En este sexenio no se alcanzará la autosuficiencia en la petroquímica secundaria, pero estarán las bases para que sí en unos años
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Lee El legado de AMLOEl presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) señaló en la conferencia de prensa mañanera de este jueves 3 de marzo que “la política neoliberal destruyó toda la industria petroquímica que se había construido durante varias décadas” y que dejamos de ser autosuficientes en ese sector.
El mandatario afirmó que el Gobierno de la Cuarta Transformación (4T) dejaría las bases para el rescate de la petroquímica, ya que su administración no tenía el tiempo para esto y se había decidido que lo inmediato era ser autosuficiente en combustibles y por eso se había comprado la refinería de Deer Park de Texas; además de que se sigue construyendo la planta de refinación de Dos Bocas y se rehabilitan las seis refinerías que hay en el país.
La apertura al capital privado en la petroquímica secundaria por parte de los gobiernos llamados “neoliberales” fue un fracaso, ya que el país se volvió dependiente en este sector energético y nunca se alcanzó las inversiones requeridas para desarrollar esta industria.
La petroquímica secundaria de México, que tuvo su esplendor en los años ochenta del siglo pasado y que llegó a ser la quinta productora de estos derivados de gas y petróleo a nivel mundial, pero con la privatización en el último decenio del siglo pasado la producción nacional ha venido decayendo esto debido a equivocadas políticas en el sector y mala planeación de parte de los gobiernos que le apostaban al mercado.
La petroquímica tiene gran importancia para el desarrollo económico del país, ya que es la industria que transforma el gas natural y algunos derivados del petróleo en materias primas, las cuales representan la base de diversas cadenas productivas, como es la industria textil, automotriz, electrónica, plásticos, fertilizantes, etcétera.
El gobierno de Carlos Salinas de Gortari, en 1992, modificó el Artículo 27 Constitucional en materia de petróleo para liberar 46 productos petroquímicos secundarios reservados a la Nación, y dejó únicamente siete productos básicos derivados del petróleo y gas exclusivos para el Estado.
La modificación constitucional del Artículo 27 de la carta magna que hizo el gobierno salinista en materia de petróleo, definió a la petroquímica secundaria, como resultado de procesos fundados en la primera separación física importante que se efectuó a partir de productos de la refinación de hidrocarburos naturales del petróleo.
La privatización de la petroquímica secundaria no dio los resultados esperados. El gobierno de Ernesto Zedillo licitó la planta de Cosoleacaque, que era el complejo más grande del mundo en producción de amoniaco. En 1996 esta planta producía 2 mil 500 millones de toneladas de amoniaco, diez años después esta misma ya solamente producía 600 millones de dicho producto. Cabe hacer mención que nadie llegó al precio del complejo petroquímico licitado, por ello siguió siendo de Pemex; lo mismo sucedió con la licitación del complejo de etileno llamado Morelos, en que no hubo interés por adquirir esta planta por parte del capital privado.
El argumento que dio el entonces secretario de energía del gobierno de Ernesto Zedillo, Luis Téllez K para desmantelar la petroquímica secundaria, fue que estas plantas sólo eran negocio en países donde la materia prima para que estos complejos, el gas natural, por ejemplo, era muy barata. Siendo que México no es auto suficiente en este energético y los precios son altos, la petroquímica secundaria deja de ser negocio. El funcionario olvidó que la petroquímica es un sector estratégico para el encadenamiento industrial.
El gas natural sólo es insumo necesario para la elaboración de amoniaco y metanol y sus derivados, los demás productos de la petroquímica son derivados del petróleo, por lo que no es justificación para no invertir, además se le debe dar la importancia de sector estratégico para muchas industrias.
La administración del presidente Vicente Fox propuso para el sector el “Proyecto Fénix”, que contemplaba la instalación de nuevas plantas de etileno, así como un tren de aromáticos, con participación de la iniciativa privada, y Petróleos Mexicanos (Pemex) como socio minoritario en un 30%, con contratos a 20 años y la idea central de atraer inversionistas. El incentivo que se daba a la inversión privada era la obtención de materia prima de Pemex Refinación y Pemex Gas a precios más bajos (“precios de oportunidad”), pero el proyecto tuvo que diferirse, ya que la Secretaría de Hacienda no autorizó rebajar el precio del gas.
