Es una condición médica compleja caracterizada por dolor crónico generalizado, fatiga persistente, alteraciones del sueño y una amplia variedad de síntomas físicos y cognitivos
México.- La fibromialgia es una condición médica compleja caracterizada por dolor crónico generalizado, fatiga persistente, alteraciones del sueño y una amplia variedad de síntomas físicos y cognitivos. Aunque durante años se abordó exclusivamente desde el ámbito médico, hoy se reconoce que la experiencia del dolor no se limita al cuerpo: involucra profundamente procesos psicológicos, emocionales y sociales de quien la padece.
Se estima que afecta entre el 2 y el 4 % de la población mundial, de acuerdo con estudios epidemiológicos publicados en revisiones internacionales. No existe un marcador biológico único ni una causa claramente identificada, lo que contribuye a la incomprensión y al estigma que muchas personas enfrentan, incluso dentro del sistema de salud. En este contexto, la psicología ofrece herramientas fundamentales para comprender y atender el sufrimiento subjetivo que acompaña al dolor crónico.
El papel de la psicología no consiste en “curar” la fibromialgia, sino en comprender cómo cada persona interpreta, modula y responde al dolor en función de su historia de vida, sus emociones, pensamientos, entorno y estrategias de afrontamiento. Desde esta perspectiva, esta disciplina contribuye al abordaje integral de la enfermedad mediante la evaluación del impacto psicosocial, la identificación de factores que mantienen o agravan el dolor y el diseño de intervenciones que promuevan el bienestar emocional, la funcionalidad y una mejor calidad de vida.
Fibromialgia: síntomas principales y diagnóstico complejo
La fibromialgia es un síndrome de dolor crónico generalizado, complejo y multidimensional, cuyo diagnóstico suele retrasarse debido a la falta de marcadores biológicos específicos y al desconocimiento generalizado, incluso en el ámbito médico.
El síntoma más característico es el dolor crónico que afecta múltiples zonas del cuerpo sin que exista una lesión física identificable que lo explique. Este dolor suele no desaparecer completamente con medicamentos ni con tratamientos convencionales; en muchos casos, los abordajes buscan reducir la intensidad o la frecuencia de las crisis, más que eliminar el dolor por completo.
“Además del dolor, la fibromialgia se acompaña de fatiga constante —una sensación de agotamiento físico y mental que no se alivia con el descanso— y de alteraciones del sueño, como insomnio, despertares frecuentes o trastornos como el síndrome de piernas inquietas. El dolor crónico generalizado es indispensable para el diagnóstico, mientras que la fatiga y las alteraciones del sueño son extremadamente frecuentes y suelen acompañarlo”, detalla Quetzal Natalia Galán López, maestra de la Facultad de Psicología de la UNAM y coordinadora de la Fundación Mexicana para la Fibromialgia.
A estos síntomas se suman otros de aparición variable, como problemas afectivos (ansiedad, depresión) y dificultades cognitivas (problemas de memoria y atención). Esta combinación afecta gravemente la funcionalidad de quien la padece, interfiriendo con su vida laboral, académica y social.
Uno de los principales obstáculos que enfrentan las personas con fibromialgia es el subdiagnóstico. Muchas viven sin un diagnóstico formal o reciben diagnósticos equivocados, especialmente de tipo psiquiátrico.
¿Cómo influye el entorno emocional y social en el dolor?
El dolor ha sido históricamente entendido como una señal biológica de alerta: nos advierte que algo en nuestro cuerpo requiere atención. Este mecanismo ha sido esencial para la supervivencia humana. Sin embargo, cuando el dolor se convierte en una experiencia crónica, pierde su función adaptativa y se transforma en una condición debilitante que impacta múltiples esferas de la vida.
Desde la perspectiva de la psicología, el dolor no es únicamente una sensación física, sino también una experiencia subjetiva y una conducta observable.
“Por ejemplo, el aprendizaje tiene un papel clave en cómo enfrentamos el dolor. Observamos cómo reaccionan nuestros padres o figuras cercanas al dolor y, con base en ello, construimos nuestras propias formas de afrontamiento. También, las expectativas sociales influyen en nuestras respuestas: a los hombres se les enseña a ‘aguantar’ y a seguir trabajando aunque tengan dolor, mientras que a las mujeres se les exige continuar con sus responsabilidades domésticas o laborales, incluso con enfermedades ginecológicas dolorosas”, añadió Quetzal Natalia Galán López, de la Facultad de Psicología–UNAM.
La psicología como acompañamiento en la fibromialgia
Dentro del vasto campo de la psicología existen diversas especialidades, y una de las más relevantes en el contexto de enfermedades crónicas como la fibromialgia es la psicología de la salud. Esta rama, explicó Galán López, se enfoca en comprender cómo el comportamiento, los pensamientos y las emociones influyen en la salud y en la vivencia de la enfermedad.
“Una de las funciones centrales de esta psicología es responder tres preguntas fundamentales: ¿cómo enferma o se mantiene sana una persona?, ¿cómo responde o afronta su enfermedad una vez que aparece? y ¿cómo ese afrontamiento influye en el curso de la enfermedad?”, comentó Quetzal Natalia Galán López.
Estrategias psicológicas que ayudan a las personas con fibromialgia
Desde la psicología de la salud, existen cuatro grandes estrategias de intervención en el acompañamiento a personas con fibromialgia:
1.- Evaluación psicológica: El psicólogo clínico analiza hábitos de vida, creencias sobre el dolor, estrategias de afrontamiento y red de apoyo.
2.- Identificación de variables mantenedoras: Se exploran factores que perpetúan el dolor (sedentarismo, pensamientos negativos, aislamiento social o estrés crónico).
3.- Intervención individual: Se trabaja con patrones como catastrofización, hipervigilancia, evitación o ansiedad, que pueden amplificar el dolor.
4.- Trabajo contextual y social: Se abordan temas como violencia, pobreza, invalidación social o falta de acceso a la salud.
Vivir con fibromialgia: objetivos realistas y bienestar
Aunque muchas personas con fibromialgia anhelan curarse, es importante establecer expectativas realistas. El objetivo del acompañamiento psicológico no es eliminar el dolor por completo, sino lograr:
- Comprender el padecimiento.
- Reconocer factores que lo agravan o alivian.
- Mejorar el manejo emocional.
- Establecer redes de apoyo.
- Recuperar espacios de bienestar y funcionalidad.
“Se busca reducir el dolor cuando sea posible, pero sobre todo aumentar la capacidad de vivir bien a pesar del dolor”, concluyó Quetzal Natalia Galán López.
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