Secuelas neurológicas en niños prematuros: un desafío para el desarrollo infantil

México.- La prematuridad es un fenómeno global que afecta al 11% de los nacimientos (OMS). Aunque en décadas pasadas la mortalidad entre los niños prematuros era extremadamente alta, los avances en medicina y cuidados neonatales han mejorado significativamente las tasas de supervivencia. Sin embargo, este progreso también ha revelado que, a largo plazo, muchos de estos niños enfrentan consecuencias en su desarrollo neurológico.

Con objeto de dar a conocer el invaluable trabajo que la Unidad de Investigación en Neurodesarrollo del Instituto de Neurobiología de la UNAM realiza en esta materia, la doctora Thalía Harmony Baillet, investigadora de dicha entidad, licenciada en Medicina por la UNAM y doctora en Ciencias por el Centro Nacional de Investigaciones Científicas en Cuba, ofreció el seminario institucional

El riesgo de daño cerebral en lactantes pretérmino

De acuerdo con la doctora Harmony, en México, un alarmante 20% de las discapacidades infantiles se vinculan a complicaciones perinatales, lo que refleja un alto índice de daño cerebral. Esto puede ocurrir debido a una combinación de factores prenatales, perinatales y postnatales. Entre los factores de riesgo más comunes en el período prenatal se encuentran el riesgo de aborto, el consumo de sustancias tóxicas, infecciones y toxemia. En el período perinatal, la prematuridad y la asfixia son los principales factores de riesgo, mientras que, en el postnatal, condiciones como la hiperbilirrubinemia, la sepsis y las convulsiones pueden contribuir a que ocurra este trastorno que, a su vez, puede llevar a una amplia variedad de secuelas neurológicas en lactantes pretérmino. Entre las más frecuentes se encuentran:

- Esfera motora: parálisis cerebral infantil y trastornos en la coordinación motora.

- Esfera perceptual: hipoacusias y ceguera.

- Esfera cognitiva: problemas en la atención, el lenguaje y el aprendizaje.

- Esfera psiquiátrica: trastornos como el síndrome autista, el déficit de atención y la esquizofrenia.

Importancia de la detección temprana y el tratamiento multidisciplinario

Harmony Baillet enfatizó la crucial importancia de efectuar un seguimiento médico a los niños prematuros, algo que, lamentablemente, no siempre se hace en México ni en otras partes del mundo. Este seguimiento debe ser integral y comenzar lo más pronto posible, a fin de detectar y tratar a tiempo cualquier deficiencia sensorial, motora, cognitiva o psiquiátrica que pueda manifestarse durante el desarrollo del niño.

En la Unidad de Neurobiología de la UNAM, Harmony y su equipo realizan un seguimiento multidisciplinario que abarca desde los dos meses hasta los ocho años. Este seguimiento incluye evaluaciones socioeconómicas, neuro-pediátricas, psicológicas, así como estudios avanzados, como resonancias magnéticas y electroencefalogramas. Un aspecto fundamental de este enfoque es la atención a los padres, quienes también pueden verse afectados emocionalmente por los desafíos del desarrollo de su hijo prematuro.

Un componente clave en la rehabilitación de niños prematuros con daño cerebral es la estimulación temprana. Harmony y su equipo utilizan el método del doctor Ferenc Katona, diseñado para trabajar sobre los patrones sensomotrices del niño. Este método consiste en sentar al bebé de forma controlada sobre las manos del especialista, evaluando el tono muscular y la función del equilibrio, sin movimientos bruscos ni rotaciones.

Si se detectan anormalidades en el tono muscular, como hipotonía (bajo tono muscular) o hipertonía (tono muscular excesivo), se puede intervenir de manera específica. El objetivo es mejorar la tonicidad y el desarrollo de movimientos complejos, estimulando los núcleos vestibulares responsables del equilibrio. La terapia se basa en secuencias de movimientos y posiciones de verticalización, y debe realizarse lo más temprano posible, idealmente antes de los tres meses de vida, para obtener los mejores resultados.

