El tetrarca del INE, Claudia de buenas, AMLO y el ajedrez, la SCJN en el laberinto

Originalmente el tetrarca era un gobernante menor, pero su significado cambió en el siglo III d. C. En efecto, gracias a Diocleciano el tetrarca se convirtió en parte de la tetrarquía, un sistema de gobierno de cuatro poderes. ¿Ya vamos entendiendo la historia?

En México hay tres poderes, el ejecutivo, el legislativo y el judicial. Ahora, en lo que podría ser un proyecto de golpe de Estado, a la comentocracia le ha dado por impulsar la creación de un cuarto poder, el INE. Y es que si se impone eso de que #ElINENoSeToca, lógicamente quedará al nivel de la presidencia de México, del congreso y de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Por cierto, sin elecciones democráticas de por medio, la comentocracia ya encontró al tetrarca del INE, Lorenzo Córdova. Y este tipo se la creyó, así que trabaja para que la corte suprema eleve al rango de supremo poder al instituto que todavía encabeza y cuyo enorme presupuesto espera seguir manipulando desde el retiro.

No se le paga la gana a Lorenzo Córdova ser austero y pretende, con campañas mediáticas, que la SCJN garantice por los siglos de los siglos que el dinero excesivo del INE será intocable.

¿Se dejarán ministros y ministras? No sé si haya integrantes de la corte que hayan hablado con Córdova y le hayan dado su palabra de que, a fuerza, terminará siendo inconstitucional el plan b electoral que defienden AMLO y Morena.

Si ha habido ministros y ministras que han empeñado su palabra para hacer posible la tetrarquía mexicana, les recuerdo lo que dijo Herodes Antipas en Salomé después de que se vio obligado a cumplir una terrible promesa: “Los reyes nunca deberían comprometer su palabra. Si no la cumplen, es terrible, y si la cumplen, es terrible también”.

Desde luego, no son reyes quienes integran la cúpula del poder judicial, pero sus decisiones —si tienen la fuerza de ocho votos en el pleno— deben ser acatadas obligatoriamente, sí o sí, por toda la sociedad mexicana.

Cuando en Salomé ocurre la tragedia —personas cultas, sin duda la conocerán ministros y ministras, tanto la versión de Wilde como la de Strauss—, esto es, cuando aquello se convierte en una absoluta locura criminal, Herodes Antipas se pregunta “¿por qué hice el juramento?”.

Espero que en la corte no se hayan comprometido con la intención de tanta gente de que el dinero del INE no se toque nunca jamás. Porque si el poder judicial determina que tal presupuesto es sagrado, lo será para siempre. ¿Es lo que se quiere?

La propaganda dice que el INE y la democracia son lo mismo y que el instituto castiga las faltas a la contienda justa. ¿Es así? No, por supuesto, o no cuando la delincuente electoral milita en la oposición. Como Sandra Cuevas, quien utilizó recursos públicos para calumniar a Claudia Sheinbaum y algo tan grave a la autoridad electoral le ha valido gorro.

Por cierto, la jefa de gobierno no está enojada, como dijo Carlos Puig en Milenio. Creo que ella más bien está decepcionada de la idea de democracia que la comentocracia defiende.

El que tampoco está enojado, sino de buenas, es AMLO, jugador de ajedrez político. Sabe que con el enredo del INE y la SCJN estas dos instituciones se pusieron a sí mismas en jaque. Solo saldrán de tan compleja situación si, con sentido común y patriotismo, entienden que la austeridad es posible. Hasta las elecciones se pueden organizar con menos dinero. Solo con la comprensión absoluta de que el dinero abundante no garantiza limpieza electoral la corte abandonará el laberinto.

Posdata. ¿No sería la hora de una auditoría a fondo al INE? Tanta defensa de su presupuesto huele a podrido.

Columna de Federico Arreola en SDP Noticias

Foto Especial

clh