Esta madrugada el Santuario San Juan Pablo II, ubicado al norte de la capital de Colima fue saqueado, los ladrones se llevaron objetos litúrgicos de oro y plata.
Los reportes preliminares informan que los delincuentes entraron al recinto sin forzar chapas ni cerraduras y en el botín se llevaron dos cálices de plata bañados en oro y un evangeliario con incrustaciones del mismo metal precioso.
De acuerdo con Gerardo Díaz Vázquez, Obispo de Colima, el robo se cometió en la sacristía, descartando actos de vandalismo o destrozos al interior del templo. Sin embargo, el jerarca católico aprovechó para señalar la situación de riesgo que atraviesa la ciudadanía en general.
Se metieron al templo. Ingresaron y de la sacristía se llevaron unos cálices y el evangeliario. No hubo daños, no hubo destrozos (...) Simplemente entraron, tomaron unos cálices y se fueron", explicó Díaz Vázquez.
Ante esta situación, los feligreses se mostraron indignados y tacharon este acto como sacrilegio.
Por su parte, la Iglesia informó que ya se interpuso la denuncia correspondiente ante las autoridades para iniciar la carpeta de investigación e intentar recuperar las piezas sagradas.
El Santuario emitió un comunicado en donde dio a conocer que los objetos sustraídos no eran simples utensilios de oro y plata.
Los cálices, además de ser objetos litúrgicos de uso cotidiano, eran reliquias de tercer grado, por lo que su valor para nosotros es ante todo espiritual, y supera con mucho cualquier consideración material", se lee en el documento oficial del templo.
Las reliquias de tercer grado son objetos que han estado en contacto con una reliquia de primer grado o con la tumba de un santo, y son veneradas en la tradición católica como recordatorios de la santidad.
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Foto Archivo
LMR
