San Juan Tianguismanalco, Pue. — En un ambiente cargado de fervor y emoción los habitantes de este municipio vivieron un día que quedará grabado en la memoria colectiva del pueblo: la llegada de la reliquia de San Judas Tadeo a su parroquia.
Por esa razón las campanas repicaron con fuerza anunciando lo que muchos consideraban una bendición largamente esperada. Fieles de todas las edades se congregaron en el atrio del templo, algunos con veladoras en las manos, otros con imágenes del santo y todos con el corazón dispuesto a recibir al intercesor de los casos difíciles.
El aroma de las flores inundaba el aire. Frente al altar, los feligreses elaboraron un tapete monumental hecho con pétalos naturales, ofrenda que simbolizaba la devoción, la esperanza y la gratitud de una comunidad que encuentra en San Judas alivio y consuelo. Cada flor, cada color y cada trazo de ese tapete era una oración silenciosa.
Durante la misa el párroco de Tianguismanalco, visiblemente emocionado, agradeció la oportunidad de tener tan cerca la presencia de las reliquias. “San Judas Tadeo nos recuerda que la fe no conoce imposibles”, dijo.
Aunque la alegría fue la nota dominante, también hubo quienes lloraron en silencio. No eran lágrimas de tristeza, sino de agradecimiento y alivio espiritual, fruto de un encuentro íntimo con la fe.
Cabe recordar que estas mismas reliquias habían visitado la Parroquia de Atlixco a finales de agosto donde también congregaron a miles de devotos. Hoy, su paso por Tianguismanalco reafirma el poder de la fe católica que sigue latiendo con fuerza en las comunidades de la región.
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