Las marchas de este 8M son para dar voz a las violentadas que esperan justicia. A las que AMLO, su gobierno, pero también todo el país, les ha fallado
“El arquero es un modelo para el sabio. Cuando le ha fallado al blanco, busca la causa en sí mismo”. CONFUCIO
El señor niega el fusilamiento de 17 personas la semana pasada en Michoacán y se desentiende de la violencia suscitada en un partido de futbol el sábado en Querétaro.
Desde la palestra mañanera le sugiere al Cártel Jalisco Nueva Generación cambiar su nombre porque se traduce en mala propaganda para el estado de Jalisco.
En general no se preocupa en parar la violencia en México. Los ‘abrazos no balazos’ no funcionan, pero es la única forma que ha encontrado para “enfrentar” a los narcotraficantes y a todo miembro del crimen organizado.
Y sumado a la incompetencia, cuando se trata de las mujeres en México, además hay desprecio.
Muchas veces el desprecio es producto del temor. Y el presidente tiene miedo de ese grupo en específico que se denomina el género femenino.
Ese grupo que representa el 51.5 por ciento de los mexicanos que conforman el padrón electoral y que señalan las pifias, los yerros, las corruptelas de la presente administración. Ante las mujeres que desean marchar, el presidente exuda miedo.
Por eso sigue victimizándose. Tan es así que las marchas convocadas el día de hoy las ve como eventos en contra de él.
Para el jefe del Ejecutivo federal no se trata de reclamos que se hacen hoy a nivel mundial, ni el que es de los pocos momentos donde las mujeres salen a las calles para manifestarse sobre las injusticias y la violencia por ellas sufridas.
No. Para él, quienes marchan el 8M deben ser amonestadas:
“Por eso, también hago un llamado a quienes van a manifestarse mañana, las mujeres, para que no se caiga en provocaciones y no haya violencia porque tenemos información de que se están preparando con marros con sopletes con bombas molotov. ¿De qué se trata?, ya eso no es defender a las mujeres. Ni siquiera es feminismo, eso es una postura conservadora reaccionaria en contra nuestra, en contra de la política de transformación, esta es una postura totalmente política”.
En su matinal perorata, López Obrador hizo un llamado a quienes se manifestarán el día de hoy para que no haya violencia, mas guarda sepulcral silencio ante la violencia que nos azota a nosotras.
Vocifera sobre el que él se levanta diariamente a las cinco de la madrugada para que no haya violencia contra las mujeres, pero a ellas les habla con dureza.
Sus madrugones no han servido de nada cuando que en estos tres años han desaparecido más de 23 mil mujeres en México (Comisión Nacional de Búsqueda).
El 2021 ha sido a la fecha el año más violento para las mujeres en nuestro país del que se tenga registro. Entre feminicidios y las 2,746 mujeres víctimas de homicidio doloso, murieron de forma violenta 3,750 mujeres el año pasado. 10 en promedio cada día.
En lo que va del sexenio 8,540 mujeres han sido asesinadas (Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública); falta contabilizar aquellas que no son reportadas en las cifras oficiales.
8,540 vidas cercenadas de forma violenta, 8,540 futuros y familias destruidas. Levantarse a las 5 de la madrugada no es la solución, eso está más que claro.
En estos tres años de gobierno, 680 mujeres son violentadas diariamente en promedio. Iniciando en la mañanera, al señalarlas como ‘pose política’ y estar siendo manipuladas…
Siguiendo con la pregunta por consigna gubernamental del “reportero” Marco Olvera a Claudia Sheinbaum, en la que define a las manifestantes como ‘feminazis’. Nadie del gobierno capitalino dijo nada.
Sorprende que el presidente de la República diga que ya sabe que las mujeres se están preparando con marros, sopletes y bombas molotov de cara a las manifestaciones que se darán hoy. Parece más una advertencia de lo que se espera de las fuerzas del orden.
Si ya saben que habrá grupos de choque ¿por qué no actúan para prevenir? Sin olvidar que las barricadas para enfrentar las marchas en la capital. Ni los gobiernos neoliberales pusieron tantas cuando el que se manifestaba era él.
Increíble también que sepa lo que viene en una marcha y se diga no enterado del armamento y estrategias de los grupos del crimen organizado. Quizá lo que pasa es que con respecto a estos últimos guarda silencio.
Desde cualquier ámbito de gobierno la violencia contra las mujeres continúa: al no protestar siquiera al respecto de una Alejandra Cuevas y una Rosario Robles encerradas producto de tergiversar la ley. Estos son casos muy conocidos de un mal que se extiende para todo el sector femenino de la población mexicana. Ambas muestras de la falta de justicia de la Cuarta Transformación y las dos víctimas de la violencia de género.
El desaparecer las estancias infantiles o las Escuelas de Tiempo Completo son formas para confinar a la mujer sin recursos a la casa.
Las mujeres requerimos políticas públicas con ingredientes en los ámbitos de seguridad, justicia y sistema de cuidados, pero la realidad es que el gobierno federal se atrinchera detrás de vallas metálicas.
Mientras las mujeres siguen siendo asesinadas de forma diaria, López Obrador se escuda bajo las faldas de las damas de su gobierno, dejándolas cumplimentar con una cuota únicamente.
La marchas no son por él ni para él. Es para dar voz a las muertas que no pueden marchar. A las violentadas que esperan justicia. A las que él, su gobierno, pero también todo el país, les ha fallado.
Columna de Verónica Malo en SDP Noticias
Foto SDP
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