Alfonso Alejandro Coronel Vega, cineasta y doctorante en Artes y Diseño en la UNAM, encabeza un proyecto pionero en México
México.- La inteligencia artificial (IA) está transformando el arte contemporáneo de maneras que hace apenas unos años parecían imposibles. Alfonso Alejandro Coronel Vega, cineasta y doctorante en Artes y Diseño en la UNAM, encabeza un proyecto pionero en México que incorpora la IA en la creación cinematográfica, empujando los límites tradicionales de autoría, creatividad y autenticidad en el arte.
Lee Amenaza siempre latente de Donald Trump hacia MéxicoCon su experiencia en dirección y posproducción, y al frente del primer largometraje mexicano intervenido con inteligencia artificial, La Bola, Coronel se sumerge en los matices de esta relación entre lo humano y lo digital, explorando su potencial y desafiando sus implicaciones éticas.
Una herramienta que potencia la creatividad
Para Coronel, la IA en el arte es una poderosa herramienta que va más allá de la eficiencia técnica. En la creación de La Bola, esta tecnología le ha permitido optimizar procesos de edición, corrección de color y generación de referencias visuales, tareas que en una producción tradicional consumen buena parte del tiempo y presupuesto. “La IA tiene la capacidad de procesar grandes volúmenes de datos y realizar tareas repetitivas de manera eficiente”, explica Coronel. “Esto permite que los artistas enfoquen su creatividad en las partes más conceptuales de la obra, sin verse absorbidos por procesos técnicos que, aunque necesarios, suelen consumir gran parte del tiempo y esfuerzo”.
Sin embargo, la IA representa algo más que un recurso técnico para acelerar los procesos. Coronel describe su interacción con la IA como una colaboración que amplía las posibilidades creativas sin reducir el papel del artista.
Con la IA, el creador tiene acceso a herramientas que optimizan tareas básicas, lo cual no disminuye su control ni su intención artística en el proyecto. Al contrario, estas herramientas le permiten explorar técnicas y conceptos que antes parecían inalcanzables debido a las limitaciones de tiempo y presupuesto. “Puede cortar y pegar secuencias, realizar colorización automática o sugerir estilos visuales, pero la intención, el toque humano que da sentido a la obra, sigue siendo insustituible”, puntualiza el cineasta.
Redefiniendo la noción de creatividad
La IA también ha introducido un cambio significativo en la forma en que percibimos la creatividad. Coronel considera que la IA nos obliga a replantear esta noción. Mientras que la IA es capaz de generar combinaciones de datos que simulan creatividad, lo hace de una manera radicalmente distinta a los humanos. Sin experiencias, sin emociones y sin intenciones, una máquina no crea en el sentido humano del término; emula patrones. En este sentido, Coronel habla de distintos tipos de creatividad en la IA, como la “creatividad algorítmica”, en la que los algoritmos analizan patrones y producen nuevas combinaciones, o la “creatividad colaborativa”, en la cual la IA se convierte en una extensión de la visión del artista, quien explora variaciones de su propia obra gracias a la tecnología.
Este aspecto plantea preguntas filosóficas y éticas sobre el papel de la IA como “co-creadora” en el arte. La tecnología puede generar resultados visualmente impactantes, pero sin la vivencia y el contexto que caracterizan a la obra humana. Coronel considera que una de las grandes aportaciones de la IA es precisamente esta: cuestionar las bases del arte, lo que nos obliga a preguntarnos qué significa realmente crear. “El arte es una forma de expresión íntima, y aunque la IA puede simular la apariencia de una obra humana, no puede replicar la autenticidad emocional que esta representa”, enfatiza.
Dilemas éticos en autoría y propiedad intelectual
Además de sus implicaciones en la creación artística, la IA plantea dilemas éticos en términos de autoría y propiedad intelectual. En muchas ocasiones, las inteligencias artificiales se entrenan utilizando obras de otros artistas, muchas veces sin su consentimiento. Coronel destaca que esta práctica plantea serios problemas éticos, ya que las obras originales son utilizadas para “educar” a la IA sin que el autor reciba crédito ni compensación. “La mayoría de las IA actuales se entrenan utilizando obras existentes, lo cual, en algunos casos, infringe los derechos de autor”, explica. “Esto genera un problema ético porque la obra de estos artistas se utiliza para ‘educar’ a la IA sin que ellos reciban crédito ni compensación por ello”. Para Coronel, la falta de transparencia en el entrenamiento de las IA refuerza la necesidad de regulación y consenso para proteger a los creadores.
