La reforma establece la prohibición de la reelección inmediata en la Constitución Mexicana para una variedad de cargos
En una votación unánime, la Cámara de Diputados aprobó la reforma en materia de no reelección y nepotismo electoral, con 477 votos a favor y sin votos en contra ni abstenciones. Este cambio legislativo, que se implementará hasta 2030, difiere del planteamiento original que contemplaba su entrada en vigor en 2027, presentado por la presidenta Claudia Sheinbaum.
Durante la sesión, la diputada Dolores Padierna, en su papel como presidenta de la Mesa Directiva, dio a conocer que se realizaron modificaciones a varios artículos de la Constitución, específicamente a los artículos 55, 59, 82, 115, 116 y 122. Estas modificaciones son consideradas esenciales para garantizar una mayor transparencia y equidad en el ámbito electoral.
La vicecoordinadora de Morena, Gabriela Jiménez, resaltó que la reforma envía un mensaje claro: “En la 4T no hay espacio para el abuso de poder y el clientelismo familiar”. Esta declaración refleja la intención de la administración actual de frenar prácticas que han sido comunes en el ámbito político mexicano.
Por su parte, el diputado del PAN, Armando Tejeda, insistió en que el poder no debe ser heredado como si se tratara de una empresa privada. “El combate al nepotismo debe ser real, no solo un discurso. Si realmente queremos erradicar la corrupción, debemos poner fin al tráfico de influencias. No más gobiernos con clanes familiares”, expresó. Sus palabras resuenan en un contexto donde el nepotismo ha sido un tema recurrente en las críticas hacia administraciones pasadas.
¿En qué consiste la reforma?
La reforma establece la prohibición de la reelección inmediata en la Constitución Mexicana para una variedad de cargos, que incluyen la Presidencia de México, diputaciones, senadurías, gubernaturas, así como varios niveles de administración local. Sin embargo, se permitirá que las personas que ocupen cargos como senadores y diputados suplentes puedan ser elegidos como propietarios en el periodo inmediato, siempre que no hayan estado en ejercicio.
En lo que respecta al nepotismo electoral, la reforma estipula que aquellos que deseen participar en un cargo de elección popular no deberán tener, ni haber tenido en los últimos tres años, vínculos de matrimonio, concubinato, o parentesco por consanguinidad o civil en línea recta. Esta medida busca eliminar conflictos de interés y favorecer la transparencia en la política.
La implementación de esta reforma no solo apunta a la reestructuración del sistema electoral, sino que también tiene como objetivo establecer un precedente en la lucha contra la corrupción en México. A pesar de los esfuerzos, la expectativa es que se mantenga un monitoreo constante para asegurar que estas nuevas disposiciones se cumplan en los procesos electorales, tanto federales como locales, que comenzarán en 2030.
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