Angélica tenía 11 años cuando, a cambio de 120 mil pesos, su padre la entregó a una familia.
Lee Polarización y venta de niñasEsto no es un cuento de ficción: Angélica tenía 11 años cuando, a cambio de 120 mil pesos, su padre la entregó a una familia. No tendría la transición infancia-adolescencia a la que todas y todos tenemos derecho. Angélica se enfrentó de inmediato a un futuro de violencia y agresión, todo en un entorno de profunda necesidad. Ella lo contó todo hace unos días, cuando huyó de casa tras ser violada por el padre que se convirtió en su esposo. Angélica vivió así durante cuatro años, hoy tiene 15, y su escape, lejos de significar una nueva oportunidad, la mandó a prisión, porque su agresor así lo solicitó; incluso puso de condición para otorgarle su libertad, que sus padres le regresaran los 120 mil pesos que habían pagado por ella, pero además agregó otros 90 mil a cuenta de intereses. La familia que exigía el pago pidió que también encarcelaran a la abuela de Angélica y a sus tres hermanas, también menores de edad. Todo ocurrió en Guerrero, en la localidad Dos Ríos, en el municipio de Cochoapa el Grande. Angélica y su familia finalmente encontraron la libertad, luego de que su caso tuvo eco en redes e intervino la Comisión de Derechos Humanos de aquel estado.
Este fin de semana, Andrés Manuel López Obrador estuvo en Guerrero. Junto con miembros de su gabinete, acompañó a la recién llegada gobernadora, Evelyn Salgado. En uno de los eventos expresó:
“Ahora que fuimos a La Montaña, unas periodistas, por toda la campaña que se genera, de quienes no conocen las comunidades ni conocen de las culturas de los pueblos, la pregunta que me hacían es: ‘¿Qué nos dice o viene a ver lo de la venta de las niñas, lo de la prostitución de niñas?’. No, no vengo a ver eso, porque eso no es la regla...”.
Ni empático ni asombrado. Por el contrario, esto reveló lo malentendida que el Presidente tiene sobre la realidad de las comunidades más vulnerables, por ello habrá optado por minimizar lo que en ellas ocurre. López Obrador agregó que este tipo de casos, como el de Angélica, eran la excepción, que en las comunidades como Dos Ríos hay muchos valores, morales y espirituales.
Y nadie contradice esto último, gente con valores hay como en cualquier otro lugar del país, del mundo, pero tampoco negamos que, como Angélica, hay muchas menores más que, por usos y costumbres, ven truncada sus vidas y sus posibilidades de desarrollo. Porque sí, por tradición, en esas comunidades que, encima de todo, viven en condiciones de extrema pobreza, las niñas son vendidas por sus padres y terminan como esposas y esclavas para tareas sexuales o en el campo, a veces desde los 12 años o antes.
“No es la regla...”, dijo el Presidente, pero ocurre. Y pasa y seguirá sucediendo por la poca visión y entendimiento de las necesidades de comunidades tan vulnerables como lo son las de la sierra de Guerrero, Oaxaca o Chiapas. Organizaciones afirman que es imposible tener precisión sobre el número de menores que han vivido esta violencia, por su discrecionalidad y porque hay quienes aún creen que se justifica por los usos y costumbres, así como lo hace el Presidente.
Columna Nudo Gordiano de Yuriria Sierra en Excelsior
Foto archivom
clh
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