Autenticidad artística y el valor de la experiencia humana
El uso de la IA en la creación también introduce una compleja cuestión de autenticidad. Aunque las creaciones de IA pueden ser visualmente atractivas, a menudo carecen de esa conexión genuina con la experiencia humana, lo que genera dudas sobre si realmente pueden considerarse arte en un sentido pleno. La autenticidad artística, para Coronel, no reside únicamente en la estética de una obra, sino en la historia y el trasfondo personal que el artista aporta a su creación. Aunque la IA puede simular el estilo de un pintor o un escritor, carece del contexto emocional y de la intencionalidad que caracterizan a las obras humanas. Esto, a su vez, invita a reflexionar sobre el valor que le atribuimos a una obra generada por IA, y si su valor es comparable al de una pieza creada por una persona.
El peligro de la desinformación generada por IA
Otro aspecto que preocupa a Coronel es el potencial de la IA para generar desinformación. Tecnologías como los deepfakes permiten la creación de imágenes y videos falsos con un realismo inquietante, lo cual puede tener repercusiones tanto en el ámbito artístico como en el social. “Uno de los mayores peligros de las fake news generadas por IA es que pueden difundir información falsa y dañar la reputación de personas”, comenta. Este riesgo aumenta cuando los usuarios confunden las herramientas de IA con fuentes confiables de conocimiento, sin cuestionar la exactitud de la información que reciben. “Estos sistemas no son infalibles; pueden inventar datos, autores y obras que nunca existieron, y sin un pensamiento crítico, el usuario puede ser engañado fácilmente”, añade Coronel.
Hacia un futuro de colaboración simbiótica
A pesar de los retos, Coronel es optimista sobre el futuro del arte en un mundo donde la IA amplifica las posibilidades creativas de los humanos. La IA no desplazará al artista; más bien, permitirá una colaboración simbiótica que enriquezca el proceso creativo. En La Bola, la IA ha sido una herramienta que no sustituye el talento humano, sino que lo potencia, permitiendo explorar territorios antes inimaginables. “La IA no va a eliminar el arte hecho por humanos, sino que abrirá nuevas posibilidades creativas. Es una herramienta que permite explorar territorios antes inimaginables”, asegura Coronel.
Como profesor en la ENAC, Coronel busca que sus estudiantes comprendan las posibilidades y limitaciones de la IA en el arte. En sus clases, promueve una aproximación ética y crítica hacia estas tecnologías, consciente de que las universidades tienen un papel fundamental en la formación de artistas preparados para trabajar con la IA de manera responsable. “Dotar a los estudiantes de pensamiento crítico y conocimiento técnico es clave para que puedan usar la IA de manera responsable en sus procesos creativos”, explica.
En la visión de Coronel, el futuro del arte radica en la simbiosis entre la creatividad humana y la inteligencia artificial. La IA no es un reemplazo del arte humano, sino un complemento que invita a los artistas a repensar su labor en un mundo donde la tecnología amplifica tanto sus posibilidades como sus desafíos. “El arte del futuro será una fusión de lo mejor de la creatividad humana con la inteligencia artificial, siempre que se use con un espíritu crítico y ético”, concluye Coronel, vislumbrando un horizonte en el que el ser humano y la máquina se complementan en una nueva forma de expresión artística que, aunque diferente, nunca dejará de lado su esencia.
Ideas destacadas:
- La inteligencia artificial está transformando el arte contemporáneo y planteando nuevas posibilidades creativas.
- La IA permite optimizar procesos técnicos, pero no reemplaza la intención artística ni el toque humano.
- Existen dilemas éticos sobre la autoría y el uso de obras para entrenar IA sin consentimiento.
- La autenticidad artística sigue siendo un desafío para las creaciones generadas por IA.
- Tecnologías como los deepfakes representan un riesgo significativo de desinformación.
- La colaboración entre creatividad humana e IA es vista como el futuro del arte, promoviendo una relación simbiótica y enriquecedora
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Foto UNAM
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