Así lo detallan los informes filtrados por el grupo de hackers Guacamaya a los que el portal La Silla Rota tuvo acceso
Hay cuatro municipios en Puebla donde los habitantes no quieren ni al Ejército ni al personal de Seguridad Física de Pemex. O tal vez sí los quieren, pero lejos de sus calles y de su actividad diaria. Tres de ellos, Palmar de Bravo, Quecholac y Acajete, se ubican en el Triángulo Rojo del huachicol, y el cuarto, Esperanza, aunque ligeramente fuera de esa zona, registra una intensa extracción ilegal de hidrocarburo en los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Lee VIDEO: Huachicoleros de Tepeaca agreden al EjércitoEn lugares como éstos, habitantes y crimen organizado agreden a los militares con armas de fuego, machetes, piedras o palos para obligarlos a suspender sus operativos contra el huachicol, trabajos de inteligencia o incluso para obligarlos a conectar mangueras a los ductos de Pemex, según se desprende de la información filtrada por el grupo de hackers Guacamaya a los que el portal La Silla Rota tuvo acceso.
Palmar de Bravo, Quecholac y Acajete se encuentran, junto con Acatzingo, Puebla, San Martín Texmelucan, Ciudad Serdán, Yehualtepec, Los Reyes de Juárez, Tecamachalco, Tepeaca, Tehuacán y Cañada Morelos, en la zona que controla Antonio Martínez Fuentes, “El Toñín”, presunto huachicolero y operador del CJNG en Puebla.
Las agresiones
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) tiene documentados al menos 10 casos de agresiones en contra del personal militar en Puebla entre 2015 y 2017, cuando fueron gobernadores Rafael Moreno Valle Rosas y Antonio Gali Fayad, titular del Ejecutivo durante 22 meses entre los años 2016 y 2018.
En el informe la Sedena asienta que, en 2016, según estadísticas de Petróleos Mexicanos, Puebla ocupaba el primer lugar nacional en robo de combustible.
De acuerdo con los informes filtrados por Guacamaya, el 28 de octubre de 2015 en la junta auxiliar San José Bellavista de Palmar de Bravo habitantes agredieron físicamente al personal de Seguridad Física de Pemex y a elementos de la Base de Operaciones Sabino. Estos últimos habían acudido en apoyo a trabajadores de la petrolera, pero fueron despojados de un arma larga y tres cortas.
El 16 de noviembre de 2015, en el municipio Palmar de Bravo, desconocidos dispararon armas de fuego contra elementos de la Base de Operaciones Mixtas Morales instalada para combatir la ordeña y trasiego de combustible robado.
El 19 de enero de 2016, en Palmar de Bravo, personal del 80/o Batallón de Infantería asentado en Panotla, Tlaxcala, fue agredido físicamente por habitantes del lugar, que los despojó de su armamento y equipo “recuperado posteriormente, por lo anterior fueron detenidos cinco masculinos como presuntos responsables de referida agresión”.
El 30 de junio de 2016, también en Palmar de Bravo, habitantes despojaron de sus armas y teléfonos al personal del 80/o Batallón de Infantería basado en Panotla, Tlaxcala; los militares fueron obligados a conectar una manguera a un ducto de Pemex, filmados y finalmente los agresores les regresaron sus armas y teléfonos.
También en Palmar de Bravo, el 14 de octubre de 2016, personal de la Operación Regional "Palmar de Bravo" del 70/o Batallón de Infantería patrullaban el municipio cuando ubicaron un vehículo abandonado y “al intentar inspeccionar fueron agredidos con piedras y palos por aproximadamente 150 presuntos habitantes del lugar”.
El 17 de octubre de 2016, en el municipio Esperanza, personal de la Base de Operaciones Romero del 44/o Batallón de Infantería de Ixhuatlán del Sureste, Veracruz, “al efectuar reconocimientos terrestres provocó la molestia de los pobladores quienes hicieron sonar las campanas de la iglesia del lugar, optando el personal militar a retirarse a su base hasta donde llegaron los pobladores con los rostros cubiertos” y con machetes y palos agredieron al personal militar dañando dos vehículos zibar propiedad de Pemex.
El 4 de diciembre de 2016, en Quecholac, Puebla, personal de la Base de Operaciones Brito del 70/o Batallón de Infantería, destacado en Xicotepec de Juárez, realizaba reconocimientos terrestres en apoyo a Pemex cuando fue sorprendido por alrededor de “300 habitantes quienes intentaron agredirlos con palos y piedras, optando el personal militar a retirarse del lugar para evitar una confrontación que pusiera en riesgo a la población civil y al personal militar. No se registraron mayores incidentes”.
El 9 de enero de 2017 en Palmar de Bravo, personal de la Base de Operaciones Villalana del 99/o Batallón de Infantería basado en Matías Romero, Oaxaca, apoyó a personal de Pemex que detectó una baja de presión en un ducto. Fueron agredidos con piedras y palos por habitantes del lugar.
En Quecholac, el 28 de enero de 2017, personal de Seguridad Física de Pemex y de la Base de Operaciones Casas perteneciente al 99/o Batallón de Infantería de Matías Romero, Oaxaca, apoyó a Pemex en la detección de un grupo de individuos y 7 vehículos sobre el derecho de vía del poliducto Minatitlán-México.
Trasladaron dos unidades hasta el Arco de Seguridad Palmar de Bravo pero durante el movimiento personal de Seguridad Física de Pemex y Militar fue agredido con disparos de arma de fuego por individuos desconocidos que se trasladaban en 5 vehículos de diferentes características.
El 29 de enero de 2017, en el municipio de Acajete, personal de Seguridad Física de Pemex, elementos de la Policía Estatal Preventiva y de la Base de Operaciones “Valdez” perteneciente al 99/o Batallón de Infantería de Matías Romero, Oaxaca fueron agredidos a balazos por aproximadamente 14 desconocidos que se transportaban en dos vehículos de diferentes características.
Los Papeles de la Sedena, como también se ha llamado a la filtración de Guacamaya, registraron que el 14 de julio de 2015, en Tepeaca, el Ejército detuvo al teniente retirado Marco Antonio Estrada López, director de la Policía Estatal Preventiva en el gobierno de Rafael Moreno Valle, así como a Tomás Méndez Lozano, jefe del Grupo de Operaciones Especiales, por su presunta relación con el robo de hidrocarburos en Palmar de Bravo, Quecholac y Esperanza, tres de los municipios en donde se agrede al personal del Ejército.
Foto: Esimagen
gse
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