El INE no tiene ese dinero que dice AMLO. Y la farsa de la austeridad en la 4T en blanco y negro

La austeridad republicana mentada por López Obrador es de dientes pa’ fuera; falsa pues. Aplica, además, exclusivamente cuando se trata de ir en contra de las instituciones que el señor desea callar o dinamitar, como es el INE. Ciertos órganos son fustigadas por el recorte presupuestal, leyes a modo y un desprecio visceral que solo refleja los planes del mandatario.

Su nuevo ataque al Instituto Electoral consiste en parlotear de “un gran presupuesto” y que con el mismo pagarán sumas ingentes para Lorenzo Córdova, Ciro Murayama y demás prestaciones de ley a los más de 5,000 empleados que serán despedidos producto de la aplicación del Plan B.

La baza utilizada por López Obrador no es pareja; es benigna para los amigos. Fustiga el salario de los consejeros del INE, pero los 42 millones de pesos que devengará Yasmín Esquivel como ministra plagiaria ni los menciona. Se rasgan las vestiduras en señalar —sin conocer— los finiquitos de los consejeros salientes del INE, pero cuando Jaime Castañeda salió de ese órgano (el mismo quien ahora, impulsado por Morena, busca ser consejero electoral) nadie de la 4T repeló por llevarse un finiquito de 870 mil pesos.

El finiquito se logra por el tiempo trabajado. Es una prestación de ley consagrada en nuestra Carta Magna —artículo 123– y en la Ley Federal del Trabajo.

Más, dado que López Obrador se duele de lo que gastan en el INE, es necesario recordar que la “austeridad” republicana, franciscana y monacal de Morena se derrumba al menos por tres razones:

a) No se ve que López Obrador o Morena ahorren en sus obras insignias, tampoco en las grandes empresas, dependencias, acciones donde es claro que sigue habiendo dinero. Mucho.

Algunos ejemplos: en 2022, el gasto del Tren Maya superó los 178 mil millones de pesos; gastó 373% más a lo reportado en 2021. De hecho, sobrepasó en un 181% (el equivalente a 115 mil millones de pesos) a lo que había sido aprobado por el Congreso. Señoras y señores, con esta cifra se podrían financiar 5.8 INEs y prerrogativas de todos los partidos políticos durante un año.

La muy empapada “austeridad” de Dos Bocas supera los 12,000 millones de DÓLARES, algo así como quince años del presupuesto del INE, que es de 14 mil millones de pesos.

En el Presupuesto de Egresos de la Federación para el 2022 (en el que según la Cuarta Transformación el INE salía “ca-rí-si-mo), el Instituto solo representaba 20 centavos por cada 100 pesos de gasto. Mientras, ese mismo año, el pasivo laboral de Pemex superaba ¡el 6% del PIB nacional!, unos 25 mil millones de dólares. Ahora que si hablamos de las pérdidas totales de Pemex durante el año pasado, estas fueron superiores a los ¡224 mil millones de pesos!

El AIFA costó más de 104 mil millones de pesos, y a este hay que sumar el presupuesto que se le da en subvenciones para que pueda continuar operando. Y luego, adicionar los 332 mil millones de pesos que suponen la cancelación del NAICM.

Vamos, que la cacareada “austeridad” resulta mucho muy cara en este país. Pero, eso sí, les molesta el INE…

b) El pueblo no ve que mejoren sus beneficios o sus servicios o sus prebendas producto de estos “ahorros”.

Lo sabemos; ni salud como en Dinamarca, ni medicinas al por mayor, como tampoco la gasolina a 10 pesos el litro. Y si bien el dólar está a un precio inferior a lo que vimos en años previos al 2018, la tortilla, el huevo y los productos de la canasta básica (los alimentos, pues) han sufrido un aumento por la inflación. Una inflación que invita a comer dólares, si bien estos no nutren…

Y no se tome como burla de mi parte. La verdadera burla es el incremento del precio de la canasta básica; y de los problemas del país; y de que solo se hable del costo del dólar y del incremento de las remesas. ¡Ah! Ya tampoco hay guarderías, la violencia no cesa y los desaparecidos van en aumento.

c) En el caso del INE, porque la gente (incluido “el pueblo bueno” de López Obrador) prefiere una “democracia cara” a no tener democracia.

