La inflación en alimentos sigue en niveles muy altos. Las mercancías alimenticias y los productos agropecuarios acumulan una inflación cercana o superior al 14% anual
La semana pasada se dio a conocer que la inflación en Estados Unidos correspondiente a octubre resultó menor a lo previsto, con una tasa anual de 7.76 por ciento y una tasa mensual de 0.43 por ciento.
Lee Exigen cuota de asistentes para la Marcha en defensa de la 4T, asegura Di ConstanzoA ritmo anual, se trató de la cuarta baja consecutiva después de haber alcanzado un máximo de 9 por ciento en junio. Ayer, se informó que los precios al productor se ubicaron en 8.0 por ciento en octubre tras haber estado en 8.5 por ciento en septiembre.
Además de la baja de la inflación general, se registró también un descenso de la llamada “core inflation”, que excluye alimentos y energía, la cual se ubicó en 6.30 por ciento desde su máximo de 6.65 por ciento el mes de septiembre.
Los mercados bursátiles festejaron este resultado y tuvieron el jueves y el viernes pasados alzas espectaculares, las mayores desde el 2020. Se moderaron el lunes y ayer volvieron a subir.
El índice Nasdaq aumentó en un par de días 9.4 por ciento; el S&P lo hizo en 6.5 por ciento, y el Dow Jones en 3.8 por ciento.
La lógica detrás de los incrementos de los precios de las acciones es que la Reserva Federal probablemente reduzca el ritmo de los próximos incrementos de las tasas de interés a partir de que anuncie su decisión el 14 de diciembre.
En el caso de México, la inflación de octubre fue de 8.41 por ciento y registró su primer descenso mensual.
Sin embargo, a diferencia de lo que sucedió en Estados Unidos, la llamada inflación subyacente, que también excluye los componentes altamente volátiles de energía y alimentos, mantuvo una tendencia alcista y quedó en 8.42 por ciento.
Eso no fue suficiente para impedir que el mercado accionario mexicano también celebrara los resultados en Estados Unidos con un alza de alrededor de 3 por ciento entre jueves y viernes.
La inflación en alimentos sigue en niveles muy altos. Las mercancías alimenticias y los productos agropecuarios acumulan una inflación cercana o superior al 14 por ciento anual en nuestro país.
Creo que el festejo de los mercados respecto al dato de octubre en Estados Unidos es aún prematuro.
Pareciera que, en efecto, la inflación ya no está creciendo más. Pero una sola reducción de la inflación subyacente en EU es un indicio aún muy débil de que el proceso esté controlado.
Y, en el caso de la energía y los alimentos, la tendencia a la baja no es nueva, pero aún no es suficiente.
Por ejemplo, el Banco Mundial anticipa que los precios de la energía caerán en 11 por ciento en 2023… pero después de un aumento estimado de 59 por ciento este año.
El petróleo tipo WTI se cotiza actualmente en poco más de 87 dólares por barril, pero en los años previos a la pandemia estaba sobre 60 dólares.
En el caso de los alimentos, la estimación es una reducción promedio de 6 por ciento para el próximo año. Por ejemplo, el maíz se cotiza en alrededor de 660 dólares por bushel actualmente, pero antes de la pandemia su precio estaba cercano a los 400.
En términos generales es viable una tendencia a la reducción de las cotizaciones de las materias primas en virtud del esperado freno económico global.
Pero, la caída de sus precios no será suficiente para compensar las alzas del periodo posterior a la pandemia y a la invasión rusa a Ucrania.
Aun si somos optimistas y consideramos que realmente hay un cambio de tendencia en la inflación, lo más probable es que el ritmo de baja sea lento.
Quizás sea suficiente para que la Reserva Federal aumente su tasa de interés “solo” en medio punto porcentual en su próxima reunión, pero estará muy lejos aún un posible ciclo a la baja.
Y, si el Banxico, como es de esperarse, sigue los pasos de la autoridad monetaria norteamericana, entonces la previsión será que terminemos este año con una tasa objetivo de 10.50 por ciento, que de cualquier manera seguirá como la mayor de la historia desde que este instrumento empezó a utilizarse.
Así que, cuidado con hacer la fiesta antes de tiempo.
Columna de Enrique Quintana
Foto: Especial
cdch
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