En el bando de Ignacio Mier Velazco se tiene claro que, hasta ahora, no se ha logrado asegurar la candidatura de Morena a gobernador de Puebla, pues los índices de popularidad del coordinador de los diputados federales morenistas no ha despuntado lo suficiente. Por esa razón se tiene un “plan B” en caso de que el legislador no obtenga la postulación, que es crear un partido político local.
Lee El presupuesto no es para mantener lujos del Poder Judicial: MierLa idea habría sido concebida por igual entre Ignacio Mier Velazco y su principal operador político, Fernando Manzanilla Prieto, al tener conciencia de que no tienen asegurada su permanencia en la 4T –luego del proceso electoral de 2024– y necesitan un espacio que les permita hacer política en los próximos años.
Ignacio Mier está a 10 días de cumplir exactamente un año de que inició su actividad proselitista para buscar convertirse en el abanderado de Morena y en estos últimos 12 meses, su popularidad se ha basado fundamentalmente en grupos priistas que al sentirse descobijados en el tricolor han buscado refugio en la 4T.
Entre los activistas del movimiento obradorista no ha logrado una buena aceptación; se le ve como un político poco o nada identificado con la izquierda.
Y es entendible, en su momento miembros del entorno de Ignacio Mier estuvieron apoyando el proyecto político del exgobernador panista Rafael Moreno Valle Rosas.
En 2018, el grupo político de Mier –encabezado por el exedil de la capital Enrique Doger Guerrero— jugó desde el PRI a hacer la “guerra sucia” contra Morena en la elección de gobernador y con el propósito de favorecer a la entonces candidata del PAN, Martha Erika Alonso Hidalgo.
Fernando Manzanilla es un personaje sin ninguna identidad ideológica. Egresado del semillero de los políticos neoliberales de México, el ITAM, ha transitado desde gobiernos priistas y de Morena hasta la derecha violenta del morenovallismo, además de haber sido integrante del Partido Encuentro Social, una organización con un rancio conservadurismo, que era apoyado por grupos cristianos.
Todo ese tránsito por diferentes partidos es muestra de que Fernando Manzanilla no se sabe adaptar a ningún proyecto político.
O algunos dicen que es al revés, los que colaboran con él no se adaptan a la forma de trabajo de Manzanilla por su carácter irascible y por sus constantes cambios de bando. Nunca se sabe bien hacia que intereses políticos está adherido.
Por esa razón Mier Velazco y Fernando Manzanilla requieren tener su propio partido político para que encuentren un sitio donde sobrevivir luego de la sucesión de 2024, en caso de que el primero de ellos no logre obtener una candidatura importante en dicho proceso electoral.
Aunque también se comenta en el grupo de Ignacio Mier que aunque el legislador logre convertirse en el candidato a la gubernatura de la 4T, no se va frenar el proyecto de crear un partido nuevo.
La organización de dicho partido arrancó hace seis meses, el pasado 12 de febrero, cuando se constituyó ante un notario público el Instituto Mexicano para la Transformación de la Vida Pública, que ha sido el escaparate para que Ignacio Mier haga proselitismo por toda la geografía del estado de Puebla supuestamente generando una discusión colectiva de los problemas de la entidad.
En aquella ocasión se informó que la estructura del instituto en cuestión descansa en 7 mil 842 promotores comunitarios y mil 190 promotores microrregionales, que no es otra cosa que el número ideal de miembros que se debe tener en esta organización para que, a mediano o largo plazo, se convierta en la base social de partido político que el grupo de Mier quiere crear.
El modelo que se quiere copiar es el Partido Pacto Social de Integración (PSI), que dirigen Carlos Navarro y su hija, la senadora Nadia Navarro, que es la única fuerza política local de Puebla que ha logrado sobrevivir los últimos años.
La principal característica del PSI es que no tiene identidad ideológica. Es una agrupación que actúa de manera pragmática para ganar espacios en gobiernos municipales y en el Congreso del estado.
Su forma de operar consiste en buscar, en número importante de municipios, a los aspirantes perdedores de los procesos internos de los partidos políticos en la nominación de candidatos a alcaldes para ofrecerles un espacio para competir por la titularidad de los ayuntamientos.
Otra característica del PSI es que se adhiere al grupo en el poder. Primero se alineó con el priismo del entonces gobernador Mario Marín. Luego se sometió al morenovallismo. Ahora gravita en el PAN, siendo esa la razón por la cual la senadora Nadia Navarro se le considera como un cuadro importante en el partido de la derecha.
La naturaleza de un partido así es adecuada para el pragmatismo que reflejan Ignacio Mier y Fernando Manzanilla, que saltan siempre de una organización partidista a otra, sin saberse mantener leales a ninguna sigla partidista.
El proyecto del partido que quieren fundar va en ese sentido, el ser el espacio que de participación a priistas, panistas, morenistas, a todos aquellos que quieran cambiar de camiseta política.
Algunos dirían que es como una guarida de mercenarios políticos.
Columna Cuitlatlán de Fermín Alejandro García en La Jornada de Oriente
Foto Esimagen
clh
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