Esta caminata de fe, que se remonta a 1887, ha sido una tradición que sigue viva en la comunidad poblana, convirtiéndose en un acto de devoción y unidad cada vez más significativo para los feligreses
Puebla, Pue. – Como cada 12 de febrero, miles de poblanos emprendieron su viaje anual hacia la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México, para participar en la 134.ª peregrinación que conmemora más de un siglo de historia.
Lee A finales de febrero quedará listo distribuidor de Amalucan: InfraestructuraEsta caminata de fe, que se remonta a 1887, ha sido una tradición que sigue viva en la comunidad poblana, convirtiéndose en un acto de devoción y unidad cada vez más significativo para los feligreses. A pesar de los desafíos y el cansancio, los peregrinos avanzan con un solo propósito: rendir homenaje a la Virgen de Guadalupe, la Morenita del Tepeyac.
Motivos diversos, pero el mismo fervor
Con cada paso, los peregrinos cuentan historias distintas, pero todas tienen un mismo denominador común: la profunda devoción a la Virgen. Algunas personas llegan con promesas de fe, otras buscando milagros o pidiendo protección para sus seres queridos. Tal es el caso de las hermanas López, originarias de Santa Isabel Cholula, quienes, después de cuatro horas de caminar, cumplieron la promesa que habían hecho: llegar a la Basílica de rodillas, como símbolo de gratitud y respeto hacia la Virgen Morena.
Durante todo el recorrido, se pueden escuchar cánticos, rezos y porras que dan vida al ambiente festivo. En la Basílica, los poblanos reciben el tradicional cuadro floral, un regalo de la Arquidiócesis de Puebla, que simboliza el cariño de los habitantes de ese estado hacia la Virgen.
Misa de acción de gracias: un espacio de reflexión y esperanza
A las 11:00 horas, el arzobispo de Puebla, Monseñor Víctor Sánchez Espinosa, presidió la misa de acción de gracias, un momento clave para los peregrinos que llegaron a la Basílica. Durante su discurso, Monseñor Sánchez Espinosa pidió por la paz y la seguridad de los migrantes, además de hacer un llamado por la tranquilidad del estado y del país en general.
De igual manera, hizo referencia a la "Casita de la Morenita", recordando la presencia de poblanos en todos los rincones del mundo, incluidos los sacerdotes originarios de Puebla, como Monseñor Pedro Tapia, quien también ha formado parte del equipo de la Pastoral Litúrgica de la Basílica de Guadalupe.
La misa también tuvo un componente especial: la ordenación de 11 nuevos presbíteros para la Arquidiócesis de Puebla, un acto que no solo sumó nuevos miembros al clero, sino que también sirvió para consolidar la conexión entre la iglesia poblana y la Basílica de Guadalupe, un lugar de encuentro de todos los creyentes.
El origen de una tradición que ha trascendido generaciones
Aunque la peregrinación a la Basílica de Guadalupe tiene una larga historia, la tradición organizada de los poblanos comenzó en 1887, cuando el Obispo José María Mora y Daza instituyó esta marcha anual tras la recomendación del sacerdote Ramón Ibarra y González.
Desde entonces, cada 12 de febrero, miles de fieles se suman a esta caminata de fe, enfrentando largas horas de trayecto con la esperanza de cumplir sus promesas o agradecer por los favores recibidos.
Un hito importante en la historia de esta peregrinación fue en 1904, cuando la Diócesis de Puebla fue elevada a la categoría de Arquidiócesis, convirtiéndose en una fecha emblemática para los poblanos. Con el paso de los años, esta peregrinación ha logrado mantener su esencia, adaptándose a los tiempos modernos, pero siempre preservando su objetivo: rendir homenaje a la Virgen de Guadalupe, un símbolo de fe para millones de mexicanos.
Más que una tradición religiosa: un acto de unidad
Cada peregrinación a la Basílica de Guadalupe no solo es un acto de devoción, sino también una prueba del sentido de comunidad que caracteriza a los poblanos. Año con año, esta procesión congrega a miles de personas que, independientemente de su situación social o económica, se unen bajo una misma causa. La fe, el amor y el respeto hacia la Virgen son los pilares que permiten que esta tradición perdure, aun cuando el paso del tiempo haya transformado muchas costumbres y prácticas.
El 12 de febrero de 2025, una vez más, los poblanos demostraron que la fe no tiene fronteras ni barreras. La peregrinación a la Basílica de Guadalupe sigue siendo uno de los eventos religiosos más importantes del estado y un testimonio de la fortaleza de las tradiciones católicas en México. Al final, cada paso dado por los peregrinos no solo es un acto de fe, sino una reafirmación del vínculo espiritual que une a la comunidad con la Virgen Morena.
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