Consideró el hecho como “algo curioso” porque el accidente no fue provocado por la ruptura de una cadena, sino porque la campana se abrió.
Tehuacán, Pue.- El obispo Diocesano Rodrigo Aguilar Martínez lamentó la muerte del menor que se desempeñaba como acólito en la iglesia del Carmen y consideró el hecho como “algo curioso” porque el accidente no fue provocado por la ruptura de una cadena, un lazo, ni un travesaño, sino porque la campana se abrió.
Lee Carecen iglesias de Tehuacán de medidas de seguridadReconoció que ante estos hechos se tienen que realizar las supervisiones a las iglesias que conforman las 57 parroquias de la Diócesis y no “al niño ahogado hay que tapar el pozo”.
Expresó que la curia diocesana realizará un llamado a los sacerdotes en cargados de los templos para que realicen una supervisión de las condiciones que presentan los inmuebles católicos y de ser necesario se hagan las restauraciones y reparaciones correspondientes.
Aguilar Martínez puntualizó que aunque son hechos imprevistos, se verá la manera de que también la corporación de Protección Civil apoye los trabajos de revisión de la estructuras de los inmuebles que pueden registrar afectaciones no solo por el paso del tiempo, sino por humedad, fenómenos naturales, entre otros.
Finalmente señaló que comparten el dolor y la esperanza con la familia del menor David Cortés Limón, pero también “el regocijo porque la muerte para el que tiene fe, no es la catástrofe, es un paso a la vida eterna”.
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