Más dinero llegará todavía, pero eso no significa que por eso Nuevo León arribe al ‘primer mundo’ dejando a los demás a la retaguardia
Es indiscutible, son los más hábiles. Los regios, con sol venden sombrillas y si llueve cobran paraguas.
Lee Los entretelones del caso TeslaEn años de nuevos tratados de libre comercio, su economía creció imparable.
Ahora, cuando la pandemia y la guerra sembraron incertidumbre, apuntan a un disparo en las oportunidades para su gente.
Este martes celebraron en cada chat de Whatsapp la llegada de una fábrica de Tesla a la entidad. La ocasión merece. ¿Es esta inversión de la compañía dirigida por Elon Musk, el presagio de un camino al primer mundo para ese estado?
Hay que ir por partes, porque como existe un rico San Pedro, también hay una pobre Santa Catarina y esos municipios colindantes son mundos distintos.
Tesla sí va a sacudir al estado. Es apenas la segunda armadora que directamente elige Nuevo León como sede de una fábrica, después de KIA.
Pero se trata de una zona de México llena de fábricas que ya atienden a medio mundo, literalmente, y obviamente están listas para entregar cosas que necesita la hueste de Musk.
En ese estado se reparten cada año el equivalente a 110 mil millones de dólares. Eso vale hasta ahora todo lo que venden desde dentistas y carniceros, hasta las fabricantes de acero, ventanillas o motores en esa entidad norestense.
Es el PIB del estado y podría ser el de un pequeño país. Supera al de Bulgaria y duplica al de Uruguay.
Dividido entre sus habitantes, equivale a casi 20 mil dólares de PIB per cápita. Unos 380 mil pesos por persona, sea niño o adulto. Es casi el doble del PIB nacional de México.
Así están antes de Tesla y era la situación previa al fenómeno de “nearshoring” y de Salinas Victoria, municipio ubicado al norte de Monterrey, que en unos dos años ya recibió más de mil millones de dólares en inversiones procedentes de China, particularmente en un parque industrial del que escribí en este espacio.
Ocurre cuando muchos fabricantes, incluidos jugueteras como Mattel, aumentan su producción en la entidad.
Con la llegada de las inversiones de la segunda potencia del mundo y del hombre más rico del planeta, podríamos estar viendo la hebra de un hilo que va a jalar otro boom nuevoleonés.
Y Nuevo León podría jalar a México… Es la joya que atrajo la atención de Musk para llevar ahí, de inicio, 5 mil millones de dólares en inversiones en una nueva “gigafactory” cuyos detalles revelará el visionario empresario este miércoles, durante su Investor Day de Tesla.
Por los regios se enteró de que existe un Corredor Transístmico en Oaxaca y Veracruz, el mejor proyecto de infraestructura de la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador.
Por eso esta semana o la que sigue podrían surgir novedades en torno a una fábrica de baterías, también de Tesla, en el país.
Es la verdad. Casi uno de cada 10 dólares que cobra México los produce Nuevo León y cualquier persona puede notar la riqueza regional con un paseo por la Avenida Gómez Morín rumbo al cerro del Chipinque.
Más dinero llegará todavía, pero eso no significa que por eso Nuevo León arribe al “primer mundo” dejando a los demás a la retaguardia.
No, mientras no resuelva un problema de transporte que involucra a otros santos, como San Bernabé, un barrio bravo regiomontano ubicado cerca del cerro del Topo Chico, de cuyo manantial surge irónicamente una vía de ingresos internacional para embotelladoras.
No, mientras ese problema de transporte aún condene a sus habitantes a respirar todo lo que emiten montones de coches y fábricas, sin una solución en camino.
No, mientras el ITESM y la UANL no hagan más que entrenar buenos empleados, y empiecen a entregar nuevas empresas dueñas de tecnologías revolucionarias.
Lo de Tesla y lo de los chinos es una nueva oportunidad. Una para que Nuevo León deje de compararse con Bulgaria y se mida con naciones como Suecia o Corea, que superaron la dependencia de potencias que venden caras desde las medicinas, hasta el software.
Corea del Sur ahora tiene marcas y cosas valiosas para ofrecer a cambio. Eso se mide en “terms of trade”. La mano de obra y los fierros son buenos, pero no compensan.
Columna Parteaguas de Jonathan Ruiz Torres en El Financiero
Fotografía El Financiero
clh
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