La actitud del PRI es un cómico retrato de nuestra política y la hipocresía del líder del tricolor es infantil, trágica y no se da cuenta de ello
“Consideraba como una burla de su travieso destino haber buscado el mar sin encontrarlo, al precio de sacrificios y penalidades sin cuento, y haberlo encontrado entonces sin buscarlo, atravesado en su camino como un obstáculo insalvable”. GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
¿De qué murieron los quemados?
El PRI, el antiguo expartidazo, el imbatible y de donde han salido spin-offs tan exitosos como en su momento fue el PT, el Verde, el PRD y ahora Morena (ok, este último del de la Revolución Democrática), se ha convertido en un triste payaso de lo que alguna vez fue; es tragedia y comedia de la política mexicana. Y es que hoy se “acomoda”, no para crecer, sino para sobrevivir.
El presidente del PRI y también diputado federal, Alejandro Moreno, Alito, se aventó una actuación digna del Oscar. Empezando con una frase honesta, pero imposible de creer de quien invita a sopesar “las bondades” de la contrarreforma eléctrica: “Este gobierno es una tragedia; Morena es una desgracia y una tragedia para México. Tienen pésimos resultados: la economía destrozada, la inseguridad como nunca, no hay apoyo a la economía, a los temas de salud que tanto se comprometieron; este gobierno es un desastre”.
Su dicho fue cierto, pero no hay que olvidar que el PRI es una de las razones principales por las cuales Morena pudo llegar al poder. Y no, no me refiero a que pactaron la derrota, sino que la victoria de Juntos Haremos Historia se debe a la ingente soberbia y absoluta corrupción del Revolucionario Institucional. Tenemos, entonces, que “este gobierno es una tragedia” en parte al ser reflejo de lo que es el PRI: una tragedia y una comedia al mismo tiempo.
Cómico —y de ardidos, en verdad—que el dirigente del PRI dijera “¿quién conoce al joven Colosio?” Respuesta: muchos (bastante más que a él), como resultado de la tragedia que fue el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, hecho conocido por no pocos mexicanos.
Trágico señalar: “El nombre (refiriéndose a la ‘marca’) de Luis Donaldo Colosio es priista”, como si perteneciera al PRI, para luego rematar diciendo: “el joven Colosio puede ir a cualquier lugar de la República, y se para y no lo conocen en ningún pueblo”. Entonces, ¿en qué quedamos?: ¿O es del PRI o no lo conocen o solo lo conocen si está en el PRI? Así de cómico su dicho.
Pero más adelante salió a relucir la verdad cuando el subconsciente de Alejandro Moreno lo traicionó: “no entiendo por qué su hijo no está en el PRI”. Señal de la tragedia que vive el PRI al no tener un personaje con las características que posee el joven alcalde regio.
En un arrebato de despecho al no contar con Colosio (e independientemente de que creo algo tiene de razón), despotricó: “Movimiento Naranja es el gran esquirol del país por hacerle el trabajo a Morena”. A lo cual, el viejo lobo de mar, Dante Delgado ironizó la tragedia que embarga al tricolor al revirar: “póngase a trabajar”.
¡Vaya que eso sí calienta!, pues es cierto y necesario que si el PRI quiere ganar algo, un estado, una alcaldía, tiene que ponerse a trabajar en serio y comprometidamente (lo que incluye no dar bandazos si ya han decidido ir con la oposición). Todo lo demás se vuelve ironía, caprichos y absurdos. Si Alito no busca la unidad de su partido y después con los partidos de oposición, su discurso se convierte en una charada al servicio de Morena. Una comedia que tiene pinta de devenir en tragedia.
La actitud del PRI es un cómico retrato de nuestra política; una grotesca caricatura de una oposición que debería unirse, mas hacen lo contrario: ven cómo dinamitarse mutuamente. La hipocresía del líder del tricolor es infantil, trágica y no se da cuenta de ello.
Los comentarios de Alejandro Moreno debieron ser ligeros y fugaces, ni siquiera eso le alcanzó. Su rencor sonó como un disco viejo; repetitivas las frases. ¿Qué significará eso para el PRI?
Columna de Verónica Malo Guzmán en SDP Noticias
Fotografía SDP
clh
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