Efusivo y enfático, el Presidente dijo ayer: “Quiero felicitar a todos los que participaron ayer en la consulta ciudadana. Es la primera consulta constitucional que se lleva a cabo en la historia de nuestro país, es algo realmente trascendente, es el inicio formal, legal, de un proceso de participación ciudadana en el marco de la democracia participativa (…). Por eso mi felicitación a todos los que participaron…”. En el “todos”, pese a la versión cuatroteísta, están los consejeros electorales, en especial el presidente del INE, Lorenzo Córdova, y el titular de la Comisión de Quejas y Denuncias, Ciro Murayama, quienes con sus nueve pares y 17 mil servidores públicos, más una cifra muy superior de ciudadanos insaculados que atendieron a los votantes, hicieron exitoso el ejercicio del domingo. Al celebrarlo, AMLO recordó que “en marzo del año próximo viene otra consulta y van a participar muchos más ciudadanos, porque se les va a preguntar si quieren que continúe el Presidente o que renuncie”. Detalló consultas anteriores a la primera constitucional: para la reforma política del ex DF (330 mil opiniones), la del Fobaproa en 1988 (dos millones 100 mil) y la cancelación del aeropuerto en Texcoco (un millón 69 mil 870). En este punto afirmó: “Querían quedarse con los terrenos del actual aeropuerto para hacer una especie de Santa Fe” (lo cierto es que iban a cederse a la capital para que sus autoridades decidieran su destino). “Por eso ahora es un triunfo el que seis millones 474 mil 708 ciudadanos hayan participado”, insistió. Optimista, supone que el INE puede mejorar el proceso para la revocación del mandato: “No es un asunto de presupuesto, es un asunto de voluntad. Cuando se quiere, se puede”. Antier “se pudo haber extendido el número de urnas, de casillas por todo el país. No es un asunto de dinero. Se pudo haber pedido la colaboración de gobiernos estatales, de gobiernos municipales, del pueblo…”. No es tan sencillo ni el INE puede vivir de la caridad pública o privada (el 40 por ciento de su presupuesto se lo lleva la expedición de credenciales de elector y la habilitación de casillas, el papel y demás cuesta dinero; en la consulta quedaron sin usarse más de 93 millones de papeletas). Para colmo, ni siquiera hay una ley reglamentaria para realizar esa especie de contraelección porque lo que se votará es si se quiere que el Presidente, los gobernadores y alcaldes permanezcan o se vayan. De procesar a los ex presidentes llamó la atención que dijera: “Esto no descarta la posibilidad de que haya juicios; la autoridad tiene, en todo momento, derecho de actuar cuando se trata de asuntos judiciales, siempre y cuando haya pruebas y elementos”. ¿Acaso si la consulta hubiera resultado vinculante se desataría la cacería sin evidencias de los probables delitos? Como sea, lo importante para él es que “ahora se estigmatiza al corrupto y eso ayuda muchísimo, eso es lo que purifica la vida pública, porque ya es una sociedad distinta…”.
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