Los ciudadanos debemos salir a votar pues no hay nada escrito, la narrativa oficial no concuerda con la realidad y eso se podrá demostrar en las urnas
Hace dos semanas en Turquía se presentó un fenómeno que se está dando en muchas partes del mundo donde se han registrado elecciones, el gobernante y su líder de corte populista sufrieron un revés, al perder la mayoría de las posiciones.
Lee El gabinete de Claudia, la codiciada Secretaría de Gobernación y la grilla contra DurazoExisten grandes similitudes entre Turquía y México, tanto por su posición geográfica, como por su importancia económica frente a la Unión Europea y por el rol que juegan como país estratégico para quienes migran hacia los principales países de Europa. Sin embargo, lo más parecido es el perfil de su gobernante, Recep Tayyip Erdoğan, uno de los representantes más significativos de la corriente populista, que creció en el mundo por el impulso que le dio Donald Trump a estos gobiernos.
México y Turquía
El estilo de Erdoğan es muy similar al de AMLO, convirtió a su partido en una maquinaria de guerra personal y se afianzó como un régimen que combina autoritarismo electoral, populismo e islamismo, el erdoganismo tiene al nacionalismo turco como principal argamasa y los resentimientos contra occidente forman parte de su fortaleza.
AMLO hizo exactamente lo mismo, convirtió a su partido en una maquinaria de guerra personal, se lanzó en contra de sus enemigos reales e imaginarios, atacó al “neoliberalismo” y anteponiendo todos sus complejos, se lanzó en contra de quienes estudiaron y lograron niveles académicos superiores, en contra de la clase “aspiracionista” y en contra de los ”fifis”, es decir, dividió a México a partir de sus conceptos y prejuicios personales.
Al igual que Erdoğan en Turquía, el de AMLO es un régimen donde se practica el autoritarismo electoral, nadie más que Morena puede ganar con legitimidad una elección, si gana la oposición asegura que robaron la elección o que responden a otros intereses.
Populismo y manipulación
Ambos mandatarios manipulan y engañan a la sociedad con su discurso populista. Los dos apelan a un nacionalismo rancio y chovinista, Erdoğan ataca a occidente y se asume como islamista y AMLO ataca a Estados Unidos y Europa para hacerlos responsables de todos los males y, aunque Andrés es primera generación de españoles radicados en México, quiere asumirse como indígena. Así de falso es el discurso populista.
Los dos se envuelven en sus banderas sin pensar en las consecuencias que en el contexto internacional puedan tener sus discursos incendiarios, sus ataques hacia los principales líderes mundiales o los pequeños incendios que causan en sus respectivas regiones, Erdoğan con Israel y otras naciones aliadas de occidente y AMLO con los países latinoamericanos que se han salido de la órbita populista, como Perú o Ecuador.
Ambos presidentes tienen alianzas de algún tipo con Rusia, China, Cuba y hasta con Corea del Norte, los dos mantienen muy buenas relaciones con Kim Jong-un. Apenas hace unos meses en una cumbre participaron Putin, Kim y Erdoğan.
Pero el mundo va en otro sentido
Internacionalmente se le empieza a dar la espalda al populismo y en los países donde se han alcanzado a celebrar elecciones, los resultados ya no favorecen a los regímenes populistas, tal como sucedió en los comicios municipales de hace dos semanas aquí en Turquía.
Cabe destacar que todas las encuestas daban como triunfador absoluto al oficialista Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) frente al opositor Partido Republicano del Pueblo. Por ejemplo, en la capital Estambul las encuestas indicaban un empate técnico, sin embargo, la oposición ganó por 10 puntos de diferencia.
En Ankara, donde AKP aparecía con superioridad de cinco puntos, la oposición obtuvo un triunfo de 25 puntos. En Esmirna, la tercera ciudad más grande de Turquía, se vaticinaba un “empate técnico” pero el CHP logró 11 puntos por encima de sus rivales y en Bursa, la cuarta ciudad en número de habitantes, se auguraba un triunfo del oficialismo, pero la diferencia a favor de la oposición fue de más de siete puntos.
Hay otro factor determinante para el resultado que se alcanzó en las elecciones municipales y fue que alcanzaron una participación superior al 77%.
No todo está escrito en las encuestas
Las encuestas han fallado, sobre todo en los regímenes autoritarios y populistas como es de Turquía, lo mismo en Argentina con Milei donde de 15 encuestas, solo tres le daban remotas posibilidades de triunfo y también sucedió en Guatemala y en España, donde los sondeos difundidos coincidían en que el PP ganaría ampliamente e incluso en que podría alcanzar la mayoría absoluta con Vox.
Con estos ejemplos podemos ver con otro cristal las elecciones del 2 de junio. Más allá de las encuestas y de la narrativa oficial, que contrasta dramáticamente con las noticias y con los hechos que acontecen día a día, pero, sobre todo, si los ciudadanos como los protagonistas que son, toman el mando y salen a elegir a quien quieren que los gobierne, a quien quieren en el Congreso y en el entendido de que su voto es crucial para la democracia y mantener el sistema de contrapesos, entonces las cosas cambiarán radicalmente, como ha sucedido en otras partes del mundo.
Los ciudadanos debemos salir a votar porque no hay nada escrito, la narrativa oficial no concuerda con la realidad y eso se podrá demostrar en las urnas.
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Columna de Manuel Díaz em SDP Noticias
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