Puebla, Texmelucan y Amozoc los municipios con más linchamientos

En los últimos cinco años los linchamientos Puebla, San Martín, Amozoc y Atlixco registraron la mayor incidencia en linchamientos y los principales detonantes para el linchamiento son los delitos contra el patrimonio según la invstigación de la IBERO.

En Puebla, los linchamientos tuvieron un crecimiento de hasta 460% entre 2015 y 2019 con el registro de hasta 600 casos, mismos que han cobrado la vida de 78 personas indicó el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría.

Tadeo Luna de la Mora, responsable de Seguridad y Justicia del IDHIE informó que en 45 de los 53 casos de linchamientos consumados se registró algún tipo de actuación policial. De éstos, en uno de cada cuatro casos hubo agresiones contra los elementos de seguridad, y solo en el 19% de los casos totales hubo detenidos.

No se trata de un fenómeno aislado: es el resultado de un continuum de violencias estructurales, informó el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, SJ (IDHIE) de la IBERO

Los linchamientos son producto de la descomposición de las estructuras sociales que representan violaciones a los derechos secundarios (DESCA). También son consecuencia de la crisis de legitimidad estatal, pues la ciudadanía entiende que su entorno está atravesado por altos índices de corrupción y, sobre todo, de impunidad.

“Los linchamientos han crecido en número y forma. Se han convertido en un mensaje político a las instituciones estatales. Además, parece ser más importante el lugar en el que se cometen los delitos que la gravedad de los mismos. Aun así, Luna de la Mora enfatizó: “Pueden ser interpretados como el culmen de un acto performáticos. Las víctimas mueren por los golpes, pero en 13 casos se recurrió al fuego”, aseguró.

Luna de la Mora expresó su preocupación frente a la normalización del fenómeno: el 77% de la población está de acuerdo con ejercer violencia física sobre quien sea descubierto

Finalmente, aseguró que la investigación busca visibilizar la existencia de violencias previas al linchamiento, por lo que se trata de un fenómeno prevenible. “De poco valen los protocolos reactivos cuando hay reacciones enardecidas” y señaló que los documentos institucionales deben arrojar resultados palpables para hablar de estrategias.

Foto: Archivo

LSM