Fue positiva la primera etapa del proceso del Frente Amplio por México para elegir al candidato presidencial, aunque destaca que el reto fundamental es otro
“No es ni por el sexo, ni el dinero, ni la fama, ¿entonces por qué es? Yo creo que todos estamos aquí en esta sala por que tenemos fe. Creemos en el bien y en el mal y optamos por el bien, creemos por la justicia y por la injusticia y optamos por la justicia.” PELÍCULA ‘LA PRUEBA’
Dos millones quinientos cuatro mil novecientas treinta y seis personas hemos sido partícipes de un ejercicio democrático que finca su fuerza en la ciudadanía más que en los partidos. Nada si se le compara con cualquier elección federal y la operación del INE en cada uno de los comicios a su cargo, pero que para un ejercicio interno de un partido o coalición sí resultó inédito.
Comparado con la lista nominal de electores que ronda los 96,240,591 ciudadanos (INE, a 4 agosto de 2023), en este proceso del Frente Amplio por México tenemos que participamos el 2.6% de ese padrón. Muy pocos en términos absolutos, pero bastantes si se considera que se tenía que dar datos y fotografía de la credencial de elector por ambos lados a un grupo de personas de quienes solo tenemos su palabra en el sentido de que no usarán nuestra información para otros fines. Eso es confianza; pilar fundamental de la democracia y del trabajo en equipo.
Hubo de por medio presiones, puyas, dimes y diretes, donde los mismos participantes del mencionado proceso señalaron que la recopilación de firmas no resultó ser de lo más funcional, es cierto. Pero con todo y todo se ha superado el primer escollo, prevalecieron las voces que avalan el mecanismo y el resultado fue que diversos participantes reunieron más firmas de las que se pusieron como meta. Estos continuarán a la siguiente etapa.
Primera prueba superada
Para pasar a la 2ª ronda, se requería que los posibles candidatos consiguieran al menos 150,000 firmas. Estas no podían ser todas obtenidas en su mayoría de una sola entidad federativa. Se pedía que al menos las firmas presentadas provinieran de 17 entidades federativas y que fueran las cantidades similares por cada estado. Difícil tarea.
Quienes consiguieron romper el techo de las 150,000 firmas, con la distribución antes mencionada, fueron:
• Xóchitl Gálvez con 554,699 firmas
• Beatriz Paredes con 451,934 firmas.
• Santiago Creel con 358,735 firmas
• Enrique de la Madrid con 344,729 firmas.
Silvano Aureoles, Miguel Ángel Mancera y Francisco García Cabeza de Vaca también obtuvieron más de 150,000 firmas pero quedaron fuera.
¿Derecho al pataleo?
Ellos no cumplieron las reglas que habían aceptado al inscribirse para aspirar a ser coordinador del Frente Amplio. ¿Se vale desconocer esas reglas que ellos mismos firmaron? Me parece que no. Hacerlo únicamente asoma una cultura que desafortunadamente persiste en nuestro país: no aceptar los resultados electorales cuando estos no nos resultan favorables. Quebrar la normativa a la que uno ha jurado ceñirse. Y un etcétera del que padece nuestra clase política.
En este caso, los tres ex gobernadores (Mancera, Aurioles y García) obtuvieron sus firmas mayormente a través de organizaciones sociales y promotores concentrados en los estados que antes gobernaron.
Cabeza de Vaca no se inconformó; dio las gracias por la oportunidad y dijo seguiría apoyando al Frente de diversas maneras. Al final mostró musculo político, pero sin pisar suelo mexicano ante el temor de ser aprehendido. Algún día sabremos si solo se trata de un perseguido político o hay algo más, pero por el momento es interesante saber que consiguió 195,548 firmas mismo estando fuera del país.
Por su parte, tanto Miguel Ángel Mancera, como Silvano Aureoles y Jorge Luis Preciado clamaron que el proceso de recolección de firmas no estaba blindado. Me temo que solo lastiman al Frente al sembrar la duda (en algún momento Xóchitl hizo lo mismo; creo que se estaba equivocando y me da gusto haya enmendado su actitud).
Lo que sigue
Para los ciudadanos que no llegaron a registrarse, todavía lo pueden hacer; tienen hasta el 20 de agosto para poder sumarse al padrón interno del Frente y votar luego, el 3 de septiembre, por un precandidato dentro de la alianza.
Los contendientes que pasaron a la segunda etapa darán a conocer sus propuestas y plan de gobierno como país en distintos foros y escenarios. Esto es, van a contrastar sus propuestas, lo que estimo será una bocanada de aire fresco para la población.
Fue en términos generales una positiva primera etapa. El reto fundamental es otro, sin embargo, y este consiste en sacar de su letargo a buena parte de los abstencionistas político-electorales en México. ¿Qué tenemos que hacer para que en los comicios participen más ciudadanos?
Se vislumbran nuevas y formidables pruebas para todos los ciudadanos y actores políticos hasta llegar al día de la elección federal del 2 de junio de 2024. Como en todo comicio, es menester votar y cuidar de las casillas electorales. Las pruebas para la democracia son varias.
Columna de Verónica Malo en SDP Noticias
Foto Edgar Negrete
clh
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