Decenas de alumnas en diferentes planteles denuncian acoso y misoginia
Estudié hace 27 años en el COBAO 01 de Pueblo Nuevo Oaxaca y no recuerdo una fuerza femenina tan fuerte como la que de este 8M, respiran, exhalan, gritan y viven las alumnas de este plantel, del 06 del COBAT en Tlaxcala, del COBACH en Chiapas y de otros planteles más en todo el país.
Lee Alumnas y trabajadoras del COBAT revelan nombres de supuestos acosadoresNunca antes las mujeres estudiantes y trabajadoras de los Colegios de Bachilleres habían gritado tan fuerte para denunciar situaciones de acoso, hostigamiento y hasta abuso sexual en esta institución educativa.
Sostenidas fuertemente por las distintas manifestaciones de este 8M de miles de mujeres en todo el país y al grito de ¡JUSTICIA!, ¡LIBERTAD!, ¡NI UNA MÁS!, las mujeres de estos planteles han decidido no callarse más, exponer y denunciar a los supuestos acosadores en cada uno de estos planteles.
Algunos son profesores, otros personal que labora en las escuelas, incluso hay señalamientos a los directivos y a los propios compañeros de aula.
Y es que si son sus casas de estudio, ¿no tendrían que sentirse seguras, protegidas, motivadas y acompañadas?
Hoy mi hijo Emilio, estudiante de dicho plantel, aborda la situación sorprendido, conmocionado y por momentos sin entender o creer si realmente sucede todo eso que dicen los carteles pegados en la reja de entrada sobre sus profesores, sus propios compañeros e incluso sobre el que atiende la cafetería, es verdad.
“Mamá llegó la policía, se llevaron a un compañero, dicen que está detenido en la Fiscalía en lo que presentan la demanda las compañeras”, me dice exaltado, preocupado, incrédulo y triste.
En sus ojos se refleja mi preocupación como mamá de un hombre de 16 años, que como cientos de otros están experimentando con su sexualidad y quien pudiese estar involucrado en una situación así.
Como mamá me pregunto: qué está pasando en los COBAO, quiénes son en realidad los que están realizando este tipo de actos, desde cuándo está ocurriendo, qué están haciendo las autoridades escolares, qué estamos haciendo o dejando de hacer las madres y los padres de familia, qué clase de bachillerato están viviendo nuestras hijas e hijos, dónde está el tema de la salud sexual y salud reproductiva, qué saben las y los jóvenes sobre sus derechos sexuales y reproductivos, cómo están viviendo su sexualidad, qué nos pasa mundo!.
Aunque confiada de la educación que considero le he brindado, mi voz no tiembla al preguntarle si él se encuentra fuera de cualquier acusación o denuncia, si su nombre aparece en alguna cartulina fosforescente y finalmente si él ha sido testigo de alguna situación de este tipo.
Me responde que no, que algunas de ellas, en alguna ocasión, le han hecho comentarios como: “Ese maestro es un perro”, “Ese profe nos cae mal a todas porque siempre nos humilla” o el de la cafetería te pide un beso a cambio de ser tu seguidor en redes sociales.
Esto debe dejarnos varias reflexiones:
Primero necesitamos involucrarnos más en la vida diaria de nuestras hijas e hijos, conocer quiénes son sus profesores, sus directivos, sus amigas y amigas, la chica o el chico que les gusta o es su pareja sentimental. Preguntémonos qué tanto realmente conocemos a nuestras hijas e hijos pero sobre todo qué tanto somos parte de sus vidas actuales.
Segundo: el ACOSO u HOSTIGAMIENTO SEXUAL se realiza de forma clandestina, sin testigos, sin miradas que te juzguen, sin voces que despiertan tu conciencia., por lo mismo y porque es real que no podemos estar con ellas o ellos todo el tiempo, necesitamos informarnos, re educarnos y re aprender sobre salud sexual y salud reproductiva, son las únicas herramientas con las que podremos combatir estas situaciones.
Tercero: Debemos exigir a las instituciones de cualquier nivel de educación a comprometerse a resguardar la seguridad e integridad de sus estudiantes mientras se encuentren bajo su custodia. Éste es un tema que se debe determinar entre autoridades municipales, estatales, escolares, madres y padres de familia y las y los propios estudiantes. Nos cuidamos entre todas y todos tendría que ser la encomienda.
Cuarto: qué tipo de educación, de ética, de valores están recibiendo nuestros hijos e hijas, qué les estamos enseñando todas las personas adultas a estos chavos y chavas. Porque la idea de que estudien es para superarse, para ser mejores.
A cualquiera de nuestras hijas le podría estar ocurriendo una situación similar y simplemente refleja que requiere valor para exponerlo y denunciarlo. Las manifestaciones del 8M, justo están cumpliendo con esa función: EMPODERAR a las alumnas y trabajadoras.
