Leticia Montagner
Dormir con un perro o un gato es para muchos dueños de mascotas o padres como algunos se describen es una obviedad. En países de América Latina los describen como perrijos. Para otras personas, es una clara violación de los límites, sin mencionar que es uno de los argumentos de dormitorio que más dividen y enfrentan algunas parejas.
El Psicólogo Joel Gavriele-Gold, autor del libro When Pets Come Between Partners en inglés, traducido al español como Cuando las Mascotas Empiezan a Asociarse, en entrevista con el diario The Washington Post, aseguró que la queja que más recibe en sus visitas médicas es el amor excesivo de su pareja respecto a las mascotas.
En algunos casos, la decisión de dormir juntos es clara. Nunca es una buena idea, por ejemplo, compartir la cama con un nuevo cachorro, pues primero deben aprender a dormir solos en sus jaulas, aseguró Steve Brooks, entrenador y experto en comportamiento canino.
Brooks también sugiere que el perro esté entrenado para ir al baño, conozca las órdenes básicas, como sentarse o abajo y comprenda que entrar a la cama es solo por invitación.
Otro caso en el que dormir juntos no debe hacerse es si tiene un perro que lo haga sentir inquietud y miedo. Si se da la vuelta e irrita a un perro agresivo, corre el riesgo de que lo muerda. Brooks agregó que las camas no son un lugar para jugar o luchar y sugiere extender una manta o toalla en el fondo de la cama para crear un lugar que su perro sepa que le pertenece.
Una investigación muestra que los animales pueden mejorar la salud mental y sugieren que las interacciones entre humanos y animales disminuyen la depresión al tiempo que disminuyen los niveles de cortisol, la hormona del estrés, precisó Raj Dasgupta, Profesor de Medicina en la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California.
Un estudio publicado en la revista Social Sciences, concluyó que las personas que sufrían de dolor crónico a largo plazo, como resultado de problemas de sueño, encontraron que dormir con sus perros era positivo, les ayudó a sentirse relajados y aumentó su bienestar, mientras contrarrestaba la soledad que a menudo acompaña a las enfermedades crónicas.
De acuerdo a la Clínica Mayo, los humanos podían dormir bien cuando tenían un perro en su habitación, pero dormían un poco mejor si el perro no estaba en la cama. Por lo tanto, dormir con su perro cerca, tal vez en una jaula, es una buena manera de mantener un sueño reparador mientras se beneficia de la presencia de un canino.
Por supuesto hay algunas desventajas de compartir la cama con otra criatura, ya sea un humano o un animal. La más obvia es que su sueño podría verse alterado.
Los gatos son nocturnos y los perros tienen el sueño polifásico, lo que significa que tienen aproximadamente tres ciclos de sueño vigilia por hora durante la noche, dijo Jerry Klein, Director Veterinario del American Kennel Club.
Además, señaló que una tendencia natural de perro guardián significa que su perro se mantendrá alerta a los sonidos y movimientos anormales. Y, como con cualquier compañero de cama humano, también podría roncar o acaparar tu parte de la cama.
Un inconveniente más grave es que dormir juntos puede ser peligroso para los niños o las mascotas. Existe la posibilidad de que, si un gato se asusta, un bebé o un niño puedan ser arañados o mordidos, sostuvo Klein, señalando que las mordeduras de animales son una de las razones más comunes por las que los niños llegan a la sala de emergencias del hospital.
Aunque los animales pueden transmitir enfermedades a los seres humanos o propagar parásitos como pulgas y garrapatas, tiña o ácaros, es poco probable que eso suceda si usted cuida a sus mascotas asegurándose de estar al día con los medicamentos preventivos y visitas al veterinario.
Y usted lector ¿duerme con su mascota?
clh
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