Por los municipios

El Árbol de la Vida, arte representativo de Izúcar

Leticia Montagner

Leticia Montagner

Izúcar de Matamoros es un Municipio que tiene una gran riqueza artesanal como la elaboración del Árbol de la Vida, artesanía de barro policromado, moldeado, horneado y decorado con pinturas acrílicas.

El Barro Policromado fue declarado Patrimonio Cultural del Estado desde 1998 y junto con el Árbol de la Vida, son artesanías que han sido elaboradas desde hace 350 años por los izucarenses, posicionándose internacionalmente debido a su diseño colorido y tradición.

Esta herencia sobresale en las familias alfareras, particularmente Alfonso Castillo Orta, quien se ha distinguido por sus trabajos de alfarería y quien fue pionero en revolucionar los métodos y creaciones del Árbol de la Vida.

En entrevista con Enlace de la Mixteca, con uno de los cinco hijos de Castillo Orta, el artesano

Alfonso Castillo Hernández, explicó que esta tradición de crear árboles de la vida tiene más de 350 años y comparte orígenes prehispánicos fusionados con elementos españoles, los cuales se unieron al momento de la conquista.

Grupos toltecas del año 800 a 1168 DC, habitaron la zona que ahora es Izúcar, quienes realizaban ofrendas en forma de árbol en los rituales de casamiento como en muestra de sus buenos deseos.

Muchos años después la costumbre fue bien vista por los españoles, quienes tenían características similares con el árbol de Adán y Eva. Así es como surge el tradicional Árbol de la Vida, el que representa a estos dos personajes bíblicos.

“Es necesario difundir y dignificar este arte, hacerlo parte de nuestra identidad”, señaló Castillo

Hernández, cuya familia han materializado ya que sus creaciones se encuentran en museos de México y Latinoamérica, como Fomento Cultural Banamex y el Museo de Arte Popular de México.

Además, tiene presencia internacional en el Museo de Arte Mexicano de Chicago, colecciones en San Francisco, San Antonio y Austin, Texas; en Brasil, España, Australia y Alemania.

El taller de la Familia Castillo se encuentra en el Callejón del Partidor, en el Barrio de San Martín Huaquechula, en Izúcar de Matamoros. Además de los árboles de la vida, también crean otras piezas de barro policromado como las famosas Fridas, en honor a la artista Frida Kahlo, quien hace algunas décadas asistió de manera personal a su taller y compró una de sus piezas, la cual se encuentra en el Museo de Frida en Ciudad de México.

Además, participaron en la Riviera Maya en la Feria Xcaret de Arte Popular Mexicano, que se

desarrolló del 19 al 22 de septiembre y participaron con 50 piezas de barro policromado.

El legado Castillo ha sobresalido por cinco generaciones y continuará también con los

descendientes de Alfonso Castillo Hernández y su esposa, Elizabeth Merino Moreno; ellos son

Alfonso, Ixtla y Karla Castillo Merino quienes comienzan abrirse las puertas al mundo y son 

hermanos unidos por su pasión al arte, cada uno posee habilidades únicas y están constantemente en preparación.

Por su parte, Alfonso Castillo Merino, egresado de Artes Plásticas en Bellas Artes de Oaxaca, ha participado en Fiesta Latina en Nuevo México, así como en eventos de maestros artesanos en diversas ciudades del país. Merino pretende es continuar extendiendo el legado propio y familiar, así como propiciar mayores oportunidades en esta disciplina.

 

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