También cualquiera de nuestros hijos podría ser protagonista, partícipe, cómplice o incluso víctima de esta problemática.
“El hostigamiento sexual es el ejercicio del poder, en una relación de subordinación real de la víctima frente al agresor en los ámbitos laboral y/o escolar. Se expresa en conductas verbales, físicas o ambas, relacionadas con la sexualidad de connotación lasciva”. De acuerdo al artículo 13 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida
El hostigamiento sexual y el acoso sexual son formas de violencia. Ambas son conductas de carácter lascivo, indeseadas e indebidas que se ejercen en el ámbito laboral o de estudio; y en tanto humillan, ofenden, intimidan y atentan contra la salud, la integridad, la dignidad, las oportunidades profesionales y los derechos humanos de las mujeres.
El acoso incluye acciones como amenazas, rumores, ataques físicos y verbales, y la exclusión de alguien de un grupo de manera intencional.
Algunos tipos de acoso son: Las burlas, los insultos, los comentarios o tocamientos sexuales inapropiados o amenazar con causar daño.
El hostigamiento sexual se agrava por medio de la discriminación, cuando hay motivos para creer que la negativa ocasionará problemas en el trabajo, la contratación, el ascenso o genera un medio de trabajo hostil, conforme a la Observación CEDAW GR 19, La violencia contra la mujer, párr. 18.
El acoso sexual es: “cualquier comportamiento —físico o verbal— de naturaleza sexual que tenga el propósito o produzca el efecto de atentar contra la dignidad de una persona; en particular, cuando se crea un entorno laboral intimidatorio, degradante u ofensivo”, de acuerdo con la Guía para la intervención con hombres sobre el acoso sexual en el trabajo y la masculinidad sexista, OIT, 2014.
La definición del Protocolo para la Prevención, Atención y Sanción del Hostigamiento Sexual y Acoso Sexual en México agrega los siguientes elementos: se considera
una forma de violencia que conlleva un ejercicio abusivo de poder, aunque no haya subordinación de la víctima; coloca a la víctima en un estado de indefensión o de riesgo; y se concreta en uno o varios eventos.
Las manifestaciones del acoso sexual obedecen a dos situaciones cuya especificidad evidencia el objetivo del mismo:
1. El chantaje sexual o quid pro quo: (en latín: “algo a cambio de algo”), es el que se produce verbal, no verbal o físico de naturaleza sexual u otro comportamiento basado en el sexo, que afecta la dignidad de las personas, el cual es no deseado, irrazonable y ofensivo para el destinatario; el rechazo de una persona, o la sumisión a ella, siendo este comportamiento utilizado, explícita o implícitamente, como el fundamento de una decisión que afecta el trabajo de esa persona, conforme con Acoso sexual en el trabajo y masculinidad, OIT, 2013.
Explícito: cuando existe una proposición directa y expresa de solicitud sexual o coacción física para ello. (Aumento de sueldo, promoción o incluso la permanencia en el empleo, permisiones que no son para todos los empleados, ausencias laborales sin consecuencias, incumplimiento de las obligaciones, entre otras). Lo anterior, de acuerdo a la Guía para la intervención con hombres sobre el acoso sexual en el trabajo y la masculinidad sexista, OIT, 2014.
Implícito: cuando no existe un requerimiento sexual, pero personas del mismo sexo y en situación profesional similar, mejoran su categoría o salario por aceptar condiciones de un chantaje sexual, lo que implica de manera implícita su aceptación, conforme lo refiere la Guía para la intervención con hombres sobre el acoso sexual en el trabajo y la masculinidad sexista, OIT, 2014.
2. Ambiente laboral hostil: aquella conducta que crea un entorno laboral intimidatorio, hostil o humillante para la persona que es objeto de ella, según Acoso sexual en el trabajo y masculinidad, OIT, 2013.
Es importante conocer que: “En general, no se considera acoso las situaciones de violencia física, por obedecer estas agresiones a patrones que requieren de otra tipo de actuación específica atentado a la dignidad de la persona, como un riesgo para su salud”.
El derecho a una vida libre de violencia incluye el ser libre de toda forma de discriminación, y el derecho de las personas, en específico de la mujer, a ser valoradas y educadas libres de patrones estereotipados de comportamiento y prácticas sociales y culturales basadas en conceptos de inferioridad o subordinación conforme a la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, “Convención de Belém do Pará”, de 1995.
Siempre insistí en que ésta sería una de las mejores etapas en la vida de Emilio, hoy sólo deseo profundamente que no se convierta en una pesadilla.
Foto Lucero Serrano y archivom
clh
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