¿Querrá García Luna convertirse en ese tipo de testigo y señalar a diestra y siniestra?… ¿O guardará un silencio estoico mientras purga su condena?
“Vows are spoken
To be broken
Feelings are intense
Words are trivial
Pleasures remain
So does the pain
Words are meaningless
“Si es un milagro, cualquier testimonio es suficiente, pero si es un hecho, es necesario probarlo.” MARK TWAIN
De manera unánime (eso se requiere para que haya veredicto), un jurado estadounidense lo declaró culpable de cinco cargos. El juez dictará sentencia hasta junio.
¿Hubo justicia? De acuerdo a la legislación judicial de ese país, sí.
En México, la 4T festejó su culpabilidad y la sociedad civil en general aplaudió que se imparta justicia relativamente expedita. Si bien eso es allá, no en nuestro país… (García Luna fue juzgado en Estados Unidos. Lo apresaron en 2019; igual que detuvieron al general Salvador Cienfuegos, con la diferencia de que el gobierno mexicano solicitó la extradición del militar).
Algunos vemos que esto no se trata de un juicio solo contra García Luna, sino también contra México.
Mientras, el ex presidente Felipe Calderón publicó una epístola donde asegura que él no sabía nada. En otras palabras, él ya rompió el silencio; que su comunicado sea o no suficiente esa es otra cosa…
Total, que todo mundo externó su opinión. Todos salvo el propio (hoy) condenado. Hay expertos en estos menesteres que afirman que no haber subido al estrado a declarar es lo que al ex secretario de Seguridad federal le costó su libertad.
Así, entonces, más allá de apasionamientos de uno u otro lado, de forma objetiva, sin que se dicte sentencia “popular”, cabe la pregunta que supongo traerá a más de uno nervioso: ¿Cuándo romperá el silencio García Luna?
Ya lo dije: no lo hizo durante su juicio, confiando en abogados y estrategia de defensa. Pero seguramente, en cuestión de horas, su percepción de las cosas ya ha cambiado.
Hay incluso quienes consideran que debería hablar y señalar a Calderón y a Vicente Fox; entre ellos López Obrador. Sí, el primer mandatario volvió a señalar que seguramente Calderón sabía de cómo García Luna trabajaba con el narcotráfico.
El asunto es que en dicho juego de lanzamiento de dardos estos fácilmente se convertirán en bumeranes que le pueden alcanzar a él. ¿O no dijo AMLO que “no hay negocio que no pase por el visto bueno del presidente”? Ante tanta visible corrupción en este sexenio, uno se pregunta si la frase ya la pensó para él…
En fin, el hecho es que existe la figura jurídica en los Estados Unidos de “testigo cooperante”, esto es, quien accede a asistir/orientar/asesorar al Departamento de Justicia de Estados Unidos (la oficina que acusó a García Luna) o al FBI en la investigación de un delito del orden federal o a la DEA cuando se trata de crímenes relacionados al narcotráfico o etcétera.
¿Querrá —pero sobre todo podrá— García Luna convertirse en ese tipo de testigo y señalar a diestra y siniestra? Y en su caso, ¿inventaría o diría verdades? Total, ya vimos que ni jurado ni juez solicitan pruebas; basta la palabra de los testigos…
¿O guardará un silencio estoico mientras purga su condena?
Y aquí es donde quisiera yo poner el acento: para bien y para mal, no abrir la boca siempre genera dudas. Dudas en torno a cuatro sexenios (el de Fox, el de Calderón, el de Peña y también el de AMLO). Mas, dudas también sobre diversas agencias estadounidenses con las cuales el ex funcionario trabajó de cerca durante 30 años.
Así como ahora se pregunta con insistencia sobre el desconocimiento de Felipe Calderón de las actividades de su secretario, hay que plantearse la siguiente interrogante: ¿de veras ninguna de las mencionadas agencias de los EU notó nada raro cuando solicitaba —incluso hasta— certificaciones especiales a Genaro García Luna para poder tener acceso a cierta información privilegiada?
Digo, igual que a algunos les convendría el señor hablara, a otros tantos le preferirán callado. Estados Unidos hará todo lo posible para capitalizar lo sucedido en favor de sus agencias y en detrimento de nuestro país. De eso podemos estar seguros.
Además, el condenado tendrá que hacer balance en su fuero interno allá en su celda; después de todo, hablar sería invitación a que narcotraficantes atenten contra su familia, cercana y extendida.
¿O será que García Luna impugne el fallo? Pronto lo sabremos. Las implicaciones pueden ser temerarias.
Sí, hoy su silencio o su testimonio tienen un valor muy especial.
Columna de Verónica Malo en SDP Noticias
Foto de Rodolfo Ángulo
clh
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