La megafarmacia y el capitalismo de cuates

A daydream yet to come

Time is upon us

Oh but the night is young

Flowers blossom

In the wintertime

In your arms I feel

Sunshine

Give up yourself unto the moment

The time is now

Give up yourself unto the moment

Ni Dinamarca tiene una farmacia como la inaugurada ayer por López Obrador. La razón es sencilla: saben que eso sería un absoluto despropósito y una tomadura de pelo. De hecho, ninguno de los países que cuentan con los mejores sistemas de salud concentran medicamentos en una bodega gigante y establecen un call center como mecanismo receptor de la demanda; saben que ello garantizaría el que NO se diera una adecuada distribución de medicinas y de material médico.

López Obrador se ufana de tener la farmacia más grande del mundo (si de metros cuadrados hablamos, no lo dudo), mas ello no significa que esta cumpla su propósito. El concepto de grandes almacenes para resguardar medicamentos dejó de usarse en todo el mundo en la década de los cincuenta, hace más de 70 años… Esa es la modernidad que ahora contemplamos para México bajo la égida cuatroteísta.

Presumir que la megafarmacia está compuesta por casi 50 hectáreas de espacio (solo nueve de ellas techadas), es no entender ni lo más básico de los requerimientos de provisión, almacenaje, traslado, manejo y distribución de medicinas. Pero, como pretexto, cumple su cometido. Y es que con el argumento de terminar con el desabasto de medicamentos ¡que causó la propia 4t! es como surge entonces la ocurrencia de la mega farmacia.

El abasto al Instituto Mexicano del Seguro Social a finales de 2018 era superior al 97% (datos del propio IMSS); es en el segundo semestre de 2019, cuando la oficialía mayor de Hacienda dinamita las compras consolidadas del sector Salud bajo el argumento de que estas estaban corrompidas. En ese momento, sin embargo, no se tenía establecida ya una propuesta para substituir el esquema. En otras palabras, para arribar a la decisión gubernamental tomada, no importaron los pacientes, solo lo concerniente a los distribuidores.

Si hay algo que ha marcado a este sexenio, (además de la inseguridad, la violencia y la incongruencia), es el destruir instituciones, estructuras, procesos, mecanismos y legislación para que los nuevos contratos gubernamentales —que vienen asociados a todo ello— se asignen con absoluta discreción. Dicho de otra forma, nunca se ha tratado de terminar con la corrupción, con los moches y con los cochupos, sino de que estos fueran redireccionados y absorbidos por miembros y allegados de la nueva (ni tan nueva) clase gobernante.

Pero para ser de “izquierdas”, este particular capitalismo de cuates ni siquiera ha tenido un toque progresista ni social. Más bien ha dado pésimos resultados. Y entonces prefirieron congelar a PISA (que se resistió a ser chantajeada por la autoridad), a pesar de ser de las pocas farmacéuticas nacionales que producen medicamentos contra el cáncer y la única que contemplaba un plan completo para que los enfermos de ese mal no sufrieran desabasto. Prefirieron inventar nuevas formas de comprar y de distribuir medicinas —todas desastrosas—, que pedir las medicinas bajo los viejos esquemas (añadiendo vigilancia y monitoreo, y con la anticipación requerida).

Solo la bodega (dato de Birmex) costó la friolera de 1,400 millones de pesos. En adición, se invirtieron ya 219 mil millones de pesos para —supuestamente— garantizar el abasto de medicamentos para el periodo 2023-2024. ¿Alguien que audite todo ese dinero y todos los contratos asociados? ¿O pasará a ser información reservada por cuestiones de seguridad nacional?

Las fotos del evento de inauguración muestran un almacén vacío en un 90%. No nos enseñaron las cámaras de frío, tampoco la forma en que se manipulan allí las medicinas, los montacargas, los carritos de manejo en vertical de los medicamentos. Solo unos cuantos ejemplos de faltantes que muestran que no se entiende la magnitud de lo que se ha puesto en marcha.

Una costosa e ineficaz ocurrencia centralizadora, como todo lo que hace el obradorismo. “No importa”, dicen desde la administración pública; al fin que el capitalismo de cuates ya tiene a los militares al mando de esta farmacia y ‘ya sabemos a quienes’ al mando de algunos militares en particular. ¿Distribuidores profesionales de medicamentos? Esos, ¿cómo para qué? Entre otras cosas para evitar lo siguiente: de acuerdo con “Mexicanos contra la Corrupción”, en el 2022, el 20% de las personas que fallecieron en nuestro país se debió a falta de atención médica o a que no tuvieron los medicamentos necesarios.

En términos llanos para que todo el mundo lo entienda: la salud ha dejado de ser un derecho en este sexenio.

El problema del desabasto pasa por la distribución en tiempo y forma de los medicamentos. Basada esta, además, en un complejo conocimiento y sistema de adquisiciones de medicinas que varían por zona, temporada y edades. En el que los pacientes puedan adquirir sus medicinas en los centros de salud MÁS cercanos a sus hogares. Pero ahora, lejos de ello, el transporte de las medicinas del gran almacén a distintos puntos de la República Mexicana se convertirá además en una nueva forma de sangrar las arcas nacionales (y hacer negocios para unos cuantos). O tal vez de imponer “la regla de oro” de AMLO: ‘quienes lo confrontan, pierden, y quienes cooperan, ganan’. En otras palabras, aceptar y aplaudir al dictador.

Triste la vida de un país que depende de lo que decide y piensa una sola persona, en lugar de contemplar las necesidades de la República y de la salud de su población. La nueva —y vieja— clase empresarial teniendo que cooperar en las ocurrencias de un individuo, aunque estas resulten carísimas y mortales para la gente.

Giro de la Perinola

Con el anuncio de Claudia Sheinbaum que, de ganar en la contienda presidencial, ella piensa continuar con la tradición de ‘Las mañaneras’, podemos estar seguros de que al menos el Valium lo tendríamos garantizado todo el próximo sexenio…

Columna de Verónica Malo en SDP Noticias

Foto Especial

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