año pandémico. El redoble de esfuerzos en el cuidado de la salud, la viabilidad financiera y la calidad educativa han propiciado el voto de confianza de la Comunidad Estudiantil.
Lo mismo ocurrirá en la cafetería, donde se ha redistribuido el espacio de comida para recibir a 90 personas, un tercio de la ocupación prepandémica. Se ha dispuesto la ocupación de una persona por mesa en espacios pequeños, mientras que los muebles más largos han sido reacondicionados con canceles separadores.
Los laboratorios albergados en el Instituto de Diseño e Innovación Tecnológica (IDIT) también han delimitado su aforo máximo de participantes. La Dra. Lilia Vélez Iglesias, directora general Académica, explica que los grupos de mayor cuórum se dividirán los tiempos para ingresar a los inmuebles. Se espera que en Verano 2021 cerca de mil alumnos retomen actividades en talleres y laboratorios de ingenierías, diseño y ciencias de la salud.
Para las clases de corte teórico, la modalidad híbrida permitirá tener una experiencia de contacto permanente entre la fracción del alumnado que asista a la cátedra y la que la siga desde su casa, situación que será particularmente favorable para el 48% de la matrícula que no reside en Puebla.
Gracias a la inteligencia artificial de la que están dotadas, las cámaras de las aulas enfocan los elementos más importantes del primer encuadre, donde podrá observarse al docente o los contenidos del pizarrón, según sea la necesidad. Hasta el momento, más de 300 profesores han sido capacitados para el uso de las herramientas tecnopedagógicas con una perspectiva contextual, afectiva y de contenidos.
El alumnado que regrese al A-204, a un laboratorio o a un taller podrá sentirse tranquilo gracias a la implementación de numerosos y estrictos protocolos sanitarios de protección y prevención, así como estrategias de reacción ante riesgos latentes. “Apostamos a la educación a distancia para que los alumnos sigan adquiriendo conocimiento significativo, pero también nos interesa lo vivencial”, recalca Patrón Sánchez.
Fotografía: Cortesía
rvg
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