Evaluación de la atención

Otro aspecto crucial para el desarrollo de los niños prematuros con daño cerebral es la estimulación de la atención. La doctora Claudia Calipso Gutiérrez, colaboradora de la doctora Harmony en la investigación sobre daño cerebral en niños, ha desarrollado un enfoque de estimulación auditiva que se complementa con el método Katona. Esta técnica se implementa a través de electroencefalogramas en los que se monitorean las respuestas del cerebro del bebé a diferentes estímulos auditivos.

Un componente clave en la rehabilitación de niños prematuros con daño cerebral es la estimulación temprana. Harmony y su equipo utilizan el método del doctor Ferenc Katona

Con este procedimiento se evalúan los potenciales del tallo cerebral, así como los diferentes tonos y frecuencias auditivas, lo que ayuda a detectar problemas de audición a una edad temprana. En caso de que se identifique alguna anomalía auditiva, se recomienda el uso de audífonos, lo que puede mejorar significativamente el desarrollo del niño.

Evaluación de potenciales evocados visuales

Al igual que la evaluación anterior, las regiones occipitales del lactante se miden a través de electroencefalogramas. Se muestra al bebé un panel con cuadros blancos y negros intercalados, como en un tablero de ajedrez. Si hay alguna anormalidad visual, el electro muestra un voltaje muy disminuido. Cuando esto sucede, el estudio se repite a los tres meses, y si persiste, se pide a los padres que lleven al niño al Instituto de Oftalmología de Querétaro, donde se aplican pruebas complementarias y se le brinda la atención necesaria, en el marco de colaboración que dicho Instituto mantiene con la Unidad.

Pruebas psicológicas

Desde el nacimiento hasta los 36 meses, la Unidad de Neurobiología utiliza la Escala de Bayley de Desarrollo Infantil. Cuando los niños tienen entre cuatro y siete años se prueba con otros métodos, como el WPPSI (Wechsler Preschool and Primary Scale of Intelligence) para la escala de inteligencia; DTVP-2, de evaluación de la percepción visual de Frostig; la prueba de la Figura Compleja del Rey; y la Evaluación Neuropsicológica Infantil (ENI), que también evalúa el nivel de aprendizaje del niño. Esta última es una prueba muy valiosa desarrollada conjuntamente por investigadores colombianos y la doctora Ostrosky en México. Asimismo, se emplea la escala Conners, que consiste en que sean los mismos padres quienes evalúen a sus hijos, marcando las casillas que describan las conductas que adviertan en ellos, como déficit de atención, hiperactividad, impulsividad, problemas de aprendizaje, agresión y relación entre iguales.

Los estudios con resonancia magnética se usan para detectar si los niños presentan aumento de volumen en los ventrículos laterales.

Detección de alteraciones en resonancia magnética.

Los estudios con resonancia magnética se usan para detectar si los niños presentan aumento de volumen en los ventrículos laterales y/o en el espacio subaracnoideo, así como disminución del volumen del cuerpo calloso, entre los principales. De acuerdo con lo señalado por la doctora Harmony, invariablemente, los niños con factores de riesgo presentan estas tres anomalías, por lo que detectarlas y tratarlas desde las primeras semanas de vida es crucial, al ser estos tres aspectos básicos para el desarrollo normal cerebral y, por lo tanto, del resto de la conducta.

Escala de evaluación de la atención selectiva

Esta evaluación se implementa observando el movimiento de los ojos y/o de la cabeza, para determinar si el bebé es capaz de seguir el estímulo visual que se le presenta. Se califica con 0 en casos de conducta ausente; con 1 cuando se verifica el inicio de la conducta; y con 2 cuando la conducta se ha consolidado.

Para cerrar su conferencia, la doctora Harmony destacó que, hasta el momento, el 80% de los lactantes que han acudido con graves problemas a la Unidad de Neurobiología de la UNAM, cuando llegan a los ocho años han logrado una normalidad absoluta de su neurodesarrollo a través de estos métodos de neurohabilitación. Con ello, se ha demostrado que la detección temprana, el seguimiento continuo y la intervención terapéutica adecuada son fundamentales para minimizar las secuelas neurológicas y mejorar la calidad de vida de los lactantes pretérmino. La comunidad médica y los padres deben trabajar juntos para asegurar que estos pequeños reciban el apoyo que necesitan desde el momento de su nacimiento hasta su desarrollo infantil, ofreciéndoles así la mejor oportunidad para su bienestar a largo plazo.

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