La casa y el… ¿conflicto de interés?

El periodista Carlos Loret de Mola busca convertirse en la Carmen Aristegui del sexenio de AMLO. La reciente investigación en torno a la casa del hijo mayor del presidente de México, realizada por Latinus y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad amenaza con replicar lo que Aristegui hizo con la casa blanca de Angélica Rivera en tiempos del gobierno de Enrique Peña Nieto. Este reportaje destruyó la presidencia de priista. La de Loret, por el contrario, parece alejado de conseguirlo.

Según ha sido revelado, López Beltrán vive en una casa en las afueras de Houston, Texas, junto con su esposa. Sin embargo, ha trascendido que la propiedad pertenece a la mujer. En adición a ello, se ha reportado un posible caso de conflicto de interés derivado de contratos entregados por Pemex a la petrolera Baker Hughes. Un alto directivo de este empresa -según concluyó la investigación- fue dueño de la citada propiedad.

Ello ha levantado una polvareda de especulaciones y acusaciones. El propio Acción Nacional, principal partido opositor, presentó el pasado jueves una denuncia ante la Fiscalía General de la República contra López Beltrán por un supuesto conflicto de interés.

Aquí se presentan dos lecturas. La primera responde al posible conflicto de interés presentado entre el hijo del presidente y la empresa Baker Hughes. Lo justo y transparente será una investigación en torno a la existencia de tráfico de influencias. Para ello, la FGR, en coordinación con las autoridades estadounidenses, deberá encabezar, en ejercicio de su autonomía, una exploración con el propósito de presentar, si procede, un caso legal contra López Beltrán o, en su caso, desecharlo.

La segunda concierne al mensaje de austeridad del presidente. Algunos aseguran que el mensaje del presidente AMLO ha sido lastimado tras el descubrimiento de la “vida lujosa” de su hijo en Texas. Otros se aventuran a vaticinar que el reportaje de Loret representa el declive de la credibilidad del presidente.

De ambas lecturas concluyo lo siguiente. Si la investigación arroja que López Beltrán no incurrió en actos de conflicto de interés y que, por el contrario, alquilaron o adquirieron la propiedad con apego a la ley y a la transparencia, AMLO queda absuelto, pues ningún jefe de Estado es responsable de la forma de vida de los hijos. En otras palabras, si el hijo mayor del presidente ha gozado legítimamente de las propiedades y lujos que mejor le parezcan, AMLO no tendrá mucho que decir.

En suma, AMLO no es responsable de los actos de sus hijos, a reserva, desde luego, de que no sea comprobado que las acciones de López Beltrán violaron la ley y que aprovechó su apellido y posición política para obtener beneficios personales. Veremos.

Columna de José Miguel Calderón en SDP Noticias

Foto @30JR36

clh