No violentan la norma para que la consulta sea un éxito. Buscan reventar el proceso, culpar al INE y generar la exigencia social de desaparecerlo. Después AMLO “atenderá” los designios del pueblo
No es mal ardid, entrar riñendo, donde te han de reñir. REFRÁN
La ley se hizo para violarla. Traducción del “a mí que no me salgan con que la ley es la ley”’ de AMLO
La carpa de circo
Hoy tendrá lugar la gran farsa. Una consulta innecesaria, no solicitada por la ciudadanía (ni siquiera por el ‘pueblo bueno’), con un costo demasiado elevado para un país con apremiantes necesidades. Tendrá implicaciones trágicas para la democracia en nuestro país.
La gran farsa lleva tiempo urdiéndose. Inició con la petición, ¡por quien no debía pedirla!, de que esta se llevara a cabo. Las razones se adivinaban: si arrojaba el número necesario de votos (más allá del sentido de estos), el resultado sería vinculante. Pero, sobre todo, significaba publicidad para el primer mandatario. ¡Harta promoción!
Total, a medida de que las probabilidades de que llegaran 37 millones de ciudadanos a votar a la consulta se esfumaron, las movilizaciones, descalificaciones y ataques al INE iniciaron y desde entonces no han cesado. Pero luego hubo más. Los resultados de esta, más allá de que la revocación ‘no vaya’, serán otros en el mediano y largo plazos.
Construir un ardid
Y así, contrario a lo que los comentaristas han interpretado a partir de todo esto, especialmente en relación a la necesidad de la 4T y de López Obrador de obtener el número mínimo que logre hacer de la convocatoria algo vinculante —sabedores de que no lo lograrán— y de terminar de aniquilar al INE, la meta de AMLO es otra muy distinta. Veamos:
1– Lo que harán el día de hoy las huestes de Andrés Manuel es apostar por reventar la consulta. Que la misma termine siendo impugnada, descarrilada, desechada.
2- El reventar la consulta será la excusa, el banderazo de salida, para una movilización, acompañada de una protesta social masiva, azuzada para así exigir la desaparición del Instituto y del Tribunal electorales.
3- A partir del próximo año, si no es que ya desde este 2022 que cursa, las elecciones se organizarán con la intervención del ejecutivo federal.
En otras palabras, ya no habrá elecciones como las conocemos, libres y democráticas. No en vano la polarización, los embates contra la autoridad electoral, los innumerables desacatos a la ley; sí, la misma norma creada y aprobada por Morena.
El INE, en voz de su consejero presidente, es el que alerta de la posibilidad de que la consulta popular sea anulada, ¡pero son los estrategas de la 4T los que apuestan porque así sea! Los impulsores de la revocación de mandato han sido quienes, de forma reiterada y constante, han violado las restricciones constitucionales y legales. Todo indica que el régimen es el que realmente ha boicoteado la consulta de revocación con el fin de llevarla a su anulación.
Dejarse engatusar
¿Demasiada elucubración de mi parte? Ni tanta.
El INE ha turnado al TEPJF al menos 172 quejas por violaciones a veda electoral relativas a la consulta de revocación. Y, para más señas, quienes han violado la veda y el desarrollo de la jornada electoral (falta sumar lo que suceda hoy), ¡son quienes más deberían cuidarse de cumplir la ley!
Un golpeteo diario de diversos miembros de la 4T al INE, a sus consejeros y al proceso comicial indica que lo que se busca es desacreditar al Instituto y anular toda posibilidad de elecciones en un futuro.
Pensémoslo un minuto: tantísima violación a la norma no es fortuita; es un ardid para que el INE no se dé abasto teniendo que analizar, documentar y gestionar carpetas de denuncia. La intención es poner al INE en una situación extenuante, que no tenga capacidad para atender tantos frentes abiertos.
Y ante cada mención o medida emitida por la autoridad electoral, los miembros de la Cuarta Transformación, en lugar de aceptar que violaron la ley, responden de forma socarrona y se hacen pasar por víctimas de intereses “de la derecha” y “del conservadurismo”.
Si existe una regla para la 4T es la de tergiversar los hechos; ya para ahora lo debíamos de haber aprendido.
Atención: López Obrador fortalecerá su presidencia por la vía de quienes voten no sea revocado. La movilización ciudadana, por mucha o poca que esta sea, cumplirá con la cuota de participación.
Sí, imposible negar el cariño de una parte de la población al tabasqueño, pero el número de votantes no será suficiente para su ego y en lugar de aceptar el aviso de la ciudadanía en su conjunto, usará este momento como trampolín para deshacer la democracia como la conocemos.
El tamaño de la pérdida
Porque lo más delicado de esta consulta no ha sido la polémica levantada o la baja participación ciudadana. Tampoco la cantidad de veces que se violó la ley, especialmente por las autoridades. Lo peor y más aterrador es que la 4T hace todo eso y más para corromper y luego desaparecer el mecanismo electoral.
Una probadita en voz de Adán Augusto el fin de semana pasado: “México será el primer país del mundo donde el pueblo elija democráticamente en las urnas a quienes van a conducir las próximas elecciones”.
No, no debe ser así. Requerimos para conducir las próximas elecciones del mismo INE autónomo con el que hemos contado a la fecha.
Aquí el engaño en suma: el verdadero propósito para violentar la norma no es que la consulta sea un éxito. No. El fin último es reventar jurídicamente el proceso, culpar al INE de parcial, y que se genere una exigencia social para desaparecer a las autoridades y desconocerlas. Después de eso, ya lo sabemos de memoria, AMLO “atenderá” los designios del pueblo.
Lamentable: es al lopezobradorismo a quién le vendrá mejor la anulación de la consulta. Eso es lo que buscan y lo que quieren. Vámonos despidiendo de elecciones libres y secretas de ahora en adelante.
Con la consulta se busca establecer un precedente, pero no el que todos pensamos (esto es, el de volver la consulta vinculante). El precedente que en este caso está estableciendo la 4T es crear una rendija por donde se pueda colar la posibilidad de anular las próximas elecciones, y las que vengan después, y las posteriores a esas.
Ese el tamaño del peligro.
Hoy, la farsa; mañana, despedirse de las elecciones libres. López Obrador no dejará el poder. Ni hoy, ni mañana, ni en el 2024.
Estamos avisados.
Columna de Verónica Malo en SDP Noticias
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