El INE es la única institución del país que tiene más confianza por parte de los mexicanos que el mismo tabasqueño.

Ya quedó probado que el INE no es caro (aunque así quieren vendérnoslo desde la 4T), sobre todo si a su presupuesto se le quitan prerrogativas y financiamiento a partidos políticos y todo lo que es credencialización y padrón electoral se refiere. ¿Que si los sueldos y prestaciones de consejeros electorales y altos directivos del Instituto? Vamos, el presidente AMLO nos cuesta AL MES, entre sueldos, prestaciones y adicionales, ¡7 millones de pesos!

Las cifras que da López Obrador del INE solo existen en su país de “los otros datos”. Los fideicomisos del INE —que el presidente dice tienen ocultos, cuando que sus montos se reportan PÚBLICAMENTE mes con mes— para empezar son insuficientes para indemnizar a los empleados que dejarán de laborar en el INE producto de poner en marcha las reformas electorales de López Obrador.

Los consejeros del INE señalan que la reforma electoral impactará en el despido de cerca de cinco mil funcionarios, lo que se traduce en un costo de 3 mil 500 millones de pesos (otra vez, esto es un derecho de los trabajadores garantizado en la Constitución). El fideicomiso para enfrentar los pasivos laborales del INE tiene 496 millones de pesos, una séptima parte de lo que se requeriría (necesario mencionar que entre noviembre y diciembre pasados, 500 empleados con más de 10 años de antigüedad optaron por el retiro voluntario y el INE les pagó por ley 300 millones 711 mil pesos por concepto de indemnizaciones).

Lo que López Obrador dice que el INE tiene y guarda celosamente es una mentira más, un engaño.

Además de sobajar a todos aquellos que perderán su empleo y de poner en riesgo su finiquito marcado en la ley, se está poniendo en entredicho el funcionamiento del sistema democrático electoral en su conjunto.

No hay ninguna razón ni necesidad de modificar el funcionamiento del INE en estos momentos, solo la voluntad por parte de López Obrador y la 4T de dinamitar al órgano. Porque, no lo olvidemos, la aprobación de las modificaciones a la legislación secundaria electoral y en la administración pública en torno al Instituto Electoral provino de Morena y del voto mayoritario de Morena. Nunca antes, en la historia del México moderno, una reforma de esa naturaleza había partido solo y exclusivamente del grupo en el poder; siempre habían surgido de la iniciativa de —y se habían considerado a— la oposición, las minorías, las voces ciudadanas.

Una vez más Morena y la 4T muestran su doble estándar en todo lo que hacen.

El típico caso de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Aquí: ver los gastos del INE pero obviar las carretadas de dinero que se va en partidos políticos —empezando por Regeneración Nacional—, en elefantes blancos, en los gastos de Presidencia y el aumento —sí, incrementos— de la deuda pública.

En el colmo de la hipocresía, Mario Delgado, presidente de Morena, habla de un botín de los consejeros electorales que dejan el INE, cuando que se trata de prestaciones de ley. Pero eso sí, guarda silencio ante el delito de quitarles el 10% del sueldo a los empleados, como Delfina Gómez, hoy candidata de Regeneración Nacional a la gubernatura del Estado de México, aceptó haber hecho.

El INE no tiene el dinero que AMLO dice el órgano guarda en secreto.

Mientras la farsa de la austeridad en la 4T continúa, el gobierno federal asfixia al INE.

¿El obradorismo tiene miedo de perder? No. Lo que quiere asegurarse es de ya no volver a tener que dejar el poder.

Columna de Verónica Malo en SDP Noticias

Foto Cuartooscuro

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