Advierten que el uso excesivo de inteligencia artificial reduce la actividad cerebral

Ciudad de México, México. – El uso inadecuado de la inteligencia artificial (IA) puede reducir la actividad cerebral y afectar la capacidad de pensamiento, pensamiento crítico y curiosidad intelectual, advirtió Pilar Durán , académica de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) .

Durante su participación en el Neurofest 2025 , el especialista explicó que las herramientas basadas en IA deben ser consideradas instrumentos de asistencia y no de autoría, ya que su empleo excesivo puede provocar una disminución en el procesamiento cognitivo y en la capacidad de análisis.

Durán señaló que los usuarios frecuentes de ChatGPT presentan menor actividad cerebral vinculada al razonamiento y la toma de decisiones. “Estas herramientas pueden facilitar la productividad, pero también propician dependencia intelectual si no se utilizan con criterio”, advirtió.

De acuerdo con estimaciones recientes, ChatGPT cuenta con más de 800 millones de usuarios activos semanales y alrededor de cinco mil millones de visitas mensuales . Sin embargo, el uso intensivo de estas plataformas, según lo académico, puede generar un proceso de automatización mental que inhibe la reflexión profunda.

En contraste, las personas que utilizan motores de búsqueda tradicionales , como Google, mantienen un mayor nivel de procesamiento cerebral, ya que dichas herramientas requieren interacción y toma de decisiones constantes.

El especialista destacó que el riesgo cognitivo de la IA radica en la pérdida de habilidades conceptuales y en la reducción del interés por aprender de manera autónoma. “Deja de interesarnos cómo se genera el trinomio cuadrado perfecto”, ejemplificó.

Durán también subrayó que la disminución de la escritura a mano contribuye a esta tendencia, pues dicha práctica actúa como un “catalizador neurobiológico del aprendizaje profundo”. La escritura digital, en cambio, solo mejora la eficiencia comunicativa, sin estimular las mismas áreas del cerebro.

La académica reconoció que la inteligencia implica resolver problemas y procesar información mediante el aprendizaje, una capacidad que permitió a los primeros homínidos desarrollar herramientas para adaptarse y sobrevivir. Añadió que desde 1980, con la llegada de internet, comenzó un proceso de transformación cognitiva impulsado por la inmediata tecnológica.

Expertos coinciden en que, tras la pandemia de Covid-19 , los hábitos de estudio se modificaron profundamente: los periodos de atención se acortaron y el aprendizaje se volvió más superficial debido al predominio de las pantallas. “Hoy, las generaciones millennial y Z son nómadas digitales que no conciben un mundo sin Alexa, Siri o Gemini”, comentó Durán.

Aunque la IA se ha consolidado como una herramienta esencial en la vida moderna, la académica instó a la sociedad a reflexionar sobre su impacto y promover un uso responsable que evite la atrofia cerebral y la pérdida de conexiones neuronales. “Los no nativos debemos alfabetizarnos tecnológicamente, y los más jóvenes deben entrenar su cerebro para usar la IA con ética y sentido crítico”, concluyó.

Plataformas educativas adoptan la IA

A pesar de las advertencias, diversas empresas dedicadas al aprendizaje en línea han incorporado sistemas de inteligencia artificial para optimizar procesos y mejorar la enseñanza. Entre ellas destaca Coursera , plataforma global que ofrece cursos y especializaciones accesibles.

En el contexto de la revolución tecnológica, Coursera integró herramientas de IA, incluyendo asistentes virtuales capaces de ofrecer retroalimentación, reanudar videoclases, apoyar en tareas y orientar a los usuarios en su desarrollo profesional.

La compañía también lanzó el programa “Skill Tracks” , basado en datos y criterios personalizados que guiarán a los estudiantes por rutas de aprendizaje verificadas, con evaluaciones y constancias que certifican sus competencias.

Marni Baker , directora de Contenido de Coursera, explicó que la colaboración con sistemas de IA se ha implementado de forma segura y ética, priorizando la integridad académica y la protección de la propiedad intelectual. “Nos aseguramos de atender cualquier dilema ético que surja, garantizando un aprendizaje de calidad y transparente en todo el mundo”, afirmó.