La alcaldesa de la Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, se desacredita bastante bien por sí sola
“Qué te pasa
qué estas haciendo en casa
ya no hay lluvia, fíjate
ni nubes en el cielo
nuevamente brilla el sol
disfruta del momento.
Qué te pasa
no pongas esa cara
el amor y el desamor
son solo un accidente
no te dejes deprimir
disfruta de la gente
Qué te pasa
qué estás haciendo en casa
¡Ay! qué te pasa
Es la pregunta que se han de hacer quienes votaron por ella, así como los partidos políticos que la abanderaron en las pasadas elecciones locales.
La alcaldía Cuauhtémoc de la Ciudad de Mexico es una de esas demarcaciones con infinitos atractivos. La impactante plancha del Zócalo, la Zona Rosa, el majestuoso Palacio de Correos y cientos de edificios testigos de otras épocas.
En términos políticos, llama la atención que la ubicación geográfica de las oficinas del poder Ejecutivo federal y de la Ciudad de México se hallen en una alcaldía no morenista… ¿Ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón?
Pues no. Sandra Cuevas, alcaldesa de Cuauhtémoc, ha decidido llamar la atención y no necesariamente por sus buenas prácticas en la administración pública. Mucho explica el que, aunque llegó a la alcaldía siendo abanderada por el PRD en alianza con el PAN y el PRI, antes de ello fue morenista. Algunos señalan que forma parte del grupo del senador Ricardo Monreal. Y ser veleta política, aunque puede ser un desatino, a ella le funcionó. No la escogieron por Morena y al ir con la oposición, logró el poder. ¿Ideologías? Multicolores.
Además de su función pública, la hoy alcaldesa se ufana de ser empresaria dedicada a la organización de eventos masivos, incluyendo instalaciones de pistas de hielo en diversas ciudades del país. Tiene también una asociación civil, como muchos políticos, para poder hacerse propaganda todo el tiempo.
Desatinos, afrentas e ilegalidades cometidos por ella en los últimos meses muestran el poco o nulo compromiso que tiene con la ciudadanía.
Viajar en Suburban con placas truqueadas. Suponemos que el armatoste es de ella y no de la alcaldía, pero eso no exime que los medios la han captado viajando en una sin placas y otras veces —suponemos que es una distinta— con placas truqueadas de Morelos…
Doble tache —por la ilegalidad y por la afrenta— pues, siendo alcaldesa en CDMX, no paga la tenencia del vehículo en la capital. Un acto de deslealtad hacia sus representados.
Otro desatino es la cantidad de personas que le han acompañado en diversos eventos en calidad de “seguridad privada”. Más allá de la inseguridad que priva en nuestro país —y que ya nadie pone en duda—, cabe la pregunta si es necesario que traiga 20 agentes cuidándola y, sobre todo, el ¿quién les paga?
Su toma de protesta estuvo llena de pifias e ilegalidades. Las pifias son una alfombra roja y el uso de fuegos artificiales (por aquello de la contaminación en Ciudad de México), entre otras chuladas. Lo ilegal fue el uso de las banderas de los partidos políticos junto a la bandera de la nación en un mitin político. Por cierto, ¿el costo del show lo pagó ella o la alcaldía?
Gastó más de 400 mil pesos en la impresión de una revista para celebrar sus primeros cien días en el poder… El presupuesto allí sí partió de las arcas de la alcaldía; así que, además de las demandas en curso que existen por este y otros tipos de malversaciones de fondos, ello constituye un error dadas las necesidades que se tienen en la demarcación…
Un desatino fue decir: “no me gustan los pobres”. Si bien ella dice que la sacaron de contexto y lo que quería expresar es que ella también fue pobre y que se puede y se debe salir de la pobreza.
Tuvo un asesor empresarial (restaurantero de Polanco), quien fue detenido por el delito de corrupción de menores. Si bien la alcaldía emitió un comunicado informando que esta persona ya no forma parte de su plantilla laboral desde el 15 de enero, lo anterior muestra que no hubo mucha atención al conformar inicialmente a su equipo de trabajo.
De lo más mediático —que no es sinónimo de positivo— son los policías que se dicen fueron golpeados y agredidos por Sandra y su equipo. Existen denuncias y una investigación en curso en contra de ella por los delitos de abuso de autoridad, privación de la libertad y robo. La alcaldesa aduce que es un montaje del gobierno de la Ciudad de México para desacreditarla. Mis lectores sabrán bien que no son mi máximo los de la Cuarta Transformación, pero en este caso no es necesario que estos hagan nada, Sandra Cuevas por sí sola se desacredita bastante bien.
En todo caso, por qué creerle a la alcaldesa luego de que ha negado lo que a todas luces es evidente: aventar desde el balcón de la alcaldía, a modo de promoción, pelotas con billetes de 500 pesos. Mismo esto podría haber sido de mal gusto pero inocuo si el dinero hubiese salido de sus bolsillos y si hubiera aceptado el hecho. Pero el negarlo cuando existen fotos que la desmienten y no aclarar el origen del dinero convierte el acto en una conducta ilegal.
Total, que la pregunta que ronda en la capital es: ¿qué le pasa a Sandra Cuevas?
Posdata relativa a la revocación de mandato
Importante y necesaria. Al parecer la alcaldesa también está cayendo en el desatino de explícitamente llamar a no votar en el ejercicio de revocación de mandato presidencial de abril próximo. Como funcionaria y representante popular es ilegal hacer eso.
Y no es que yo promueva acudir a votar en dicha consulta popular (de hecho, expuse las razones por las cuales no hacerlo en un artículo para El Heraldo), pero ciertamente una alcaldesa no está en posición de hacer campaña ni a favor ni en contra de dicho ejercicio.
He dado numerosas y sólidas razones para no hacerle el juego a AMLO en el proceso de revocación. Las sostengo. Pero si usted decide participar —tiene el derecho de hacerlo— ¡por favor, al menos vote contra AMLO!
Le sugiero por el mayor interés nacional no anular su voto en son de protesta (será contabilizado por el solo hecho de depositarlo en la urna); mucho menos votar a favor del peor gobierno en muchas décadas, si no es que en toda la historia de México. En el caso de que usted se vea urgido de acercarse a una urna, vote por que López Obrador se vaya.
Columna de Verónica Malo Guzmán en SDP Noticias
Foto SDP
clh
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