La Pluma

El papa de los más necesitados

Ricardo Monreal

Ricardo Monreal

Fue el primer papa latinoamericano y el primer jesuita en el Vaticano. Pero lo más trascendental: fue un gran ser humano y un gran líder espiritual. QEPD.

En una visita a Argentina, al inicio de este siglo, me llamó la atención un torneo de “fut-val”. “¿No será futbol?”, pregunté a mi interlocutor argentino. “Está bien escrito, significa futbol con valores, y es un torneo que organiza el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, aficionado como pocos al futbol”, me ilustró mi acompañante.

 

“Cómo está eso del futbol con valores?”. “Es una manera del arzobispo de acercar la Iglesia católica a los jóvenes de barrio y alejarlos de las pandillas y la delincuencia a través del deporte; promueve el box-val, el beis-val y otras disciplinas; es un jerarca con mucho compromiso social y nada dócil a ningún poderoso”.

 

Indagué más; supe que en 2001 había creado Scholas, la fundación para promover la educación de los jóvenes argentinos a quienes la crisis política y económica de ese año había arrojado a la pobreza y a la protesta en las calles de Buenos Aires al grito de “¡Que se vayan todos!”.

 

La vena social del arzobispo Bergoglio era explicable: nacido en 1936, hijo de inmigrantes italianos, había crecido en un ambiente modesto en el barrio de Flores, donde tuvo una infancia marcada por su fe católica. Se formó sacerdotalmente en la escuela de jesuitas de Buenos Aires, donde el voto de pobreza no era sólo una práctica personal, sino un llamado a favorecer la “opción preferencial por los pobres” y un “compromiso ético y humanizante por la justicia”. Algo que lo marcó a lo largo de su ejercicio sacerdotal.

 

Se graduó como licenciado en Filosofía en 1958 y luego estudió Teología. A lo largo de su formación, trabajó en diversas labores pastorales y educativas, lo que le permitió desarrollar un fuerte compromiso con los problemas sociales. Fue ordenado sacerdote en 1969 y ocupó varios puestos en la Iglesia. En 1973, se le nombró provincial de la Compañía de Jesús en Argentina. Durante los años de la dictadura militar en ese país (1976-1983), se mantuvo como un defensor de los derechos humanos. Durante su tiempo como arzobispo, se destacó por su enfoque en la humildad, la inclusión social y el diálogo interreligioso.

El 13 de marzo de 2013 fue elegido papa, y tomó el nombre de Francisco, en honor a san Francisco de Asís. Su elección fue recibida con gran esperanza y entusiasmo, especialmente en América Latina. Desde el inicio de su papado, hizo hincapié en la necesidad de una Iglesia más humilde y accesible, así como en la importancia de la justicia social, la paz, el cuidado del medio ambiente, el diálogo interreligioso, la reforma dentro de la institución eclesiástica y la austeridad al interior de esta.

 

Su relación con México fue relevante. Siendo provincial jesuita estuvo en nuestro país. Conocía la problemática de las misiones de la Sierra Tarahumara. El asesinato de dos sacerdotes jesuitas en Cerocahui, en 2022, le dolió en el alma; así lo hizo saber al Gobierno de México, que logró atender su reclamo de justicia. Antes, en 2016, visitó nuestro territorio durante seis días.

 

Fue cercano a varios mexicanos, especialmente al cardenal Carlos Aguiar Retes y a los hermanos Mauricio y Héctor Sulaimán, representantes de Scholas México.

 

El papa Francisco marcó un cambio significativo en la Iglesia católica, la más numerosa en el mundo. Fue el papa de las personas pobres, de las olvidadas y de las más necesitadas, pero también el de la paz y la justica. Hizo historia: fue el primer sumo pontífice latinoamericano y el primer jesuita en el Vaticano. Pero lo más trascendental: fue un gran ser humano y un gran líder espiritual. QEPD.

 

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X y Facebook: @RicardoMonrealA

 

 

clh

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