En la Catedral de Puebla se llevó a cabo la Celebración Eucarística perteneciente al vigésimo sexto domingo ordinario, presidida por Monseñor Víctor Sánchez Espinoza, quien dio la bienvenida a los fieles y saludó de manera especial a los enfermos y ancianitos.
Como primero momento invitó a los presentes a unirse en el acto penitencial para pedir perdón a Dios por sus faltas.
En la homilía de hoy, Monseñor reflexionó sobre la brecha existente entre la sociedad, entre los que tienen más y los que no tienen nada, toda vez que la realidad golpea y aturde cuando se presentan las cifras reales y no maquilladas del dolor, hambre, enfermedad, así como el aislamiento, imposibilidad a las condiciones de una vida digna.
Hizo un llamado a la sociedad para no caer en la indiferencia ante la realidad de muchos hermanos que día a día sufren.
Sánchez Espinosa, dejó en claro que no compartir lo mucho o poco qué tengamos, es robarles y quitarles la vida a los demás.
"Jesús nos confronta a no cerrar los ojos ante la creciente brecha entre ricos y pobres. A través de la parábola nos presenta un contraste trágico por un lado un hombre rico qué si vida gira al lujo, y por otro un mendigo hambriento. Y Jesús nos presenta estos personajes como figuras aisladas pero no lo son, están entre lazadas", apuntó.
También recordó al Papa Francisco, cuando decía que no hay que estancarse en la indiferencia, al contrario, hay que abrir bien los ojos y ayudar a todo aquel que lo necesite.
"Hay pocos que tienen muchísimos y muchos que no tiene nada", resaltó al insistir que se deben compartir nuestros bienes.
Finalmente, el arzobispo pidió por todos los hermanos difuntos que han perecido por violencia.
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Foto Arquidiócesis de Puebla
LMR