El Proyecto Fénix cristalizó hasta el 2013, con la alianza entre Petróleos Mexicanos y la brasileña Mexichem, que formó la empresa “Petroquímica Mexicana de Vinilo, S.A. de C.V.”, en la cual Mexichem aporta el capital para la modernización de la planta, mientras que Pemex le arrendará los terrenos del complejo Pajaritos a precios mínimos.
La alianza entre Mexichem y Petróleos Mexicanos como socio minoritario, trajo como consecuencia que se despidieran y transferidos a otras plantas 1,800 empleados de los 2,578 que laboran en la planta de Pajaritos.
El gobierno mexicano firmó un contrato en 2010 para que la empresa petrolera que dirige actualmente Octavio Romero surtiera de gas etano a un precio preferencial (más bajo del precio de mercado) a la planta Etileno XXI, de la mexicana Idesa y la brasileña Braskem, que es filial de Odebrecht lo que ocasionó grandes pérdidas a Pemex.
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) informó en el resultado de la Cuenta Pública 2017, que las pérdidas se han multiplicado porque Pemex negoció desde 2010, durante el gobierno de Felipe Calderón, un contrato ventajoso a 20 años para la sociedad Idesa-Braskem, el cual fue ratificado durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.
De acuerdo con la ASF, en 2017 Petróleos Mexicanos perdió 1,707 millones de pesos por vender etano 36 por ciento debajo de su costo real a la planta de Etileno XXI.
El contrato que negocio el gobierno de Felipe Calderón y ratificó en su calidad de Secretario de Energía con la empresa mexicana-brasileña en 2010 desencadenó un desastre industrial en Pemex: tan sólo durante los primeros 10 meses de operación de la planta establecida en Veracruz, el corporativo petrolera perdió cerca de 2 mil millones de pesos y dejó sin etano a sus propias plantas procesadoras de etileno –que dejaban altos márgenes de rentabilidad– para favorecer a Odebrecht, sin pena de pagar multas multimillonarias.
La hoy empresa productiva del estado acumuló hasta noviembre de 2019 penalizaciones de poco más de 2,800 millones de pesos por incumplir con el suministro de gas natural al complejo petroquímico Etileno XXI, de la firma Braskem-Idesa, dice la ASF.
En su Informe del Resultado de la Fiscalización de la Cuenta Pública, la ASF añade que Pemex ‘solo le suministró al Complejo Etileno XXI, 92.1% del volumen pactado contractualmente (66 mil barriles diarios); por el suministro faltante (7.9%) pago penalizaciones por 810.16 millones de pesos’.
Para frenar las pérdidas y revertir el déficit de etano el Gobierno de la Cuarta Transformación, logró en 2020 un acuerdo para que Pemex vendiera el etano a precio de mercado, a la empresa privada y que la empresa estatal ya no pagara el transporte.
Actualmente tenemos un gran déficit de fertilizantes en el país y la mayoría hay que importarlo, lo que eleva los costos de los productores del campo.
La privatización de la empresa estatal de fertilizantes Fertimex, en 1993, ocasionó que los empresarios que la adquirieron determinaran que convenía más importar la urea o fertilizantes de otros países, cerrando esta industria. Actualmente sólo cuatro compañías comercializadoras tienen el control del mercado de fertilizantes en el país, con precios muy elevados, además de que afectaron más de 20 mil empleos directos y desplomaron la producción de amoniaco en México, afectando la cadena prioritaria Gas- Amoniaco.
El gobierno de Enrique Peña Nieto compro plantas de nitrogenado a empresas privadas que estaban casi inservibles y con sobreprecio, lo que significó perdidas para el erario.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en su conferencia de la mañana del pasado 3 de marzo que “en el caso de los fertilizantes, pues se destruyó por completo todo lo que era Fertimex, vendieron las plantas. Bueno, una de esas plantas que vendieron fue la de Agro Nitrogenados y otras, la que produjo la denuncia sobre corrupción en Coatzacoalcos y también reservas de piedra fosfórica en minas de Baja California Sur, y plantas también que se adquirieron después de que se habían entregado en Lázaro Cárdenas, Michoacán. Quedó todo desmantelado, en el abandono”.
El mandatario también informó que se está construyendo una planta muy grande para producir fertilizantes en Sinaloa, pero esto no será suficiente para alcanzar la autosuficiencia en este tipo de nutrientes para la tierra.
En este sexenio no se alcanzará la autosuficiencia en muchos productos de la petroquímica secundaria, pero se están sentando las bases para que esto sea posible en unos años y ya México deje de ser dependiente de estos productos.
Columna de Eduardo Esquivel Ancona en SDP Noticias
Foto SDP
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