Huauchinango quedó como la peor y Tehuacán como la mejor, aunque aprobó de panzazo
Por sobrepoblación, mala alimentación, falta de personal o deficiente separación entre procesados y sentenciados, Puebla reprobó con 5.94 de calificación la evaluación anual que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos realiza a los centros penitenciarios del país.
Lee Puebla es segundo lugar con más reos muertos por Covid en 2020Para la edición de 2020 de su Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria, el organismo tomó en cuenta seis cárceles poblanas, entre las que Huauchinango quedó como la peor y Tehuacán como la mejor, aunque aprobó de panzazo.
El centro penitenciario regional de Huauchinango sacó 5.24 de calificación por mala atención a internos en aislamiento, deficiencias en servicios de salud, en alimentación e higiene, fallas en la aplicación de sanciones disciplinarias, en capacitación del personal, en falta de custodios y la presencia de actividades ilícitas, aunque éstas últimas no se detallaron.
Además se advirtió una deficiente separación entre procesados y sentenciados, la falta de actividades deportivas y educativas, así como pobre atención a mujeres y menores que vivan con ellas e insuficiencia de programas para la prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria.
No obstante se destacó que no hay sobrepoblación, autogobiernos, existen actividades laborales y atención a personas indígenas.
El centro de reinserción social distrital de Acatlán de Osorio obtuvo 5.29, por deficiente separación entre hombres y mujeres, hacinamiento, sobrepoblación, mala alimentación e higiene, falta de capacitación del personal penitenciario, de reglamentos y debido a la presencia de actividades ilícitas.
En contraparte se destacaron los programas para prevenir incidentes violentos, inexistencia de extorsión o sobornos, atención a personas indígenas y a quienes viven con VIH/SIDA.
La CNDH calificó al centro penitenciario distrital de Zacatlán con 5.76 debido a escasos servicios de salud, sobrepoblación, mala comida e higiene, falta de disciplina, de capacitación al personal, existencia de delitos, así como deficiente separación entre procesados y sentenciados.
Aquí se destacó la ausencia de autogobiernos, al igual que la atención a personas con discapacidad, indígenas, LGBTTTI y que viven con VIH/SIDA.
Pasan de panzazo
Ya con una calificación aprobatoria, el centro penitenciario distrital de Tetela de Ocampo obtuvo 6.12, impulsado porque no se advierte sobrepoblación, falta de autogobiernos, de casos de extorsión, y apoyo a los internos con discapacidad, indígenas o de la comunidad LGBTTTI.
Sin embargo tiene fallas en los servicios de salud, de supervisión por su director, en higiene, aplicación de sanciones, en número de custodios, separación entre procesados y sentenciados, así como poca atención a quienes portan VIH/SIDA.
Tecamachalco alcanza 6.61 por atender a personas en condiciones de aislamiento, ausencia de cogobiernos, de actividades ilícitas y sobornos.
Aunque enfrenta problemas en los servicios de salud, sobrepoblación, en higiene, capacitación y número suficiente de custodios, además de falta de programas deportivos y de prevención de adicciones.
Mientras que Tehuacán alcanzó 6.63 de calificación por prevenir violaciones a derechos humanos, higiene en área médica, ausencia de extorsión y sobornos, por la existencia de actividades laborales y de capacitación e integración de expedientes técnicos-jurídicos.
Pero se destaca por otra parte la deficiente atención a personas en aislamiento, en los servicios de salud, la separación entre hombres y mujeres, hacinamiento e insuficiencia de programas para la prevención y atención de incidentes violentos.
Pobre alimentación e higiene, falta de capacitación del personal penitenciario, insuficiencia de personal de seguridad y custodia, presencia de actividades ilícitas, deficiente separación entre procesados y sentenciados, además de atención a menores que viven con sus madres al interior del cereso.
Foto: Archivo e
gse
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