Esta tranquila junta auxiliar del municipio vivió un arranque de festividades patronales digno de cuento: una familia y varios vecinos, decididos a participar en el convite, optaron por caracterizarse como los personajes de la querida vecindad del que muchos guardamos nostalgia.
Se trató de un guiño irreverente, alegre y audaz que inmediatamente captó la atención de los lugareños. Eso generó risas, fotos y aplausos: un contraste alegre con la solemnidad que suele acompañar a las fiestas religiosas.
La fiesta patronal de Metepec, en honor a la Purísima Concepción, no es un evento cualquiera: forma parte del tejido social de una comunidad de varios miles de habitantes asentada en una zona con pasado obrero, textil, revolucionario y político. Ahí a finales del siglo XIX comenzó a asentarse una de las fábricas textiles más grande del país en esa época, Esto gracias a los manantiales de San Baltasar y el río Cantarranas.
Este año la comunidad recibió una escena poco habitual: varios vecinos caracterizados como personajes populares de la cultura televisiva. Esa decisión quebró con la formalidad habitual del festejo generando un contraste entre tradición, fe y contemporaneidad.
Según algunos lugareños Metepec no es solo su pasado textil. “Es un pueblo que busca revalorarse, rescatar su patrimonio, su memoria, su historia”. Así, la caracterización al estilo de la “vecindad” no es un simple acto de humor: es una reinterpretación creativa, una señal de que Metepec se resiste a ser solo un recuerdo antiguo. Es una comunidad viva que sabe reír, festejar, recordar y reinventarse.
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